Hasta Que Te Des Cuenta | JJP

No sé qué es este sentimiento

Desde aquel día en la sala de práctica Jaebeom no podía sacarse de la cabeza a Jinyoung. Jamás se le hubiera cruzado por la mente que algo le causara malestar. Quería conocer la razón por la que había estado llorando tan desesperadamente, pero sabía que si le preguntaba no conseguiría una respuesta honesta y tampoco quería incomodarlo. En ese momento se arrepentía de nunca haber intentado acercase al menor. Sus razones ahora le parecían estúpidas. Aunque siempre creyó que Jinyoung era una persona fuerte, al verlo llorar se dio cuenta de que en cierta forma se parecía un poco a él. Al igual que Jaebeom Jinyoung se guardaba sus problemas para sí mismo. Prefería enfrentar las dificultades solo antes de pedir ayuda.

Jaebeom se había cansado de suponer sobre su persona. No quería que Jinyoung pasara por una situación similar de nuevo. No quería que fuera como él. Lo que deseaba con todo su corazón era que encontrara la confianza para contar sus preocupaciones y expresar lo que sea que sintiera. Muy en el fondo anhelaba ser aquel en quien se apoyara, pero aún no podía aceptarlo. Jaebeom no había meditado mucho sobre lo que significaba Jinyoung para él o el por qué le dolía tanto verlo tan mal. Pensaba que se debía exclusivamente a un sentimiento de  compañerismo, pero luego se sorprendía a sí mismo buscando su mirada incluso cuando no era necesario.

Le gustaba contemplarlo en silencio cuando estaban solos en su dormitorio. Las cosas más simples le parecían tiernas, la manera en la que se asemejaba a un pequeño hámster cuando masticaba su comida, sus ojos entrecerrándose al sonreír y esa risa tan única y peculiar. Admiraba su forma de ser tan limpio y ordenado, su voz cuando cantaba espontáneamente y su sentido de responsabilidad. Jaebeom nunca se había sentido tan cómodo al lado de alguien, por eso no comprendía qué era ese sentimiento que se desarrollaba en su interior. 

Podía ser muchas cosas, quizá estaba comenzando a verlo como un amigo o un hermano menor, pero entonces no sabía a qué se debía el nerviosismo que lo invadía cada vez que se le acercaba. Sentía su corazón palpitar rápidamente, las palabras atorarse y su mente quedar en blanco. Jaebeom nunca había sido una persona tímida, ni siquiera con Jinyoung en todos los años que llevaban juntos. Sin embargo, también era cierto que no lo había tratado de conocer a profundidad. Probablemente era el miedo al cambio o a sentirse expuesto. Sí debía de ser eso. 

Oh Jinseok se acercó hasta donde estaba para preguntarle si quería ir a comer algo después de la práctica. Hace días que se mostraba insistente por lograr conseguir que este los acompañara como antes, pero Jaebeom se negó una vez más excusándose con que ya tenía planes. Realmente no tenía ninguno, sólo quería asegurarse de que Jinyoung comiera bien. Aunque bien pudo llevarlo con el resto de bailarines, Jaebeom prefería que estuvieran los dos solos. Si había un grupo grande de personas no tendría la oportunidad de conversar de cosas personales con su compañero.

Jinseok aceptó decepcionado y se despidió de Jaebeom y de Jinyoung junto con los otros bailarines. Cuando la sala quedó vacía Jaebeom fue hacia Jinyoung que se encontraba tirado en el piso tratando de recuperar su energía. Al verlo sonrió inconscientemente y se tiró a su lado. Por un largo rato se dedicó a escuchar la respiración agitada del menor. Sabía que aún no estaba del todo bien por lo que las prácticas lo dejaban exhausto. A pesar de eso había empezado a ganar peso y su rostro ya no lucía tan demacrado, hecho que ponía contento a Jaebeom.

—Jinyoung-ah vamos a las duchas y después a comer— le dijo.

—¿No podemos saltarnos la ducha? Estoy demasiado cansado — respondió Jinyoung.

—No, olemos a sudor y déjame decirte que de los dos eres el que más apesta. Nos van a correr de cualquier lugar al que vayamos por auyentar a los clientes. Vamos — Se paró y le ofreció su mano a Jinyoung para ayudarle a pararse, este la aceptó desganado.