Capitulo dos: El humano y el korugariano

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Planeta Tierra.

Hal Jordan faltaba.

Aunque su encargado no respondió a una alerta en su sector, el anillo estaba ubicado en la Tierra. Tomar-Re se había ofrecido a recogerlo, ya que estaba más cerca, pero Thaal quería ser menos comprensivo de lo que probablemente sería su colega xudariano. Si bien era posible que Jordan tuviera una buena explicación, su comportamiento errático indicaba que aún era inmaduro.

Thaal llego a la Tierra y se posó en un balcón fuera de la lujosa residencia donde había detectado a Jordan, y se tomó un momento para descifrar y abrir el pestillo simple de la puerta con un gancho hecho de luz dura. La luz del amanecer se reflejaba en el cristal, que retumbó silenciosamente mientras lo abría y cerraba detrás de él.

En el interior, usó una construcción de globo brillante para iluminar una habitación exterior de asientos suaves y mesas duras, todas con esencia de una vida humana. Libros y otras publicaciones impresas estaban junto a decoraciones aparentemente inútiles. Sombras negras se movían alrededor de la luz verde de la construcción, excepto donde una batería de linterna brillaba suavemente desde el centro de una mesa baja.

Uno de los circuitos eléctricos integrados de la habitación podía cerrarse mediante un interruptor en la pared, enviando corriente a través de las fuentes de luz de vacío y resistencia que los humanos parecían preferir. Con bombillas desde varios ángulos desterrando la oscuridad, dejó que el globo desapareciera y Sinestro prendió las luces.

Paredes planas y rectas encerraban pasillos cortos que lo condujeron a una puerta con bisagras, entreabierta. Una ligera presión lo movió fuera de su camino, revelando un área para dormir. Muebles, una cama de agua, cojines y cubiertas textiles sueltas envolvían a Jordan y una compañera humana. Como Sinestro había sospechado, Jordan estaba bien.

Ubicando el interruptor convenientemente colocado de esa habitación (justo debajo del nivel de los hombros como los demás) lo movió hacia arriba. Ambos ocupantes gimieron cuando se despertaron por la luz.

-Jordán.

Retirando su brazo del otro ser humano, Hal intentó enterrarse más profundamente en la cama, colocando un cojín sobre su cabeza. Sorteando los obstáculos de la habitación, Thaal trató de quitarle el cojín de encima. Siguió un breve y aturdidor estira y afloja. Realmente, era como tratar con un niño. Esta era exactamente la razón por la cual Sinestro y Kilowog entrenaban a los reclutas para no dormir.

Finalmente, Thaal lo soltó y usó una pinza hecha de luz verde para sacar a Jordan de la cama. Las mantas cayeron para confirmar que no tenía lesiones mediante una inspección visual, facilitada por la cantidad de piel expuesta por su endeble boxer.

-Jordan – dijo el korugariano, molesto – Estás descuidando tu deber. Hay una misión que requiere tu atención.

-Solo es un puesto de avanzada rodeado por Manhunters – se quejó Jordan, todavía sosteniendo un cojín mientras Thaal lo dejaba caer – Supuse que podrían quedarse enteros unas pocas horas más.

-Un Lantern no hace esperar a los demás para que pueda quedarse dormido y participar en "relaciones sociales" – dijo Sinestro, señalándole a la chica junto a el –

El sistema de calefacción se encendió con un zumbido distante mientras el débil cerebro de Jordan se despertaba lo suficiente como para comprender su situación, por tiró el cojín de vuelta a la cama. Sinestro entrecerró los ojos y comenzó a preparar una estrategia para cuando entraran a espacio aéreo enemigo.

-No me he quedado dormido – dijo Hal finalmente, buscando a tientas su ropa humana – Y quiero que sepas que las "relaciones" son buenas para la salud mental humana.

Green Lantern: Miedo EncarnadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora