Capítulo seis: Candente

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-¡VAMOS!

El grito de Hal no fue suficiente para cargar un anillo de Green Lantern; había fallado en ese momento crucial, brillando tenuemente con solo el poder suficiente para mantener en secreto la identidad de su portador del villano que permaneció flotando sobre la escena del crimen.

El Doctor Polaris se volteo para mirar con curiosidad a Green Lantern.

-Vaya, vaya, ¿lo conocías?

Aunque estaba entumecido por la conmoción y el dolor, había una ira cegadora creciendo dentro de Hal y sabía que, si tuviera más fuerzas, habría matado a Polaris allí mismo.

Tal como estaban las cosas, no tuvo tiempo de reaccionar antes de que un brillante rayo fucsia derribara al Doctor Polaris en el aire. Con un grito de indignación, Polaris se puso de pie buscando la fuente del disparo.

Flotando en el aire había una mujer con cabello negro suelto, rodeada por un aura violeta brillante. Su disfraz era un leotardo rosa oscuro ajustado y escotado con mangas largas que continuaban sin costuras en los guantes. Se cortaba con una estrella estrecha de ocho puntas en el estómago. Un par de botas hasta los muslos cubrían sus largas piernas, y una amplia máscara como la de Catwoman pero en rosa ocultaba su identidad, proporcionando un marco para la gema púrpura radiante montada en el medio de la tiara en su frente.

-¿Quién diablos eres tú? – exigió el doctor Polaris –

-Mi nombre es Star Sapphire. Sin embargo, puedes pensar en mí como la mujer que te golpeó.

-Nunca va a suceder – declaró Polaris –

Se preparó para disparar un pulso magnético a la mujer, pero Star Sapphire hizo algo que Hal nunca había visto hacer a nadie más que a un Green Lantern: creó tentáculos de energía pura (violeta, como su aura) y envolvió a Polaris en ellos. Luego conjuró una jaula hecha de la misma energía y encerró a Polaris (todavía atado) en ella.

Ella hizo todo eso sin un anillo de poder.

Hal sabía que debía darle las gracias, pero lo único en lo que podía pensar era en ir hacia el cuerpo de Ace. Se arrodilló junto a su amigo, teniendo la suficiente voluntad para no dejar que su disfraz desapareciera y revelarle a Star Sapphire quién era Green Lantern.

Mientras tanto, Star Sapphire dejó a Polaris luchando con sus ataduras en su jaula y se acercó a la figura afligida de Green Lantern.

-Yo me ocuparé del Doctor Polaris. Tienes que ir a casa, donde sea que esté para ti, y cargar ese anillo.

Hal estaba demasiado perdido en el dolor para preguntarse cómo su misteriosa salvadora sabía tanto sobre su anillo. Todo lo que pudo hacer fue asentir automáticamente, con los ojos fijos en Ace.

-Lamento tu pérdida – dijo solemnemente Star Sapphire poniendo además su mano en el hombro de Hal – ¿Era un amigo?

-Sí – respondió Hal antes de que pudiera pensar – Sí, lo era – Con una mano temblorosa, puso las manos de Ace sobre su pecho y cerró los ojos sin vida de su amigo.

***

En el edificio de STAR Labs en Coast City, el Dr. Hector Hammond comparó dos muestras genéticas tomadas de los últimos experimentos de la División de Ingeniería Genética de STAR Labs.

Cadmus, por indicación del general Wade Eiling, había comenzado a investigar un posible método para neutralizar el metagen dentro de los humanos, y Hammond como su principal genetista, estaba a cargo del proyecto. Sin embargo, incluso mientras notaba los efectos del suero prototipo en las muestras de ADN modificadas, la mente de Hammond estaba trabajando en otro problema: la verdadera identidad del Green Lantern residente de Coast City.

Green Lantern: Miedo EncarnadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora