Capítulo veinti siete: Guardián del miedo

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Zatanna (ahora siendo la más poderosa junto a Superman) se estrelló contra el suelo peligrosamente cerca de donde Batman estaba ayudando a cubrir a los demás. Hal Jordan (o Parallax) se cernió sobre ella, malicioso.

-No eres rival para mí, maga – le rugió Hal, pero en un tono diferente –

-Ya veremos eso. ¡Retaw kcatta!

Un poderoso chorro de agua de la bahía se disparó hacia Parallax; la sorprendida hechicera evitó el rocío y reanudó su batalla mágica mientras los demás observaban, sintiéndose inútiles debido a sus heridas.

Sin decir más, Aquaman se le unió a Zatanna y Green Arrow también le siguió su ejemplo.

-¡Vamos Jordan, despierta! – Arrow disparó algunas flechas explosivas a Parallax (que fallaron) y empujó la forma poderosa de Hal Jordan casi sin temblar –

-¡Es Parallax! – la advertencia de Batman atravesó los sonidos de la batalla – ¡Parallax está controlando el cuerpo de Hal! ¡No piensen en sus miedos, ninguno de ustedes! – Batman aviso de inmediato –

-¡Demasiado tarde! – Barry lloró. La razón de su angustia se hizo evidente muy pronto, pues los ojos amarillos de Parallax brillaron con poder cuando Parallax los uso para derribar el techo desde donde Arrow lo atacaba –

-¡Ollie, no! – Aquaman lloró, pero ya era demasiado tarde –

Parallax ya se había aferrado a las inseguridades de los héroes sobre sus apariencias anormales, sus lugares en el mundo y sus temores por el bienestar de las personas.

La propia entidad del miedo lamió con avidez el pavor de Batman, encendiéndose. Con una explosión de energía, Parallax literalmente niveló el campo. Los héroes que aún estaban de pie fueron arrojados en varias direcciones cuando el suelo se sacudió y se aplanó. El Flying Fox se estrelló contra un rascacielos cuyas ventanas se rompieron con la fuerza del poder de Parallax.

-Puedo sentir su miedo.

Era Parallax hablando a través de Hal... pero no era su voz; esta voz era infinitamente más oscura y escalofriante.

-Puedo olerlo. Lo tendré.

Algo pareció llamar su atención, porque avanzó hacia la forma agachada de Zatanna.

-Tu miedo, es especialmente... delicioso.

-No... – susurró Zatanna – Azarath Metrion Zinthos. ¡Azarath Metrion Zinthos!

Parallax se rió, un sonido malvado.

-Siento los miedos de los demás y tú misma temes tanto; me harás poderoso.

-Aléjate de la chica, Jordan – esta nueva voz era dura, confiada y segura. Parallax se volteo para ver al Green Lantern Kilowog flotando detrás de él, con su anillo brillante –

-Un Green Lantern... Mis mayores enemigos.

-Este no eres tu, Jordan – dijo Kilowog – Déjalos en paz.

Parallax siseó furiosamente.

-¡No se pronuncia ese nombre! ¡Soy Parallax!

-Tú eres Hal Jordan – dijo Kilowog en voz baja – Lo que Sinestro te haya hecho, puedes superarlo.

-¡Suficiente! – rugió Hal, sonando un poco más como Parallax – Green Lantern o no, tienes miedos... y los encontraré, los probaré y te los drenaré.

-Realmente te has ido muy lejos, ¿no es así, Hal? Los Green Lanterns no tenemos miedo...

-No te engañes. A los Guardianes les gusta pensar que son inmunes, pero en realidad temen del miedo mismo. Son demasiado débiles de mente para aprovechar el poder del miedo. Sin embargo, yo no lo tengo. He evolucionado, Green Lantern ¡Y te destruiré!

Green Lantern: Miedo EncarnadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora