Epilogo

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Han llegado los tiempos oscuros.

En un planeta de fuego conocido como Apokolips, un dictador veía como los eventos recientes se aplacaban a su conveniencia, poniéndose listo para iniciar su conquista del Universo.

-Lord Darkseid, los informes indican que la mayoría de los Green Lanterns han caído – Desaad, el maestro torturados informó al Nuevo Dios – También nos llegaron reportes de que las Sapphire Corps tienen una nueva reina.

-Bien... – Darkseid sonrió mientras se levantaba de su trono para ver a sus legiones de Parademons rodeando todo a su alrededor – Esto solo me demuestra que si un humano pudo controlar a Parallax, entonces la Tierra es el lugar con los seres con mayor voluntad.

-La Ecuación Anti-Vida está en la Tierra... – le respondió Desaad captando la idea y haciendo una reverencia ante su amo –

-Dile a Steppenwolf que necesito que Luthor se encargue del kryptoniano. Yo iré a reclamar Oa y Zamaron para mi imperio. Cualquier resistencia restante no debería ser un problema.

-Si señor – Desaad asintió –

Y dicho esto, Darkseid camino a sus interminables legiones de criaturas aladas, preparándolas para la inminente guerra contra los Lanterns del Universo.

En Coast City, los héroes de la Tierra fueron testigos de cómo los habitantes del lugar cometían un linchamiento masivo contra todo lo relacionado con el Green Lantern, Hal Jordan.

Sus ojos vieron con horror cómo algunos murales fueron vandalizados, como alguna mercancía como playeras y juguetes fueron lanzados a la hoguera, y en el Palacio Municipal de la ciudad, una manifestación le exigía al alcalde la cabeza de Hal Jordan y de Carol Ferris.

Ahora no eran más que enemigos declarados de la humanidad. Y mientras eso pasaba, los héroes se preguntaron en cuanto tiempo las personas los considerarían también a ellos una amenaza.

Bruce Wayne, ahora en su papel de filántropo y empresario, estaba ayudando en las labores de rescate en la calle principal de la ciudad, pues aún se encontraban personas atrapadas entre los escombros.

No se retiró para descansar en ningún momento; se aseguró de que los voluntarios tuvieran agua para refrescarse, repartió medicamentos entre los lesionados e incluso ayudo con esfuerzo físico en las labores de rescate levantando vigas que una persona promedio no podría aguantar y sacando gente de los escombros con sus manos fuertes.

Sin embargo, entre todo el ajetreo, algo le llamo la atención.

Había un anillo de Green Lantern inservible entre las rocas.

Bruce lo recogió y dedujo que debía de ser el de Hal Jordan, pues creía que había renunciado a su voluntad y había regresado al planeta de origen de su dueño, aunque ahora inservible.

Así que lo guardo para sí y recordó que había una batería que le daba poder al artefacto. Tendría que encontrarla y ver si podría hacerla funcionar.

Ahora sería el momento adecuado de trabajar en una nueva arma contra los "meta humanos".

Pero hasta en la noche más profunda hay quienes sueñan con el alba.

En los calabozos del planeta Oa, dos Guardianes hablaban con un ligero toque de decepción y remordimiento mientras examinaban al humano decadente y sin voluntad que yacía inerte en ese lecho de soledad.

-¿Por qué no lo mataron? – pregunto Lianna, viendo al humano con tristeza – Si no por sentencia, por piedad. Él está sufriendo.

-Y por eso debe vivir – dijo Ganthet a su lado – Él tiene remordimientos y sabe que hizo mal. Eso me hace creer que aún hay bondad en su corazón... y que recuperara su voluntad.

-La mujer que ama fue poseída por el Devastador, se culpa por la muerte de Arisia y sus amigos lo abandonaron... ¿Qué esperanza le aguarda a Hal Jordan?

-La esperanza de que si no recupera su voluntad... entonces Darkseid ganara la guerra que se aproxima. Y se con certeza que la reina de los Sapphire Corps lo ayudara...

Enormes y solemnes multitudes atestaron la Plaza del Palacio en Ashiak, la capital de Zamaron, cuando seis hermosas zamaronianas de piel azul coronaron en el Arco Triunfal del Amor con una tiara violeta a la nueva reina de las Star Sapphire Corps.

Para los habitantes del planeta era un motivo de júbilo y curiosidad, pues nunca habían visto a una humana y ahora estaban curiosos ante ella; pero para Carol Ferris solo existía la esperanza de poder hacer las cosas mejor

Mientras los ojos de Carol inspeccionaban al extraño planeta de su exilio, lo único que se le pudo venir a la mente fue un poema que le fue dedicado en la secundaria; un poema que le escribió un chico que soñaba con ser piloto y que quería llevarla a volar para que sus dedos tocaran las estrellas.

La oscuridad es generosa, y es paciente, y siempre gana...

Pero en el corazón de su fuerza reside su debilidad: una sola vela basta para mantenerla a raya.

El amor es algo más que una vela.

El amor puede encender las estrellas.


HAL JORDAN REGRESARA...

Green Lantern: Miedo EncarnadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora