Capitulo tres: Cayendo en desgracia

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Planeta Tierra.

Meses después de la batalla de Dubleher.

-Fue amable de tu parte invitarme a almorzar, Héctor. Han pasado años – Hal Jordan se recostó en la silla estilo patio del Palm Leaf Café mientras él y su compañero de comedor esperaban que llegaran sus pedidos –

-Lo he hecho, ¿no es así? – Héctor Hammond estuvo de acuerdo, revolviendo su ponche de frutas – ¿Cómo estás, Hal? ¿Cómo está Carol?

-Carol está bien. Yo estoy bien – Hal se encogió de hombros con facilidad – He tenido buena suerte – dio un sorbo a su café helado, saboreando el impulso de energía que le dio la cafeína –

-Veo que has desarrollado un gusto por el café – demostró Héctor. No recordaba que Hal hubiera bebido nunca esa bebida cuando asistieron juntos a la escuela –

Hal rió irónicamente.

-Como que mi cuerpo lo necesita. Mi trabajo me obliga a trabajar en horarios extraños –

En realidad, hasta que el anillo lo eligió a él, Hal no había sido un gran fanático del café. Un piloto de la USAF tenía muchas horas de trabajo, pero Hal solo había comenzado a necesitar la cafeína una vez que se convirtió en Green Lantern.

-¿Cuál? – pregunto Hector –

Hal se sacudió en su asiento y miró a Héctor, quien estaba desconcertado por su reacción.

-¿Que? – preguntó Hal, un poco nervioso –

-¿Qué trabajo? – aclaró Héctor – Sé que te reintegraron a la USAF, pero también tienes algún tipo de trato con Ferris Aircraft, ¿no?

-Vaya – Hal se relajó, aliviado de que Héctor no se hubiera enterado de alguna manera de sus actividades como Green Lantern – No es realmente un trabajo. Carol solo me llama ocasionalmente y no me pagan. Solo lo hago para ayudarla.

-Ah – Héctor asintió a sabiendas de que incluso en la escuela secundaria, los dos (Hal y Carol) habían tenido "algo" – Así que es la USAF quien te mantiene despierto. ¿Estás en vuelos nocturnos?

-Durante el último mes si – afirmó Hal malhumorado –

No le importaban los vuelos nocturnos en sí, solo lo llamaban para volar ciertas noches a la semana, y ahora su doble vida lo había convertido por completo en una verdadera criatura nocturna, pero eso hacía que cumplir con los deberes de la Justice League fuera un dolor de cabeza. Era tan aburrido que Hal había tenido que encontrar un nuevo pasatiempo: mirar imágenes de seguridad de las cámaras del Salón de la Justicia en Metropolis.

Hal esperaba que una vez que Black Canary regresara de su licencia de maternidad (su bebé había nacido en diciembre pasado) y su miembro más nuevo asumiera el estatus completo de la Liga (Víctor Stone aka Cyborg que tomaba clases con su padre por la mañana), sus actividades con ellos se liberaran y pudiera pasar mas tiempo en Oa cumpliendo con sus actividades de Green Lantern.

Héctor solo se encogió de hombros.

-El turno de noche no es tan malo una vez que te acostumbras.

-¿Cómo lo sabe, Sr. Yo-trabajo-para-el-gobierno? – Hal replicó – Sé con certeza que los científicos del gobierno tienen horarios regulares.

-Yo no trabajo para el gobierno – le corrigió Héctor, un poco irritado – Trabajo para una agencia independiente patrocinada por el gobierno. Y se supone que no debo hablar de eso, así que déjalo.

Hal solo levantó una mano, molesto.

-Está bien, lo siento. No quise entrometerme.

-Está bien – Héctor exhaló – Solo estoy un poco inquieto estos días.

Green Lantern: Miedo EncarnadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora