Después de que se restableciera una apariencia de orden y se estableciera un sistema rotativo de deberes, Hal buscó a los Guardianes para una audiencia privada. Los seis diminutos seres se habían refugiado en el Salón de los Guardianes, que había sobrevivido al ataque casi intacto, e incluso ahora estaban combinando su considerable intelecto y sabiduría para elaborar un plan de acción.
Hal odiaba tener que decirles que no formaría parte de ese plan, pero nunca había sido un cobarde y si iba a escapar después de tal catástrofe, al menos les concedería la cortesía de informarles a ellos correctamente.
Una voz que sonaba dolorosamente como Arisia dijo en su cabeza:
¿Pero no estás siendo cobarde al huir de tus responsabilidades como Green Lantern?
Hal expulsó con fuerza el pensamiento. Arisia se había ido. La única persona que posiblemente pudo ayudarlo a salir del agujero en el que se encontraba cayó muerta debido a su incapacidad para luchar contra el hombre que la mató. Al igual que Ace.
Hal no podía perder más amigos.
Tomando una respiración profunda, entró en el Salón. Lianna lo notó de inmediato.
-Jordan, me alegro de que estés aquí. Quería felicitarte por tus esfuerzos contra Sinestro. Sé que no debe haber sido fácil para ti luchar contra tu mentor.
Hal parpadeó, desconcertado por el elogio de Lianna. Nunca antes había sido felicitado por un Guardián y hace dos meses se habría emocionado con las palabras de Lianna. Ahora, sin embargo, lo hacían sentir increíblemente culpable. Y Lianna le parecía una completa hipócrita.
-Gracias – dijo Hal en voz baja –
-¿Tienes algo que informar? – Ranakar no fue tan brusco como podría haber sido, pero Hal podía garantizar que eso cambiaría –
-No exactamente – Hal exhaló – Tengo algo que decir, y no creo que les guste.
Herupa Hando Hu se mostró curioso.
-¿Qué pasa, Jordan?
Sin palabras, Hal profundizo la palma de su mano. Descansando sobre él estaba su anillo de Green Lantern. Más de un Guardián inhaló bruscamente.
-Jordan, ¿qué estás haciendo? – exigió Appa Ali Apsa –
-Renuncio al Corps. Lo siento, pero no soy el hombre que era cuando el anillo me eligió. No he sido ese hombre desde el juicio de Sinestro – confesó Hal – Lo he intentado, pero parece que no tengo la voluntad que solía tener. Estoy arruinado y soy un lastre para ustedes. Así que renuncio. Lo siento.
Todos lo miraban fijamente, pero la mirada de Ranakar era más fría que la de los demás.
-¿Crees que eres el primer Green Lantern en encontrar dificultades?
-No – respondió Hal honestamente – Sé que tampoco soy el primero en renunciar.
-Hay protocolos a seguir si un miembro del cuerpo desea renunciar a sus deberes – le informó Basilus – Es inaudito y vergonzoso que usted renuncie sin previo aviso o procedimiento adecuado.
-¡Lo sé, ¿de acuerdo?! – Hal exclamó, sintiendo que su temperamento aumentaba – Pero no tengo otra opción: soy inútil para ti tal como soy ahora y en un momento de crisis como este, necesitaras a todos tus Lanterns al máximo de sus capacidades. Es mejor que encuentren a alguien que me reemplace, alguien que realmente sea digno de usar el anillo, que no esté dando vueltas como un peso muerto. Y para ser brutalmente honesto... no creo que pueda hacer esto nunca más.
-Jordan, entiendo que has experimentado una gran pérdida... – comenzó Lianna –
Pero Hal rió sin humor y la interrumpió.
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Green Lantern: Miedo Encarnado
FanfictionTras muchos años de hazañas heroicas, un Lantern que perdio su fe ha comenzado a tejer una red de engaños. En Oa, los Guardianes han comenzado a dudar de las obligaciones y del alcance de los Green Lantern Corps. Y Hal Jordan, el primer humano elegi...