Día 3

56 10 40
                                        

Casi no pudo abrir los ojos, sentía que seguía dormida

Seguía en su cuarto, en su cama, era una habitación sencilla con paredes blancas y dibujos de flores y aves de distintos colores, la cama era individual y con sábanas azules, además de más de una almohada, siempre había dormido con varias

Caminó bostezando hacia el pasillo, oyó la voz de Hira y la de Amber en la cocina, pasó de largo hacia el baño, tenía unas ojeras terribles

Abrió la puerta pero se detuvo al ver a Lia

— ¿Te sientes bien?

Ella tenía el aspecto cansado, no usaba la ropa formal de siempre, sino una trenza mal hecha y ropa negra

— No..

Volvió a abrazarla

— No pienses más en él...

— No creo volver a verlo, no después de lo que pasó pero igual..

— Lia, tu eres la voz de la cordura en esta casa, sin ti nos mataríamos antes del almuerzo — La tomó de la mano — Ven, vamos a ver uno de tus documentales de la mitología egipcia, ya no pienses más en eso ¿Sí?

No esperó respuesta, afirmó el agarre y la guío hasta la sala

— Buenos días

Amber tenía un vestido amarillo hasta las rodillas y una gran coleta en la parte superior de su cabeza, estaba preparando el desayuno en una sartén

— ¡He preparado tortitas!

Dijo alegremente mientras volteaba en el aire la tortita

— Es terrible cocinando — Dijo Hira desde el sillón cambiando los canales — Pero quiere animarte

Lia sonrió un poco mientras se sentaba entre ella e Indrit

— ¡Me han quedado divinas!

Amber chilló como una niña mientras ponía el plato en la mesa y ponía un documental de animales

— ¿Tienes sirope de chocolate?

Dijo Hira mientras cada una comenzaba a servirse

— Creo que hay algo en casa — Dijo Amber y se puso de pie caminando hacia la puerta — Ya vengo

— La verdad es que le han quedado buenas — Indrit ya estaba devorando su parte

— Yo no como hasta que tenga algo de chocolate — Dijo Hira

Lia se limitaba a comer viendo la televisión

— Oye Hira — Dijo Indrit — Había algo que quería preguntarte

— Adelante

— ¿Desde cuándo tenías esa cosa? — Dió otro mordisco — La pistola

— Si me vas a demandar, tengo permiso

— ¿Esa es una respuesta?

— Todas tenemos una — Se limitó a decir

No pudo evitar mirar fijamente a Lia que no les prestaba atención

— ¿Porqué?

— Porque dónde vivíamos teníamos que saber protegernos — Hira la miró un momento —Y no, no te voy a decir más

Puso una mueca

— Volví

Amber puso el chocolate sobre la mesa y comenzó a comer tarareando una canción en otro idioma, parecía francés

120 díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora