120 días

Día 27

Frunció el seño cuando vió el número en la pantalla

— ¿Alia?

Dijo Amber

— Hola hermanita — Alia trató de sonar tranquila pero no lo logró — ¿Que me cuentas?

— ¿Que pasa? Sé que tienes un trabajo, así que no es eso

Alia bufó

— Bueno, sí necesito que me consigas esas pastillas pero no son para mí

— ¿Y para quien? Clara no las necesita aún

— Tampoco... Son para Indrit

Silencio, ¿Indrit?

— ¿Amber?

— ¿Porqué Indrit necesita eso?

Frunció aún más el seño

¿Ahora qué mierda habían hecho con Indrit?

— No despierta

— ¿Desde cuándo?

— Desde anoche, Andrea se las daba diluidas en el agua como pediste

— Para este punto ya no debe necesitarlas

Alia suspiró lo que la hizo ponerse aún más seria

— Mira, fue una estupidez, pero él no sabía...

— ¿Qué pasó Alia?

Alia volvió a suspirar

— Ella y Gorge salieron y a él le resultó divertido...

— ¿Drogarla? — Dijo enojada — ¿A quién carajo se le ocurre drogar a alguien como una broma?

— No sabía el efecto que tenía en ella

Cerró los ojos implorando paciencia

— Estoy ahí en una hora

Se levantó enojada antes de salir de la casa para conseguir las malditas píldoras

Siempre resolviendo las cagadas de los  demás

•••

Carlos alzó las cejas nada más abrió la puerta y la miró ahí

— ¿Dos visitas en menos de un mes? Esa niña hace milagros

— Cállate

Le respondió Amber en tono frío

Ella pasó simplemente, todo seguía igual que la última vez, fue directo a su cuarto

— ¿Dónde está el gilipollas que la drogó?

— ¿Sabes de lo de Indrit?

— ¿Porque crees que estoy acá? ¿Que me gusta verte la cara?

Carlos le puso mala cara por el comentario pero no dijo nada

— ¿Cómo sabes que Indrit está mal?

— Alia

Ya estaban llegando

— ¿Tiene tu número?

— Sí

Dió la vuelta hacia la derecha

— ¿Desde cuándo?

— Desde hace menos de un mes porque fue cuando lo compré, sabes que detesto cuidar esas cosas

Finalmente entró a la habitación, Alia estaba sentada viendo fijamente a Indrit

— Una hora exacta