Día 39

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No había tenido una resaca desde los veintidós, menos una tan intensa desde esa fiesta

¿Dices una de las fiestas de Erick? Pero si nunca bebías tanto

Claro que sí, la vez que hicieron la fiesta de su compromiso, fueron diez enteros de desconocidos y descontrol total en Francia

Ah, sí, terminaron conduciendo carros de lujo a lo rápidos y furiosos, creo que nos estrellamos contra alguien de la fiesta igual de ebrio que nosotras

Hubiera sonreído por el recuerdo de lo alocada que solía ser de no ser porque la cabeza le daba vueltas, lo malo de su resistencia al alcohol es que cuando se perdía lo hacía por completo, no recordaba nada

Así que lo primero que hizo fue asegurarse que su ropa seguía intacta, sí, todo bien

Pero... ¿Había dicho algo de su trabajo? Oh mierda

Ni siquiera tenía forma de saber si hizo algo vergonzoso o habló más de la cuenta, ¿Y si le había dicho a Cris que le gustaba?

La cosa empeoró cuando Cris pasó de largo, seguramente pensaba que estaba dormida, no tenía camisa y la verdad es que estaba bueno, debía hacer ejercicio seguido y seguramente debía terminar muy sudado y atractivo después de eso... peeeero no debía pensar en eso, y para colmo él se dió la vuelta viéndola fijamente

Decidió hacerse la dormida

Retrasemos la humillación

Cris se le acercó, demasiado, las mejillas ya comenzaban a molestarle cuando él se arrodilló junto a ella. Aunque tenía los ojos cerrados era completamente conciente de que estaba ahí. Él se acercó aún más, sus caras estaban alineadas ¿Qué quería? Sea lo que sea mejor pararlo antes de que terminara que acercarse

— Uhmm...

Cris se detuvo de pronto

— Uhmm.. — Frunció el seño como si se estuviera despertando y abrió lentamente los ojos — Buenos días Cris

— Buenos días Amber

Cris ya se había alejado un poco fingiendo que nada pasó

Y no le podemos preguntar qué quería hacer porque sería exponernos

— ¿Me vas a explicar que haces semidesnudo?

Dijo para crear una distracción, Cris le sonrió

— Estás en mi casa, siempre estoy así en las mañanas, dormir con camisa es muy incómodo

— Gracias por la información, la necesitaba para vivir

— Puedo contarte mucho más si lo deseas

Cris rió y ella también

— Nah, deja algo para otra ocasión

Miró a su alrededor mientras quedaba boca arriba y se estiraba, tenía ganas de vomitar

— ¿Me emborraché?

— Fue culpa mía, por eso dije que te quedaras

— ¿Que pasó anoche?

Dijo tratando de no parecer demasiado desesperada por saberlo

— ¿No lo recuerdas?

Negó

— Pues tuvimos una muy ligera discusión pero todo bien

— ¿Discutimos? — Frunció el seño y lo vió — ¿Porqué?

— Dijiste que no confiabas en nadie, ni siquiera en mi

Se dió la vuelta para ver por completo a Cris

120 días Donde viven las historias. Descúbrelo ahora