Día 8

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La cabeza le dolía, estaba en una cama pero.. no era su cama, había una intravenosa que estaba conectada a su brazo pero tampoco estaba en un hospital

La habitación donde estaba era muy grande y blanca, la cama también era bastante grande con una mesa de noche a su lado, tenía un despertador, el teléfono conectado con audífonos. También había un escritorio y una biblioteca, muchos libros que iban desde filósofa a cuentos infantiles

Vió una foto en la mesa de noche, en ella había una niña pequeña con una playera sonriendo, y un hombre que la miraba desde la distancia, la niña sostenía lo que parecía un diploma pero lo que le llamó la atención fueron sus ojos amarillos..

— ¡No debiste traerla!

Se sobresaltó al escuchar una voz masculina, una voz grave y autoritaria

— ¡¿Y a donde la traía?! — Reconoció la voz de Amber — ¡Es el único lugar mínimamente seguro!

— ¡No puedes aparecerte por acá esperando que haga lo mismo por tí de nuevo!

— ¡Vete a la mierda!

Alzó las cejas sin saber que hacer, las voces eran fuertes pero al mismo tiempo como si fuera incapaz de entenderlas

Amber y el hombre seguían discutiendo, nunca había escuchado a Amber gritar furiosa, nunca la había visto alterada

Pero así sonaba

— A... Ayúdame ¿Okey? — Dijo ella suplicando — Te prometo que te lo pago

Hubo un tenso silencio que duró varios segundos

— ¿Te vas a quedar?

Preguntó el hombre, Amber tardó en responder

— Yo no... Yo no puedo estar acá y lo sabes

— Amber...

Las voces pararon en cuanto escucharon el despertador caer de la mesa de noche cuando Indrit intentó levantarse para escuchar mejor

— Despertó

Dijo Amber y se sintió algo asustada de que la descubrieran

Pocos segundos después Amber entró en la habitación

— Hola...

No daba mucho crédito a lo que veía, Amber no parecía la de siempre, tenía los ojos llorosos y tenía cara de no haber dormido en años

— ¿Ya despertaste? Bueno eso es obvio — Parecía nerviosa — ¿Estás... Bien?

— Yo... — Tenía un montón de preguntas pero apenas podía hablar — ¿Que pasó?

— Te desmayaste

— ¿Otra vez?

Amber asintió

— ¿Que pasó antes de eso? — Amber se tensó — Cuando llegó ese tipo, tu saliste del edificio... El hombre al que le disparaste...

Amber abrió la boca y volvió a cerrarla

— Indrit es evidente que no soy quien dije ser

— ¿Tú crees?

Amber le puso mala cara

— No estás en condiciones de escuchar toda la historia, así que solo responderé lo que preguntaste — Suspiró — Bueno lo más resaltante es Braian, sí fue mi novio pero no solo eso, él... Es hijo de lo que podrías llamar un mafioso, tiene una compañía de asesinos a sueldo

¿Que verga está pasando?

— ¿Indrit?

— Sigue — Dijo como pudo

120 díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora