Día 48

6 1 0
                                        

Suspiró, no es que no amara su trabajo pero estaba agotado

Él no tenía porque molestar a los demás con sus problemas por lo que siempre trataba de mantener una sonrisa y ayudar todo lo que podía a los demás porque.. A veces solo deseaba llegar a casa y encontrar a alguien ahí que estuviera feliz de verlo, solo deseaba que alguien le extendiera la mano

Siguió caminando hasta llegar al ascensor y marcó el piso a donde iba sin dejar de pensar, no soltaba el café que había comprado para su asistente y para sí mismo

Recostó su cabeza de una de las paredes y pudo ver su reflejo en la contraria, y al hacerlo le pareció que se veía tan... Agotado de vivir

La mirada de alguien que no quería morir y sin duda no podía decir que su vida era mala pero quería hacer un cambio, urgentemente necesitaba cambiar algo pero no sabía que

Él tenía la misma mirada que Amber la cual pudo ver una vez que las puertas del ascensor se abrieron terminando el hilo de pensamientos

— Tan madrugadora como siempre

Sonrió y caminó hasta ella que estaba sentada en el escritorio que generalmente usaba la recepcionista pero en el que Amber se había instalado

— Buenos días Amber

Ella no levantó la vista del ordenador pero agradeció el café igual que siempre

— Buenos días Crisie

Amaba escuchar ese apodo, pero solo porque lo decía ella

— ¿Cómo estás?

— Mejor supongo, ¿Tú qué tal? ¿Ya se acabaron tus sueños pervertidos?

La miró divertido y Amber hizo una risita sin dejar de ver la computadora

— Uhmm... no, es díficil dejar de soñar eso cuando la veo todos los días

— Vaya... Me entero que ves a otra chica todos los días aparte de mí, me voy a poner celosa

Había descubierto que Amber era mala con las indirectas, mala enserio, pero no porque fuera tonta sino porque estaba tan poco interesada en el mundo que no se daba el lujo de escuchar con atención a nadie

— Vamos Amber, sabes que siempre serás la dueña de mi corazón

— La única que resguarda tu cuenta de banco — Comenzó a reír y Amber también — Ya enserio, ¿Cómo estás?

— ¿Yo? Bien supongo

Amber lo analizó y debió ver algo que no le gustó

— Mierda Crisie deja de ver tantas películas y duerme un poco, haré que te traigan tu almuerzo favorito en el descanso

— ¿Enserio?

— Si prometes dormir

Sonrió en su interior

— Bien mamá, ¿Donde está Niki?

Ese era el nombre de la recepcionista

— En una reunión familiar — Dijo Amber y metió unas pastillas a su boca de forma muy rápida  — Me pidió que la cubriera

¿Será que las pastillas era porque tenía migraña?

— Ya veo, pues supongo que no puedo contar contigo para la reunión

— Lo harás bien Cris — Amber volvió a trabajar — Si algo se te olvida solo debes escribirme

— ¿Que haría sin tí Amber?

120 díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora