¿Qué?

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- Que no Titi, que no.- El híbrido le quitó la dinamita que tenía el niño en manos.

El de moñitos empezó a "llorar" corriendo a abrazar una de las piernas de Willy quién acarició su cabeza con cariño.

- Pinche niño vato, ¿ya vas a llorar?- Entonces el niño se acercó a él dándole una patada.- ¡Auch! sTaXx, Titi me pateó.- El híbrido de pato se oculto detrás del alienígena mirando mal al otro par.

- ¿De verdad tienes 23 años?- Willy sintió nostalgia al decir la edad del alado, ese "niño" había llegado a sus vidas hace 5 años, ahora tenían dos y uno de ellos se podría decir que ya tenía una nación a sus pies.

- Ya, ya, ya paren, mejor vayan a comprar las cosas que faltan para la cena.- El alien los empujó hasta la entrada, cerrando la puerta detrás de sus tres chicos.

El pato, le había dejado el casino bajo el cuidado de Cris, quería ir a visitar a unos de sus mucho padres falsos, además de que quería recoger las cartas que dejaba Spreen para el.

Puede que no se vean en persona pero el contacto entres ellos seguía, con cada carta perdía más las esperanzas de volver a verlo en persona, Ibai y Jacky se volvieron más fuertes que la última vez, y Spreen no quería matarlos, aquella amistad que tenían se fue deteriorando con el tiempo, volviéndose enemigos, mientras que el par planeaba matar al de mascara, este quería arreglar las cosas.

Aunque cada vez el sentimiento de venganza iba corrompiendo al de máscara.

Quackity miró una de las cartas que recibió, está seguía sellada, con delicadeza rompió el sobre, mientras que el par de padre e hijo cantaban una canción, que el alado no conocía el nombre pero la apodo “El amimagüe”.

"Para: El pato enano...

- Tú, pequeña flor de lotto, no tengo la menor idea de cómo, pero te incrustaste en mi corazón, aksjushshsj *letras inentendibles* ya me dejó de boludeces, adivina qué, Farfa explotó la casa del Rich y el le llenó la casa con agua, ahora crearán un ring para pelear ya que los dos están demasiado enfadados, hoy estaba de paseó con Génesis y me encontré un pato, me recordó a ti, el me dijo que le pusiera tu nombre pero yo le puse Duki ya que sentía que sería raro que se llamé igual que tú, pero el pelotudo siguió con su mierda y le puso un beanie al pato..."

Siguió leyendo el relato del mayor hasta que sintió como el auto paraba.

- ¡Llegamos!- El niño de cinco años aplaudió, mirando por la ventana.

- Si, ya llegamos, haremos esto para hacer todo más rápido, Quackity tu irás por las galletas y el resto de postres, tu te quedarás en la piscina de pelotas y sin explotar nada, y yo iré por los refrescos, salsas y tomates ¿Entendido?- Willy miró a los dos jóvenes atrás que asintieron.

Después de dejar al niño en la piscina de pelotas, cada uno fue yendo por su lado.

Una vez el de alitas llegó a el estante con las galletas empezó a dudar en cuáles escoger, rellenas o saladas.

- Deberías escoger las de chocolate arriba, son más ricas.- Su espalda sintió como una corriente eléctrica pasaba por ahí con gran intensida, no podía ser.

Cerró los ojos, volteo su cuerpo para mirar a quién le hablaba, al volver a abrir sus ojos le regaló una mirada avergonzada al mayor, era Vegetta.

- ¡Vegetta, mi amigo!- Quackity estiró sus brazos recibiendo un abrazo del exhibicionista.

- Quackity, ¿Cuando llegaste?

- Ayer, me estoy quedando en casa de Willy.- Dejó las galletas en una canasta, que traía, desde que se fue de Karmaland había estado mejorando, cada vez era una nación más moderna.

𝐋𝐨𝐯𝐞 𝐆𝐚𝐦𝐞 [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora