Capítulo 11: Destinos

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-¿Qué amas, entonces, extraordinario extranjero? -Amo las nubes... las nubes que pasan allá... allá... ¡las maravillosas nubes!

Charles Baudelaire






















El sueño siempre era el mismo.

Volvía aquella habitación.

Todo carente de color, blanco.

Se le formó un nudo en la garganta.

 Una habitación amplia puramente blanca inmaculado sin una sola ventana, la puerta negra dividía ese mar de escaso color, miró a sus pies y las vio.

 Lycoris radiata.

Rojo.

Ardiente.

Escucho una risa traviesa.

Sintió el familiar hundimiento.

Se escucha un suave tarareo.

El se acerca.

Terror puro componía sus huesos.

Draco no podía gritar.

Pero escucho.

Tendría qué.

🎶"Te tengo un veneno"🎶

🎶 "En copa de oro"🎶

🎶"Te espero en la noche"🎶

🎶"Sentado en tu cama sin miedo"🎶

🎶"Te tengo un veneno"🎶

🎶"'En copa de oro"🎶

🎶"Sentado en el suelo, aquí sentado en tu cama sin miedo"🎶

Una mano de largos dedos pálidos fríos como un muerto, le toca su hombro, sintió su amplio sombrero negro de copa rozar tu cabello suevamente, lleno de promesas desconocidas el cosquilleo de su aliento en su oreja.

¿Quieres la copa, Draco?

Si el diablo existiera, ¿así se sienten los condenados?

Draco sonrió lleno de pánico.

Las observó fijamente.

Las flores del infierno.

Se rió, rió con todos sus dientes expuestos, no paró de reírse hasta que cayó de espalda a las abundantes nubes de sangre hundido completamente.

Cerró los ojos.

Pero el blanco nunca desapareció.

Nunca lo hace.

Pero él lo es.

Quiere dejar de serlo.

Sollozo.



Despertó.




Se sentó sobresaltado, ya no se encontraba en ese mal rojo no entendía qué estaba pasando, su espalda llena de sudor, sus ojos desenfocados, su respiración corta y dolorosa un llanto estancado rogando en ser liberado hasta que sintió un apretón en su mano.

 Era Chris, como todas las veces anteriores justo a su lado al despertar.

Se siente tan aliviado.

Chris lo abrazó con fuerza hasta que su respiración se normalizara, sus ojos volvieron a la normalidad y el llanto comprimido desapareció.

Con una delicadeza torpe Chris sostuvo su rostro con una mano libre.
 
Justo cuando el reloj marcó las 12, del 5 de junio.

— Feliz cumpleaños, Dragon.
— ¿Estás listo?.

Pregunta mirándolo fijamente.

— Acaso,¿tienes miedo?— respondió con un toque de burla.

La sonrisa de Chris se volvió amarga.

El sabe el precio.

Pero a Draco no le importa el peso que conlleva, sabe quien es y lo que quiere.

Eso no viene sin sacrificios.

Draco no ve una vida sin Chris.

Sin la familia Bloise en ella.

Sobre todo nunca más alguien tomará decisiones por él.

Porque él los eligió.

Hasta cuando le dijeron que era antinatural.

El destino no los eligió por él, él lo hizo por sí mismo.

El reloj marcó las 12:01

El infierno se desató.











******














Hadrian sabía que estaba soñando.

Esa sensación surrealista en el fondo de tu cabeza lo sabe.

Esto no es real.

Pero lo era.

Sus pies descalzos sienten la tierra húmeda y fría, todo a su vista era pasto sin podar el cielo soleado sin una sola nube.

El aire se sentía puro.

Cálido.

Cerró los ojos disfrutando la sensación.

Escuchó la risa soñadora de una niña.

Cabello rubio plateado flotando junto con el viento.

Quería ir tras ella, alcanzarla.

Tenía este sentimiento nostálgico inexplicable.

Suaves ojos azules oscuros.

Hadrian le tendió la mano.

En cambio, con una ligera sonrisa, ella le habló de manera soñadora.

— Ya es hora Hadrian

Se despertó.





Eran las 12:00 am del 31 de julio.

Su cumpleaños.

Él sabía que venía después, pero no es menos tedioso de lo que es.

Vínculo, eh. Hadrian podría sacar beneficios de esto.

Solo alguien más que utiliza.

La pregunta sería ¿Funcionará o estarán condenados?

12:01

Puro fuego cubría a Hadrian.

Por primera vez en su vida, gritó.






Nota: oficialmente comenzará el arco de la historia, estoy muy emocionada.

Pretend You're ThereDonde viven las historias. Descúbrelo ahora