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Todos los presentes se encontraban expectantes y ansiosos por escuchar las palabras que Dios tenía que decir. Ya que les estaba brindando una oportunidad única, sobre todo para el rey de los sueños, cuya ilusión y esperanza se les había desvanecido con todo lo ocurrido.
-Hare lo que sea, Señor. Hare todo lo que haga falta, por ella-. Afirmo decidido mientras apretaba con fuerza su puño.
-Muy bien, si de verdad la amas tanto como dices lo que tienes que hacer será pan comido para ti. Si lo logras, ambos podréis vivir en paz por el resto de vuestras vidas, nada ni nadie os molestara, tenéis mi palabra. Pero... si no lo consigues la perderás para siempre. ¿Estás dispuesto a arriesgarlo todo?-. Las sabias pero duras palabras del Creador pusieron a Morfeo en tensión, este vio como el mayor se acercaba a la cúpula donde Angie descansaba tranquilamente.
-De todas mis hijas, ella siempre fue de mis favoritas. Fue a la que cree más semejante a los humanos, poseía un corazón demasiado bondadoso para este mundo, reía, lloraba, amaba con tanta intensidad. No era perfecta, cometió muchos errores, pero siempre se levantaba con una sonrisa y seguía adelante, eso era lo que la hacía tan especial. Aunque creo... que eso ya lo sabes tú ¿Verdad?-. Pregunto mirando los desolados ojos de Sueño, los cuales solo reflejaba tristeza.
-Si mi señor. Ella era especial, más que nadie para mi. Y por mi culpa... ella no está. Jamás me lo perdonare. Pero juro por mi vida que la traeré de vuelta-. Dios observo la mirada llena de amor que este le daba a su hija, le enternecía ver como dos seres que siempre fueron solitarios se acabaron encontrando por casualidades del destino, estaban hechos el uno para el otro sin duda.
-Mi hija ha elegido bien, Morfeo Rey de los Sueños. Solo tendrás una oportunidad, así que escucha atentamente. Al lugar donde te voy a mandar es peligroso, ni yo mismo tengo alguna clase de poder allí, todo sigue su propio rumbo. Lo único que puedo hacer es crearte un portal hacia allí, pero en ese sitio estas solo, no podemos ayudarte ninguno de nosotros. Tu hermana sabe muy bien del sitio que estoy hablando-. Dios se giro hacia Muerte y ambos se entendieron perfectamente con la mirada.
-Señor... Al lugar que se refiere es al "Cielo de las almas" ¿verdad?-.
-¿Qué es ese sitio hermana? Nunca había oído hablar de el-. Pregunto Sueño con curiosidad.
-Ese lugar es al que van las almas buenas que han dejado este mundo, permanecen allí en paz esperando el momento de su renacer. Ni yo misma he estado allí nunca, no sé lo que hay, no puedo ayudarte allí hermano, lo siento-. Se disculpo poniendo una mano en el hombro del menor.
-No te preocupes hermana, tus ánimos son suficientes para mí-. Le sonrió de vuelta.
-Te creare un portal, y una vez que lo cruces solo dispondrás de 1 hora como mucho, allí solo puede estar gente muerta y el poder de ese sitio te echara de allí en cuanto sepa que un ser vivo está ahí. Debes de ser rápido y encontrarla-. Advirtió.
-Pero ¿Cómo voy a encontrarla? Vos mismos habéis dicho que las almas van allí, debe de haber infinidades-.
-Eso lo tendrás que averiguar tu mismo, si de verdad la amas la encontraras con facilidad. Yo confió en ti-. Aquellas palabras de ánimo por parte de Dios le dieron a Sueño esperanzas, esperanzas de que fuera capaz de encontrarla, lo lograría, solo tenía que tener confianza en él mismo.
Entonces el creador acerco una de las manos al cuerpo de su hija y tras tocar el lugar donde estaba su corazón, ahora inmóvil el cuerpo de esta empezó a brillar y de repente se convirtió en cientos de motitas de luz brillantes.
-¿Qué has hecho con su cuerpo? ¿Cómo va a volver si ya no está?-.
-Este cuerpo ya no sirve hermano, es solo un cascaron vacio. Deberías de saber que una vez que un alma abandona un cuerpo este queda totalmente inservible. Tiene su rostro, pero no lo más importante. Ahora necesita uno nuevo-. Muerte intervino al ver la incertidumbre en la cara de su hermano.
-Exacto, necesita un cuerpo nuevo y ahí es donde tú entras, tienes que crear uno apropiado para ella, Rey de los sueños-. Las palabras dejaron sin habla a Morfeo.
-¿Qué? ¿Me estás diciendo que debo de crear un cuerpo? Yo solo puedo hacer sueños y pesadillas señor, no creo... que pueda conseguirlo, eso es demasiado para mí. No voy a ser capaz-.
-¿Ah no? ¿Entonces no eres Morfeo, Rey de los sueños y el tercero más poderoso de los Eternos? Quizás he estado hablando con la persona equivocada todo este tiempo-. Las palabras llenas de sarcasmo le sacaron una carcajada a la hermana mayor del rey.
-Lo siento mi señor, a veces mi hermano no es muy... avispado. Necesita su tiempo para procesarlo todo-.
-Lo que mi padre quiere decir rey de los sueños, es que un vez que consigas el alma de Angie, la conviertas en un sueño-. Ignis intercedió al ver la confusión que se estaba creando.
-Exacto, una vez que la encuentres solo queda lo fácil, darle un lugar al que volver, un recipiente en el que meter su alma, y de esa forma volverá a la vida-. Dios levanto su mano y enfrente de todos apareció una extraña puerta de color azul con detalles en plateado.
Sueño se acerco a esta y sin pensarlo la abrió, no iba a mentir en el fondo de su ser tenía un poco de miedo en adentrarse a lo desconocido, una sensación de incertidumbre lo embargaba y esta creció al ver como detrás de aquella puerta no había absolutamente nada, estaba todo totalmente oscuro.
-Hermano-. Sueño al escuchar la voz de su hermana se giro, entonces vio sus bondadosos ojos- Sigue a tu corazón-.
Este fue a contestarle pero una extraña energía emergió de aquel sitio lleno de oscuridad y la atrajo hacia ella, entonces la puerta se cerro de un portazo.
La suerte estaba echada.
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ɢᴜᴀʀᴅɪᴀɴᴀ ᴅᴇ ʟᴏs sᴜᴇɴ̃ᴏs「𝙏𝙝𝙚 𝙎𝙖𝙣𝙙𝙢𝙖𝙣」
Fanfic¿Qué pasaría si Morfeo se llevara del reino de Lucifer algo que le pertenecía al dador de luz? ¿Le perdonaría por haberle robado su ultima adquisición o por el contrario el Rey de los sueños la protegería con su vida? Aquel encuentro con ese ángel...