Prólogo (pt 2)

73 4 13
                                    

Lylia: ¡Aaah!¡No se que hacer! - mientras se agarraba la cabeza con las manos y se despeinó sin darse cuenta.

Lylia estaba dando vueltas caminando por la habitación mientras hablaba con una ultraball encima de la cama.

Lylia: Les dije que me convirtiría en entrenadora, pero no se como empezar.

Lylia se sentó en la cama y cogió la ultraball en la que se encontraba Nebulilla.

Lylia: Tengo que aprender a defenderme por mi misma, sin ayuda de los chicos o tuya.

Lylia se volvió a levantar y empezó a andar por la habitación con la mano sujetandose la barbilla.

Lylia: ¡Ya se! - abre su bolsa que estava encima de su cama y saca un libro - Aquí están la guía para entrenadores que me dio Kukui antes de irme - abre el libro y se pone a leer -. Aquí hay algunos consejos para novatos, debería servirme.

Lylia estuvo un buen rato leyendo mientras decía en voz alta algunos apartados.

Lylia: Acuérdate de guardar partida... Lleva siempre una buena cantidad de pokeballs, pociones e incluso si quieres repelentes... Ten toda la amistad posible con tus pokémon... Pulsa A para recoger el sedal cuando veas una exclamación... Bono de movimientos del mismo tipo... Movimientos físicos, especiales y de estado... Incluso aquí hay una tabla de tipos...

Así estuvo hasta ya avanzada la noche, cuando Samina la encontró dormida sobre el libro. Samina le pusó un marcapaginas al libro y lo guardo en la bolsa. De la misma bolsa, sacó un peluche de Zubat y se lo dio a su hija dormida, para después taparla.

Al día siguiente Lylia se despertó y fue a desayunar con su madre.

Samina: Buenos días Lylia.

Lylia: Buenos días Madre.

Samina: Quería hablar contigo.

Lylia: ¿Qué ha pasado? - preocupada.

Samina: Nada malo. Ayer Gladio me llamó para decirme que un Ultraente atacó al grupo del Team Skull de Melemele.

Lylia: ¿Están bien?

Samina: Afortunadamente sí. Tu amigo el campeón estaba con ellos y pudo capturarlo y dárselo a Gladio.

Lylia: ¡Que bien!

Samina: Pero creemos que lo mejor es devolverlo a su mundo. Para ello necesitamos la ayuda de Solgaleo y como tú quieres convertirte en entrenadora...

Lylia: ¿Cómo lo sabes?

Samina: Ay hija - riéndose -. Me acerqué a tu habitación porque escuché un ruido y eras tú pensando en voz alta.

Lylia: No pensaba en voz alta, hablaba con Nebulilla.

Samina: Bueno lo que te decía, también se cree que hay más Ultraentes rondando por Alola y los están buscando. Por eso, si no te importa, en el laboratorio donde el señor Bill me ayudará a recuperarme, Solgaleo nos ayudará a devolverlos a su mundo.

Lylia: ¿Pero no le pasará nada malo verdad?

Samina: Por su puesto que no cariño, no le pasará nada, devolverá a los ultraentes a su mundo y volverá.

Lylia: Está bien - un poco triste.

Samina: ¿Qué te pasa cariño?

Lylia: Ya me he despedido de los amigos que hice en mi recorrido por Alola, no quiero despedirme también de Nebulilla.

Samina: Tranquila pequeña - dándole un abrazo -. Podrás venir siempre que quieras a ver a tu amigo.

Lylia: Claro, es cierto - un poco menos triste.

Samina: Y sobre tus amigos, en cuanto me recuperé, podremos volver a Alola y podrás verlos todos los días y vivir aventuras con ellos.

Lylia: Pero... ¿Qué pasa si es un tratamiento que necesita tiempo?

Samina: Entonces yo me quedaré aquí y tú podrás volver a Alola.

Lylia: Pero tampoco quiero dejarte sola Madre.

Samina: Hay que buena que eres, entonces ya nos las apañaremos. Pero no quiero que pierdas tu sonrisa.

Lylia: Esta bien - con un rostro un poco más alegre.

Samina: Por cierto, si vas a empezar tu aventura, tengo entendido que en Pueblo Paleta regalan un pokémon inicial a los entrenadores novatos. Si quieres puedes ir allí a empezar su aventura.

Lylia: Vale, gracias Madre - mucho más alegre que antes.

Samina: No hay de que, cariño.

Después de un par de días en los que Lylia se aprendió prácticamente de principio a fin el libro que le dió Kukui, madre e hija llegaron a Ciudad Carmín en Kanto.

Lylia, la nueva entrenadora de KantoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora