Capítulo 35. Más Lovecraft y menos Austen.

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La sala de audiencias estaba casi llena, mi padre estaba sentado a mi diestra, y el otro abogado, sentado del lado opuesto. Mi madre estaba apoyándome en primera fila, Morgan y Twenty estaban detrás, el pobre tenía una cara aburrimiento que no podía disimular, cada vez que me asomaba a verlo estaba bostezando. Nick sentado al fondo, totalmente apartado de los demás con la mirada circunspecta. También acudieron Nicole y Lisa acompañando a Derek, quien iba en silla de ruedas. La madre de Lukas asistió, y como era de esperarse se sentó del lado de la fiscalía. Busqué a Lukas entre los presentes, pero no lo encontré. El resto de los presentes eran algunos reporteros y otros tantos curiosos, incluso Eliot estaba ahí.

Golpeé mis uñas contra la mesa, mi padre puso su mano sobre la mía para que me calmara. Estaba muy inquieta a pesar de que yo no iba a declarar ese día. Mi padre observaba impaciente su reloj, como si viéndolo el tiempo se acelerara. Arthur se jalaba la corbata como si lo estuviera ahorcando. Está nervioso, no tanto como yo, pero bastante.

Cuando llegó la imponente jueza, todos nos pusimos de pie. La primera persona que llamaron al estrado fue a una forense para cuestionarla sobre los resultados de los análisis realizados al cuerpo de Charlie. Después de que la mujer hizo el juramento e iniciaron los cuestionamientos por parte del fiscal.

—Puede decirnos, ¿cuál fue la causa de la muerte?

—El fallecido recibió un disparo en la parte superior del abdomen, debajo de las costillas. El otro tiro, impactó directo en el corazón, quitándole la vida—Mientras la mujer explicaba, apuntaba con un láser las zonas en las que recibió algún impacto en un monitor en el que se mostraba el esquema de un cuerpo humano—. Los casquillos encontrados en la escena del crimen corresponden a una pistola Glock calibre 9 mm; desafortunadamente no se encontró el arma en la escena del crimen.

Seguía sin comprender qué pudo haber pasado con el arma; ¿quién se la llevó? y ¿por qué?

—¿Y qué hay de la sangre encontrada en el calzado de la acusada? —inquirió el fiscal alzando una bolsa hermética transparente, en la cual se encontraban los zapatos que usé ese día. La acercó a los miembros del jurado para que la observaran a detalle, después se la entregó a la jueza.

—Coincide con la muestra de ADN extraída del joven fallecido.

Me encogí de hombros al sentir cómo las miradas de los presentes se volcaban sobre mí.

—No más preguntas —dijo con una sonrisa de suficiencia, y volvió a su lugar satisfecho con su intervención.

Arthur se levantó de su asiento y se dirigió hacia el estrado.

—Doctora, ¿puede hablarnos acerca de las pruebas de balística que se realizaron?

—Los resultados de las pruebas de balística arrojan que la persona que disparó, lo hizo a una distancia aproximada de medio metro, en un ángulo perpendicular al cuerpo de la víctima, tal como se muestra en la recreación —Todos los presentes observamos la animación de lo ocurrido que aparecía en una pantalla—. La bala entró en su pecho atravesando su cuerpo, y finalmente impactó contra el casillero —añadió la forense.

—Por lo que se ve en la animación, el eje de disparó fue completamente horizontal —señaló dibujando con su dedo línea en el aire.

—Eso suponemos.

—Y dígame, ¿la estatura influye en el ángulo de tiro?

—S-sí —afirmó vacilante, sin entender hacia dónde iba la pregunta.

—Respondeme esto por favor —tosió sutilmente y luego se aclaró la garganta—, si una persona de baja estatura le intenta disparar a otra mucho más alta en el corazón, ¿cuál sería la trayectoria de la bala?

Fragmentos de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora