Capítulo 8. Esta bien llorar

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Estábamos casi a la mitad del segundo año, pero se sentía como si todo comenzara de nuevo. El regreso a clases fue extraño, todos teníamos una extraña sensación de estar en una escena de un crimen. Además, los protocolos en el instituto eran más rigurosos, al entrar nos revisaban las mochilas y teníamos que pasar por un arco detector de metales.

Mientras me formaba para la revisión, vi que a una chica le quitaron su lima de uñas, era una de esas largas de metal, por considerarlo una posible arma blanca. Supongo que, de ahora en adelante, las autoridades escolares serán más estrictas o precavidas. A todo esto ¿Quién lleva una lima de uñas a la escuela?

En clase Morgan se acercó a mí, lo que me pareció extraño ya que ella era más tímida de yo. Morgan era dulce y algo reservada. Tenía unos pequeños ojos marrones que gracias a sus gafas se veían más grandes, era delgada, de piel morena clara y su cabello color avellana. Me parecía bonita, no despampanante como Nicole o estilizada como Lisa, pero tenía un encanto natural y simple.

—Hola Ruth —Me saludó con timidez Morgan.

—Hola —respondí casi con todo de pregunta.

—¿Cómo estás? —Preguntó ella tratando de sonar interesada.

—Bien, aunque a veces no tanto —dije algo vacilante— ¿Y tú?

—Bien —respondió con monotonía —Quería hablar contigo —habló casi susurrando.

—Dime —le dije sin darle importancia.

—En privado —Acotó ella—. Es algo importante.

En ese momento captó mi atención por completo. —Entonces será mejor después -le dije yo en tono más serio – ¿Qué te parece a la hora salida?

—Tengo coro —me informó ella. Lo había olvidado, Morgan pertenecía al club de coro.

—No importa, espero a que salgas.

—Sí, me parece bien —dijo ella esbozando una ligera sonrisa.

¿Qué rayos se traía Morgan? Tal vez no era algo tan importante, pero Morgan se hacía la misteriosa. Aun así, no dejé de pensar en ello toda la mañana...

El tiempo en clases me pareció más largo, sin Elton, me sentía más sola. No tenía más amigos. A Nick solo lo veía en el club de teatro, él era un año mayor que yo, cursaba el último grado de preparatoria. Twenty apenas se presentaba al instituto, además también era mayor, por lo que no tenía ninguna clase en común con él.

La clase de coro de Morgan duraría dos horas, así que fui a la cafetería y me compré un sándwich de queso, me pareció que el queso tenía un sabor raro. Pudo haber sido que el queso estaba rancio, o tal vez era uno de esos quesos refinados como el blue cheese, que mi paladar poco educado los hallaba asquerosos, al final no comí nada. Guardé el sándwich y después me fui a la biblioteca a esperar a que diera la hora.

Iba caminando en dirección del auditorio, donde solían ensayar los coristas, cuando reconocí la voz de Lukas llamándome.

—Ruth –volvió a gritar él, y yo detuve mi andar. Volteé en todas direcciones buscándolo, estaba a unos metros de distancia. Él caminó rápidamente hacia mí. Lukas tenía puesto su uniforme deportivo y en sus manos llevaba su casco.

—Hola —Me saludó con simpatía.

—Lukas —murmuré yo.

—Sigues aquí —Habló él un poco desconcertado de mi presencia. —Es tarde —añadió.

—Estaba en la biblioteca, leyendo algo de teatro —expliqué algo desganada.

—Ya veo –dijo y al mismo tiempo, él inclinó su cabeza hacia mí, tal vez para oírme mejor, ya que él era mucho más alto que yo.

Fragmentos de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora