Capítulo 37. El baile de invierno

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Morgan y yo nos dirigíamos a clases, cuando un montón de jóvenes agrupados frente al muro de avisos del instituto llamó nuestra atención. No era normal ver a las masas agitadas, un lunes por la mañana.

—¿Qué está pasando? —le pregunté a Morgan, ella alzó los hombros como respuesta.
Morgan y yo nos acercamos para averiguar lo que ocurría, pero no podíamos ver nada incluso de puntitas. Afortunadamente, nos encontramos con Twenty, quien intentaba salir de la multitud, entre golpes y empujones.

—Twenty, ¿sabes que ocurre?

—Es por el baile de invierno —explicó mientras se acomodaba la ropa—. Según escuché, lo harán para recaudar fondos.

—Pensé que lo cancelarían —masculló Morgan un tanto incrédula.

—Dicen que el dinero recaudado se utilizará para mejorar la seguridad de la escuela —comentó no muy convencido.
Justo en ese momento, Nick apareció y nos saludó con un simple hola.

—¿Están repartiendo preservativos o qué? —preguntó con sátira.

—No, es por lo del baile —le aclaré.

—Entiendo, ¿ustedes van a ir?
Morgan y Twenty se voltearon a ver mutuamente, y después asintieron con un movimiento de cabeza.

—Yo no, no tengo ánimos para eso —admití en voz baja.

—¡Oh, vamos Ruth! —exclamó Morgan, me tomó del brazo y comenzó a sacudirlo como si estuviera haciendo una pequeña rabieta—. Deberes ir, te hace falta distraerte.

—Yo tampoco iré —anunció Nick.

—¡Nick, no seas aguafiestas! —chilló Twenty.

—Twenty, tú sabes que todo eso de los bailes y los reyes no me gusta —replicó y se rascó la nuca un poco incómodo—. Además, no tengo con quien ir.

—Invita a Ruth, ya no tiene novio.

—Gracias por recordarlo —siseé con ironía.

—Piénsenlo, podría ser divertido.

—Como es nuestro último año, había planeado postularme para rey del baile —confesó Twenty sin disimular su entusiasmo—, y tú podrías ser mi reina.

—¿Yo? —Las palabras de Twenty tomaron por sorpresa a Morgan, y por poco la leche se le sale por la nariz—. No soy popular, nadie votaría por mí.

—Yo votaría por ti.

—Yo también —dijimos Nick y yo, al mismo tiempo.

—Gracias chicos, pero no soy competencia para Nicole o Samantha —balbució con timidez.

—Tú eres mucho más bonita y simpática que ellas dos juntas —declaró Twenty provocando que Morgan se ruborizara escandalosamente. Siempre que lanzaba un cumplido de manera espontánea, Morgan reaccionaba así.
Me agradaba la idea de que Twenty y Morgan fueran reyes, el invierno pasado fueron Charlie y Nicole.
Saqué un bolígrafo de mi mochila para anotar a Morgan en la lista de candidatas a reina del baile.
—Ni se te ocurra anotarte, Ruth —espetó Samantha cubriendo con su mano la forma de inscripción pegada en la pared para evitar que yo pudiera escribir—. Nadie quiere a una criminal como reina.
—Yo no... —suspiré con pesadez. Ya sonaba como disco rayado defendiéndome de todos los que me creen culpable—, ¿sabes qué? Piensa lo que quieras —Me di la media vuelta con la intención de marcharme, pero a Samantha se le ocurrió abrir la boca.

—Por eso Lukas te dejó, ni siquiera él creyó en tu inocencia —dijo haciendo unas comillas con los dedos.
Poco a poco un círculo de personas se formó a nuestro alrededor, observándonos como buitres alrededor de la carroña.

Fragmentos de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora