Capítulo 10. Jugar a ser Dios

296 101 278
                                    

Ese día no había ido a la escuela porque tuve que ir a ratificar mi declaración con la policía, mi madre me acompañó a la comisaria. Mi madre y yo esperábamos en una pequeña salita a que los inspectores me llamaran.

—Tranquila Ruth —me decía mi madre mientras me tomaba de las manos.

—Estoy bien —repliqué—. Solo un poco nerviosa.

—Pase por favor, señorita Ruth —Indicó el inspector Davis.

Era un cuarto gris opaco, casi vacío solo había un par de sillas y una pequeña mesa. El aire acondicionado está demasiado alto, provocando que el ambiente se tornara más intimidante y frio. Unos segundos después entró el inspector Davis seguido del inspector Crouse.

—Te esperaré acá afuera —señaló mi madre, y me sonrió brevemente.

—Esto no tomara mucho tiempo —aclaró con tono amable el inspector Davis.

Intento esbozar una sonrisa torpemente. Me senté en la fría silla del cuarto de interrogatorios, me quedé viendo al techo tratando de pensar en lo que podían preguntarme y lo que debía responder.

—Por su seguridad, esta entrevista será grabada —comentó el otro inspector.

Voltee en todas direcciones buscando la cámara, estaba en una esquina del techo.

—¿Es necesario grabar? —pregunté dirigiéndome a los dos inspectores. Esperaba un No por respuesta.

—Grabamos todos nuestros interrogatorios —explicó Davis.

—Por favor, relájese —Me sugirió su compañero. Yo inhalé profundo y exhalé despacio, para lograr calmarme.

Me removí sobre el asiento buscando una posición más cómoda. No era la silla, era la situación la que me ponía incomoda.

—¿Le puedo ofrecer algo? —me pregunta Crouse—. ¿Café o Agua?

—Agua, por favor —le respondí. En otras circunstancias hubiera preferido el café, pero ya estaba algo alterada y la cafeína solo lo empeoraría.

El inspector Crouse sale, y el inspector toma el asiento enfrente de mí.

—Por favor, diga su nombre y la fecha de hoy -me pide en tono serio.

—Mi nombre es R-Ruth Whitman —En ese momento dudaba hasta de mi propio nombre—. Hoy es miércoles, 6 de noviembre del 2013.

Regresa el inspector Crouse con una botella de agua y la deja sobre la mesa sin decir palabra.

—Gracias —dije mientras intentaba abrir la botella. Me sudaban las manos así que cubrí la tapa con la tela de mi suéter para poder abrirla, cuando lo conseguí, bebí un pequeño trago de agua. Mierda, me temblaba la mano.

—Ahora, cuéntenos lo que hizo el día del atentado, desde que llegó a la escuela —Inquiere el inspector Davis, sus palabras me hacen remontar a ese día.

—En las primeras clases, todo estuvo normal, pero antes de la hora de gimnasia, Elton me había pedido que no asistiéramos. Yo fui a esperarlo en el patio trasero y como tardó en llegar, yo fui a buscarlo.

—¿Lo vio el día del tiroteo?

—Sí, me lo encontré el pasillo —comenté—. Me apuntó con su pistola y me pidió que me acercará a él.

Me miró algo incrédulo —¿Y lo hizo?

—Claro, tenía un arma —respondí taimada—. Pero estaba segura de que no me lastimaría. Sólo quería despedirse.

Fragmentos de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora