Agápi mou

Capítulo 11, "La Santa"

"La Santa"

Un rumor se expande en la capital del reino y llega a oídos del palacio, el rumor acerca de una mujer que enseña a leer y escribir a los desfavorecidos y que dedica su tiempo a curar a los más pobres de sus enfermedades y heridas, una especie de "santa" del pueblo por que así es como las personas la llamaban, muchos no conocían su rostro, su silueta o su voz, muchos solo sabían que existía una "santa" en Jerusalén que ayudaba a los más pobres.

Baldwin se entera acerca de esto y decide preguntarle sobre esto a la joven en una de sus tantas reuniones por la tarde.

— Debo decir que desconozco aquel rumor que ha mencionado, su majestad. - decía la joven mientras se miraba las uñas desinteresadamente, haciéndose la desentendida.

— ¿Estás segura? Vives en una de las zonas más antiguas de la capital, esperaba que escucharás acerca de este rumor. - Agregó algo decepcionado el rey, pues tenía curiosidad sobre lo que tanto decían los nobles de la corte.

— Viviré en una de las zonas más antiguas de la capital pero casi siempre me mantengo trabajando en la tienda, su majestad.

Por supuesto que aquellos rumores que declaraba el rey se trataban de ella.

Él suspira mientras expresa que desearía que su hermana estuviera allí, pues ella era perfecta para investigar acerca de los rumores y la veracidad de estos.

— ¿Su hermana no reside en el palacio? - preguntó ella.

— Ella habita en Ascalon en estos momentos, son en ocasiones puntuales cuando viene al palacio pues mi sobrino es quien vive aquí debido a su educación. - continuó el rey. — Ella es perspicaz y muy astuta, creo que podían llevarse muy bien ustedes dos.

— Comprendo.

— Soy un hombre curioso pero mi enfermedad me impide explorar fuera de este palacio. - agregó él. — Buscaré quién sepa más del rumor que pueda hablarme acerca de esta persona denominada "Santa".

Adara asustada prefiere guardar silencio con la taza de té entre sus manos, pues no sabía la real importancia de sus acciones hacia el pueblo y las consecuencias que estas podrían traer consigo.

Las acciones de la joven podrían tomarse como honorables y caritativas, sin embargo, para un grupo específico de personas aquello no era algo bueno, pues para la nobleza no era adecuado que los campesinos dejasen de ser campesinos.

Los días transcurren y en una de las muchas sesiones con la corte del palacio Baldwin escucha las peticiones y quejas de algunos nobles y caballeros respecto a esta mujer que está entregando caridad al pueblo, pues para algunos de ellos supone un riesgo que los pobres comiencen a educarse y dejar de ser campesinos, por supuesto que son un grupo selecto y minoritario de personas quienes temen por eso, en cambio, a muchos poco les importa lo que suceda en el Reino y otros muestran mayor curiosidad por la mujer que dedica tiempo a la bondad.

Los nobles que protestan acerca de las acciones que esta mujer está realizando con el pueblo alegan pidiendo atraparla y arrestarla, así también agregan que dicha mujer está teniendo demasiada influencia en el pueblo.

— ¡Es peligrosa! Una mujer con tanto poder sobre las personas podría suponer un peligro para el reinado. - expresó un viejo hombre, bajo de estatura y de piel grasienta.

— Dudo que suponga un peligro para la capital como dice usted Lord Dalmacio, pues como ha dicho, esa persona es una mujer. - Respondió un hombre al más viejo.

— ¡Por eso mismo! ¡¿Cuándo en la historia se ha visto a una mujer con poder?! - Alegó nuevamente el Lord, quien era dueño de las tierras de Gaza.