Capítulo 11: Vacaciones.

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Alexander.

Maldición, como me duele ver qué no le agrada la idea de que algo entre nosotros pase, yo quiero todo con ella pero debido a toda las cosas que han pasado lo veo muy difícil, espero que cuando regrese de sus vacaciones pueda hablar con ella bien y explicarle las cosas y que me dé una oportunidad para demostrarle lo que en verdad siento por ella.

Mónica.

Habíamos llegado a la cabaña, hacía mucho tiempo que no veníamos, mi tío necesitaba un descanso también según lo que me contó una mujer lo trae vuelto loco y es algo que el no sabe cómo manejar, mi tío había estado casado pero su esposa lo engaño con su mejor amigo, y luego de eso no busco otra pareja y no es por nada pero es muy joven haun de hecho solo me lleva un par de años.

— Listo la comida ya viene en camino.- solo asiento.—¿Todo bien princesa?.- niego y el me abraza.

— Porque tuvieron que aparecer tío.- lloro por qué son tantas cosas pero en especial lo de mis padres lo que me pone mal.

— Están arrepentidos princesa, aunque que creo más bien es que quieren estár en paz con ellos mismos.- me dice.

— Yo los perdone hace mucho tiempo tío, pero no por eso quiero verlos.- había pasado página cuando comprendí que la culpa no era mía, pero haun así igual me dolía mucho saber de ellos.

— Lo mismo hice yo cuando Luisa y Julio me engañaron, los perdone, pero no los quiero en mi vida, tus padres hicieron las cosas mal y ahora quieren redimirse pero ya es muy tarde para eso.- lo es es muy tarde.— Ahora cuéntame ¿que es lo que pasa con tu jefe?.- lo veo confusa.— Ha no Mónica no me vas a mentir te conozco bien algo te pasa con el, ¿te gusta tu jefe?.- me alejo de el.

— No lo sé.- en eso tocan la puerta.

— Debe de ser la comida.- va hasta la puerta y efectivamente es la comida, comenzamos a comer y sigue con su interrogatorio de mi jefe.

— Bueno pues creí que yo le gustaba, pero las cosas se le han complicado un poco.- le cuento lo que pasó con su madre y la mujer esa que se le quería meter por los ojos.

— Bueno tu mismo lo estás diciendo el no tuvo la culpa de lo que pasó.- asiento.— Pero dime algo, ¿Te gusta o no?.- me gustaba Alexander hoffman yo creo que sí.

— Si tío, me gusta pero es muy complicado todo, pero haun asi quiero darle una oportunidad, que me demuestre que me quiere de verdad y no solo es un capricho nada más.- el asiente comprensivo.— Y cuéntame cómo está eso de la mujer que te trae loco.- el se pone nervioso, entrecerró los ojos viéndolo.

— aaaah, ¿que?, Yo no sé.- lo escucho suspirar.— Es que no puede haber nada entre nosotros.- se levanta y camina de un lado a otro.

— ¿Porque no?, ¿A caso es casada o está con alguien?.- le pregunto.

— No no nada de eso, es que es muy joven para mí.- me río.

— Hay por dios tío, tu no estás tan viejo tienes solo 34 años no estás tan viejo.- el niega.

— Ella tiene tu edad, yo no podría cortar sus alas, ella intenta seguir sus sueños y no me puedo meter en eso.- frunso el ceño.

— ¿Como así tío no entiendo?.- el suspira.

— Como te dije ella es más joven que yo, ella es bailarina de ballet y una muy buena, y debido a que quiere estar conmigo planea dejar una beca para no irse del país y es algo que yo no puedo permitir.- niego.

— A ver tío, lo de la edad no es un impedimento y lo de la beca que dices que deja por ti, ¿Estás seguro que es así?, ¿Estás seguro que ella no quiere aceptar esa beca por ti?, ¿Ya le preguntaste el porque no quiere aceptar la beca?.- le digo.

— No no he hablado con ella, yo simplemente me aleje de ella.- niego.

— Deberías de llamarla y hablar con ella tío, no dejes que tus miedos te alejen del amor.- el asiente no muy convencido.

Carl.

Debería de hacerle caso a Mónica y llamar a Nina, salgo al porche de la casa con el teléfono en la mano.

Inicio de llamada.

— Hola.

— Hola Nina.

— ¿Carl?, ¿Y eso que me estás llamando?.

— Lo siento, siento haberme comportado contigo como lo hice, no te lo merecías, pero es que tienes que entender que no puedo dejar que dejes la beca por querer estar a mi lado.

— No es por ti que no quiero aceptar la beca carl.

—¿No? ¿Y entonces porque es?.

— Porque tengo una mejor propuesta que esa sin tener que irme del país, y es lo que siempre he querido, me ofrecieron dirigir mi propio salón de ballet.

— Eso es genial, ¿pero enserio eso es lo que quieres?.

— Si Carl desde que inicie en esto del ballet siempre quise dar clases ya he viajado mucho, quiero quedarme en un lugar y hechar raíces, pero entiendo que tú no quieras lo mismo, o por lo menos conmigo Carl, así que espero que te vaya bien, adiós.

— Espera Nina.

Fin de llamada.

Creo que Mónica tenía razón, me deje llevar por mis miedos y tal vez allá perdido a la mujer que amo.

¡Mi idiota jefe!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora