Capitulo 24: Salvada.

781 77 1
                                    

Maricela.

No puedo creer lo que estoy haciendo solo para no quedarme en la calle.

— ¿Tu esposo no me va a dejar divertirme con tu hijita?.- dice esto mientras se rie, en eso sale Miguel del sótano.

— ¿Acepto?.- el se acerca al bar y se sirve un trato y se lo toma y luego otro.— ¿Y bien?.- el tira el vaso contra la pared rompiéndolo en pedazos.

— ¿Eres estúpida o que?.- se acerca a mi y me toma fuerte del brazo.— No, no acepto es tan estúpida como tú.- me suelta y camina de un lado a otro.— Tengo que deshacerme de unas cosas.- saca su pistola y le dispara a esa mujer.

— Teníamos un trato.- le dice escupiendo sangre yo estoy muerta de miedo.

— Así era, pero ya no me sirves.- y le dispara más veces luego se vuelve hacia mi.— Tu turno.- me dispara dándome en el hombro y cuando va a volver a hacerlo la puerta es tumbada con un sonido muy fuerte y lo último que veo son varios hombres entrando.

Logan.

Escuchamos un disparo y todos nos ponemos alerta.

— Es momento de entrar no podemos esperar más tiempo.- avanzamos con cautela y una vez cerca de la puerta se escucha otro disparo y decidimos tirar la puerta y entrar habían dos hombre y dos mujeres una de ella parecía estar muerta y la otra mujer parecía herida y antes de que comenzarán a disparar lanzamos una bomba de humo, lo que nos dió tiempo para inmovilizar a los dos hombre y revisar el lugar, una vez revisadas la dos mujeres bajamos al sótanos y allí encontramos a Mónica.— Llamen a una ambulancia.- me acerco a revisarla.—¡¿Mónica!?.- la muevo un poco.— ¿Me escuchas?.- esta más delgada y tenía leve golpes en su cara.

— Parece que llegamos antes de que empezarán con la tortura.- veo hacia donde me señala Max, habían cuchillos, navajas, pinzas, y otro objetos más de tortura.

— Déjame revisarla.- Mac la revisa, el sabía algo de medicina, cosas básicas como todos nosotros.— Está deshidratada, pero está bien, está desmayada necesita atención urgente.- en eso escuchamos la ambulancia y vemos bajar a los paramédicos.

¡Mi idiota jefe!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora