📜 Capítulo 38. Andén 9 ¾

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En el noroeste de Londres se encuentra la estación de King 's Cross, una estación de trenes muggle que es una de las más concurridas de la ciudad

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En el noroeste de Londres se encuentra la estación de King 's Cross, una estación de trenes muggle que es una de las más concurridas de la ciudad. Es una estación perfectamente normal, con grandes números de plástico en cada pista y guardias que nunca han oído hablar de Hogwarts. Sin embargo, cada 1 de septiembre, como la sobrecarga del reloj se acerca a las once y el InterCity 125 se introduce en el andén nueve, una extraña multitud muggle gira la cabeza ocasionalmente. Una multitud de niños magos, portando enormes baúles y búhos enjaulados, se abren camino hacia - y luego a través de - la barrera de metal sólido entre los andenes nueve y diez.

A través de esta barrera, por supuesto, se encuentra el andén nueve y tres cuartos, hogar del famoso Expreso de Hogwarts. Una mirada retrospectiva a la barrera revela que se trata, en cambio, de un arco de hierro forjado con las palabras "andén nueve y tres cuartos", y sobre el humo de una línea de vapor escarlata, un cartel anuncia que el Expreso de Hogwarts sale a las once en punto. El andén también tiene un olor distinto, uno que levanta el ánimo de los jóvenes magos que, como Albus y Scorpius, esperan cada verano hasta el comienzo del curso.

Aunque en esta ocasión, el Expreso de Hogwarts esperaba antes de las once a un solo pasajero del cuál todo Hogsmeade, profesores de Hogwarts y guardador de Expreso esperaban, justo antes de las ocho de la mañana.

— Entonces, ¿debo cruzar la… pared? —

— sí —respondió Albus con positivismo— la primera vez que lo hice fue con mi padre, fue un momento que jamás olvidaré —Ariana nunca había probado atravesar una pared, entre muchos de los hechizos que había aprendido.

— no es complicado —masculló Scorpius— solo atraviesalo y no pienses en nada más —

Pero además de la falta de experiencia de Ariana en cuanto a cruzar un pasadizo mágico como ese, los sonidos en el mundo muggle parecían más y más fuertes, las personas caminaban una tras otra y miraban a menudo a los tres chicos, era muggles, Ariana lo sabía ahora porque Albus le había contado antes de salir del callejón Diagon mientras Scorpius lanzaba un hechizo de camuflaje sobre Faigel para que pasará desapercibido.

Para Ariana era increíble como los muggles caminaban en busca de sus trenes y otros iban con unos extraños aparatos en mano, muchos de esos trenes eran tan lisos y deslizantes que parecía magia, pero ninguno de ellos portaba varita o alguna mascota o alguna escoba, parecían ser más simples, eso fascinó a Ariana.

Aún así el estar encerrada tantos años y salir al exterior de esta forma muchas veces creaba una gran tensión en Ariana, los sonidos eran fuertes en su alrededor, los muggles en especial hablaban tan alto que costaba no prestarles atención, pero lo que más atormentaba sus oídos era el fuerte sonido de un tren que venía de llegada y chillaba con fuerza cuando se detenía haciendo tambalear un poco la estación y Ariana lo sentía.

— si gustas puedo ayudarte a cruzar —Albus entonces aprovechó la indecisión de Ariana para estirar su mano a ella— lo haremos juntos —Ariana vio la mano de Albus y agradeció su voluntad de querer ayudarla.

Pero volvía a desconectarse de él y volvía a escuchar lo demás a su alrededor, algo que Albus no notaba con facilidad, pero Scorpius sí.

— ¿estás bien? Ariana —

— Son muchos muggles y muchas voces… —mascullaba atónita— ¿siempre han sido así de ruidosos? —decía intrigada.

Entonces el joven de cabello platinado rubio busco en sus bolsillos algo que le ayudará y encontró sus tapones de oído que a menudo utilizaba para los viajes en escoba o cuando hacía mucho ruido— toma estos —y se los extendió a Ariana para que se los pusiera— te ayudarán a focalizar tu atención más en quién te habla y no en lo demás, ayuda mucho, creéme —Ariana asintió a Scorpius agradecida para tomar uno por uno y ponerlos en sus oídos y poco a poco empezaba a escuchar menos y se centraba más en las voces de ambos chicos— ¿ahora sí? —

Los oía con nitidez— gracias, Scorpius —sonrió.

Scorpius asintió y Albus volvió a hablar— ya te acostumbrarás a las voces de los demás, ¿ahora podemos cruzar? —y sacudió la mano de Ariana, eso la hizo sentir aún más segura, porque sabía que podría tener a Albus con ella.

— gracias, Albus —ahora no se trataba de Benjamín ayudando como siempre lo hacía, sino que ahora eran Albus y Scorpius. Ariana realmente esperaba que la amistad junto a ellos dos fuera tan duradera como ellos le permitieran y tomó la mano de Albus aceptando que la guiará.

Albus sintió algo inmediato en su estómago y como parecía ser ahora el protector de Ariana y eso lo hizo sentir tan bien que aferró su agarre a ella para cruzar— a la cuenta de tres, ¿lista? —

Ariana asintió sosteniendo la respiración y demostrando una sonrisa, Albus separó sus pies del suelo y corrió con Ariana de la mano, ella cerró sus ojos antes de querer chocar con la pared, pero la magia surgió cuando ambos desaparecieron en el medio de la pared. Scorpius se aferró con fuerza a la maleta antes de correr también cuando escuchó la voz de un guardia— hey tú, niño, ¿qué haces ahí? —y corrió deliberadamente a través de la pared para cruzar antes de ser atrapado.

Esto de inmediato confundió al guardia del tren y se mantuvo ahí frente a la pared sin entender lo que había visto, pero cuando quiso tocar la pared, alguien más se le atravesó— disculpe, ¿podría decirme en qué dirección van los trenes hacia la central de Londres? —una táctica totalmente coordinada para distraer al guardia cuando otra persona tras del mismo pronunciaba un hechizo sin varita.

— Obliviate —y el guardia del tren quedaba inactivo en ese espacio de tiempo cuando sus recuerdos recientes empezaban a borrarse.

— Obliviate —y el guardia del tren quedaba inactivo en ese espacio de tiempo cuando sus recuerdos recientes empezaban a borrarse

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Ariana Grindelwald Y El Legado MalditoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora