📜 Capítulo 55. La ambición

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Nunca nadie sabía cómo los villanos se creaban, se creía que solo era por una visión para su futuro o planes que incluían el revuelo en las leyes

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Nunca nadie sabía cómo los villanos se creaban, se creía que solo era por una visión para su futuro o planes que incluían el revuelo en las leyes. Muchos dieron teorías sobre qué impulsó a Gellert Grindelwald a ser el mago tenebroso de su tiempo o a Tom Ryddle, Lord Voldemort ser como era. La ambición, el poder, el amor, la ilusión ¿Qué sería lo que hacía parecer una decisión como esa con tanta fuerza?

Por las noches, los sueños de Benjamín volaban sin cesar, pero había crecido, de eso no había duda y ahora era un chico de dieciocho años a punto de graduarse y salir como mago calificado. Pero aún así, su mente no dejaba de funcionar, sus secretos empezaban a compaginarse, las frustraciones se notaba a flor de piel, la ambición hace que la pérdida de su conciencia empieza a distorsionarse.

Benjamin había cambiado, la presión de los Carrow había ejercido sobre él y ahora se encontraba en un plan estratégico que me ayudaría a desatarse de cualquier idea de los Carros, con tal de lanzar su propia idea. Pero no se me ocurría nada.

Y cayó inconsciente durante toda la madrugada, porque su cuerpo se había expuesto a tanto estrés que su homeostasis ya no funcionaba correctamente, el descanso no parecía estar en su diccionario, tendido sobre su mesa de noche e inconsciente durante la madrugada, el joven Egwu parecía escapar de su realidad por medio de sueños, los libros tirados alrededor suyo y su cuerpo reposando completamente sobre una silla hacia muchas madrugadas que el joven Egwu no era capaz de conciliar el sueño, pero esta vez pudo lograrlo.

Pero aún en sus sueños el joven Egwu no podía escapar de la presión porque la conversación con los Carrow o aún lo perseguía.

nunca hemos dudado de un Grindelwald, pero aún sigue habiendo una distorsión sobre el liderazgo —la cizaña en ocasiones tenía el nombre de Amycus y lucía totalmente malvado.

¿A qué le llamas distorsión? —preguntó Benjamín frente a los dos.

Ariana Grindelwald y Benjamín Egwu, debe de mostrarnos su autoría señor —explicó Alecto sin mucha paciencia— ya sabe, quitar del camino a la competencia —casi como una insinuación y más como una orden, Alecto y Amycus parecían ser el pies que presionaba los límites de Benjamín.

Y el joven en sus pesadillas casi no podía respirar de los pensamientos macabros— existe la posibilidad de ser más que la joven Grindelwald —le perseguían día y noche, Benjamín se removía en su lugar incómodo, porque aunque la conversación que ahora parecía estar teniendo parecía real, en realidad era una creación de su subconsciente— dicen que existen una piedra de propiedades misteriosas

¿La piedra filosofal? —era la razón más certera para que Benjamín supiera lo que Alecto quería decir.

Una sustancia legendaria que tiene poderes asombrosos. La piedra puede transformar cualquier metal en oro puro y también produce el Elixir de la Vida, que hace inmortal al que lo bebe —Amycus y Alecto parecían estar en total sincronía con el perplejo Benjamín, porque hacía años que no escuchaba de la piedra.

Y cuando se levantó de su sueño, de un solo sobresalto, en su mente solo estaba un tema por resolver, algo que de pronto parecía ser una de las mejores ideas para ser más fuerte.

El miedo de que tal vez no llenará las expectativas que se esperaba lo atemorizaba, así que junto con su deseo de ser el mago más poderoso, con las ojeras que guardaba bajo sus ojos y su corazón hiperactivo a altas horas de la madrugada, Benjamín recurrió al libro que tanto había guardado con mucho cariño, entre sus páginas removió el polvo y busco entre ellas lo que andaba buscando.

Desde edades juveniles, Benjamín se había aprendido cada verso de cada expresión en el libro, cada detalle y característica que en él se guardaba, porque como dijo su padre en el algún momento:

la piedra filosofal siempre aparecerá a quiénes perseveren en encontrarla —cada consejo que el señor Barret Egwu se había destinado a grabar en su descendencia había sido totalmente efectivo.

Porque ahora Benjamín parecía tener un plan de contingencia y con ello, el inicio de estrategia que esperaba poder conseguir para realzar al mundo mágico de entre los humanos sin poderes, aquellos a quienes se denominaban muggles.

Pero aún así, era inevitable no sentir una incertidumbre que derrumbaba su corazón, cuando en momentos pensaba contra quienes estaba enfrentándose y contra quién esperaba no enfrentarse nunca. Ariana Grindelwald.

Aunque el deseo del poder, parecía querer atraerlo más a la causa. Aún cuando Arianna apenas estaba empezando su tiempo en Hogwarts.

El espejo de la habitación de Benjamín marcaba las ojeras que traía arriba de sus mejillas, su piel mestiza hecha cenizas y esa chispa de ser el chico más inteligente ahora parecía convertirse en el hombre más poderoso.

El espejo de la habitación de Benjamín marcaba las ojeras que traía arriba de sus mejillas, su piel mestiza hecha cenizas y esa chispa de ser el chico más inteligente ahora parecía convertirse en el hombre más poderoso

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Ariana Grindelwald Y El Legado MalditoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora