📜Capítulo 47. Problemas y más problemas

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El fuego enardecia acercándose a la profesora Haywood petrificada y Ariana volvió a lanzar otro hechizo antes que el fuego se siguiera expandiendo— Aguamenti —el hechizo lanzado por Ariana explotó como fuente de agua estallante que apagó el incend...

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El fuego enardecia acercándose a la profesora Haywood petrificada y Ariana volvió a lanzar otro hechizo antes que el fuego se siguiera expandiendo— Aguamenti —el hechizo lanzado por Ariana explotó como fuente de agua estallante que apagó el incendio que amenazaba la vida de la profesora Haywood. Un destello de oportunidad se avecina en Ariana cuando el delegado Egwu intenta lanzar un hechizo y ella logra conjurar uno antes que él— Expelliarmus —la varita de su oponente se estrelló contra la ventana, eso tomó de sorpresa al señor Egwu pero se limitó a tomar su varita por si Ariana intentaba lanzar otro hechizo.

Pero convenientemente para Ariana el señor Egwu corrió hacia la profesora Merula y desaparecieron del lugar.

El señor Khanna esperó atento el siguiente movimiento de Ariana, pero la chica se movió tan furtivamente que de pronto perdió el hilo de lo que ella hacía.

Ariana se dirigió a su maletín y le abrió— señor Khanna, le pediré un favor —

— ¿Un favor? —

— sí, señor Khanna, me hará el favor de bajar al fondo del maletín y buscará el filtro restaurativo de mandrágora, está en un frasco rojo y tiene el nombre, así que no habrá problema debo pensar —

— te recuerdo que soy tu protegido —alegó el señor Khanna.

— y yo debo protegerlo —alegó Ariana con una sonrisa optimista— me quedaré aquí y cuidaré de la profesora, si algo sucede cerraré la maleta y usted estará resguardado conmigo —y eso último no convenció mucho al señor Khanna.

— no me das tranquilidad con esa opción —reconoció a lo que Ariana rio.

— disculpe señor, pero lo óptimo es su seguridad ¿No es así? —

— supongo —masculló el señor Khanna, suspirando y viendo el interior de la maleta asintió para meter sus piernas en la maleta y bajar al interior de la maleta— siquiera hay una escalera —se quejó.

— Es la parte divertida —reconoció Ariana antes de escuchar como Faigel graznaba, dando aviso que venían más problemas— apresurese señor Khanna —Ariana se preparó con su varita en mano.

Pero el tiempo no estaba de su lado, ni tampoco los magos que acechaban su rendición, el camino también se acababa, pronto la estación Hogsmade estaría a las puertas del tren, era claro, la colina que atravesaban solo daba los indicios de la proximidad en la que se encontraban.

Ariana no quería volver a lanzar un hechizo contra un posible profesor, tampoco quería tener que luchar contra alguno de ellos, pronto se dió cuenta que el lugar en el que estaba era demasiado abierto y muy propenso a sufrir algún ataque, solo era cuestión de tiempo para que ello sucediera.

Una vez más el rostro de la chica se vio reflejado en su fiel amigo y por un momento confío en Faigel— guíame a un lugar seguro, amigo —Faigel graznó, pero entendió a la perfección a lo que se refería.

Ariana era como un pichón en alardes de volar, la habían tirado a su suerte y no sabía cómo defenderse en el mundo, ahora debía ser ella quién protegiera su nombre y sobre todo, demostrar que su legado no estaba maldito.

Miró la maleta donde el señor Khanna se encontraba y la cerró de inmediato, el señor Khanna no demoró en sentir el portazo y se acercó de inmediato a la salida del enorme cuarto que se encontraba dentro de la maleta y gritando dijo— ¿Señorita Grindelwald? —temía que algo malo hubiera sucedido y si era así que sería de su vida eterna dentro de una maleta.

Pero Ariana era oídos sordos a todo aquello que el señor Khanna intentaba decir y en cambio la pequeña Grindelwald atravesaba una vez más los pasillos de los siguientes vagones para huir de aquellos perseguidores con la profesora Haywood delante de ella, flotando una vez más con las cortinas del tren.

Los tacones de la señorita Grindelwald resonaban por todos los vagones, uno tras otro atravesaba dejando carritos de dulces o puestos de periódico en el camino, con la intención de retrasar a sus contrincantes, aunque no todos exactamente estarían dentro del vagón, pues a unos pocos metros fuera del tren, el señor Wood navegaba los aires con su escoba último modelo Nimbus 2022.

La vista de Wood había decaído con los años, pero cuando la profesora Mcgonagall, ahora directora, le permitió al señor Wood formar parte de este grupo para demostrar que tan bien era capaz de dominar la escoba la pequeña novata, una delegación que el señor Wood no estaba dispuesto a rechazar, se destinó a surcar los aires, era como volver a sus tiempos de antaño, en su brazo derecho cargaba consigo un Bludger, con el cuál planeaba chocar a la señorita Grindelwald en cuanto la viera, sí sería doloroso, pero al menos el señor Wood vería que tan adiestrada se comportaba la chica con su escoba y esperaba que al menos la tuviera en mano.

Ariana seguía a Faigel a medida que este cruzaba el cuerpo entero del tren hasta un nuevo punto dónde se detuvo, resultaba ser un lugar amplio de varios puestos, sin separaciones, solo los asientos, Faigel se posó sobre uno de ellos y Ariana entendió que el lugar sería seguro, se apresuró a dejar la maleta sobre un asiento y abrirla mientras bajaba a la profesora Haywood de las cortinas para caer sobre dos asientos, de pronto de la maleta salió una mano, que energía de las profundidades de la misma, Ariana de sorprendió pero se emocionó cuando una segunda mano salió con el filtro restaurativo de mandrágora con mano, el señor Khanna se impulsó como pudo y exhaló con gran fuerza diciendo— sentía que no saldría nunca más de ahí —sudaba a montones y parecía algo mareado, Ariana le ayudó a salir disculpándose con él por tal momento, pero el señor Khanna trataba de reponer su compostura, antes de saber dónde estaba, se tiró sobre un asiento y Ariana tomó la botella de su mano.

— gracias, señor Khanna, ahora será posible restaurar a la profesora Haywood —dijo convencida la chica, Ariana pronto se apresuró a recordar que debía hacer con el filtro, a menudo que mandaba a buscar con un hechizo de su varita ciertos utensilios que tendría que tener a la mano, lo cuál obviamente empezó a ofender al señor Khanna quién veía como la chica con facilidad sacaba las cosas con magia, Ariana expresó— Accio —cerca de cinco veces con gran facilidad, trayendo hacia ella todo aquello que necesitará, pero solo era capaz de hacerlos salir disparados de la maleta, el resto debía hacerlo ella, tomando las cosas o atrapando todo con sus manos y esperando a que no se rompieran.

— gracias, señor Khanna, ahora será posible restaurar a la profesora Haywood —dijo convencida la chica, Ariana pronto se apresuró a recordar que debía hacer con el filtro, a menudo que mandaba a buscar con un hechizo de su varita ciertos utensilio...

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Ariana Grindelwald Y El Legado MalditoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora