Ariana Grindelwald Y El Legado Maldito

📜 Capítulo 75. Atormentada

— Lo sabía, fue obra suya —Albus estaba enojado— por su culpa se arruinó el primer día en Hogwarts de Ariana —pero sus dudas finalmente habían sido resueltas y ahora tenía rostro aquel que estaba detrás de todo.

— no imagino la impresión de Ariana —masculló Scorpius— confiaba en su primo —

— ¡pues ahora ya no! —

— Albus —

— Hay que decirle a la directora, finalmente podremos dejar de ser tachados como insensatos frente a todo Hogwarts —el cerebro de Albus era una máquina constante de ideas maravillosamente estratégicas que salían de su cabeza, pero eso no aseguraba que siempre fuera las mejores.

Scorpius pronto se interpuso frente a Albus y frunció su ceño— debes pensar, siquiera lo hemos hablado con... —pero antes siquiera de que Scorpius pudiera seguir reprendiendo a Albus, Ariana salió disparada por el pasillo, en busca de consuelo de su almohada, sin reparar siquiera en Albus y Scorpius, pero tan solo el destello de Ariana fue capaz para que Albus pronto la tomará de los hombros antes que se fuera y la viera llorar.

Y ahí comprendió a lo que Scorpius se refería, Ariana estaba devastada— Ariana.. —

Pero ella limpió sus lágrimas, una y otra vez, las limpio tanto como pudo y sorbió su nariz para mantener la compostura, pero fue casi imposible porque el vaso ya estaba roto y no había vuelta atrás— sabemos lo que pasó —admitió Scorpius a su lado y logró captar la atención de ella, con facilidad.

— ustedes... —

— no es justo que llores por algo que él hizo —expresó con firmeza Scorpius y Albus sintió que también debía decir algo.

— deberíamos decirle a la directora, así no seríamos los culpables y podríamos empezar a poner las cosas en orden —para Albus parecía ser lo más sensato, era hora de que todos los dejaran de ver cómo los sospechosos de un nuevo hechizo y que vieran la otra parte de la historia.

Pero Ariana se asustó, ¿hablar con la directora?

— No, yo... —

— Nos hará bien, creéme —pero cuando a Albus se le metía algo en la cabeza, no había nadie que se lo sacará— nos reivindicaremos —

— No lo entiendes —masculló Ariana con lágrimas en sus ojos, porque su corazón dolía y tenía miedo, miedo de lo que estaba pasando con Benjamín ahora, miedo de que la directora la viera como una bruja tenebrosa, miedo de que esto explotará de una manera negativa y terminará más aislada que antes.

Su corazón se había acelerado, queriendo huir de todos aquellos pensamientos que la estaban empezando a atormentar.

— No la estás escuchando, Albus —

— No, ustedes no me están escuchando a mí —

Fue cuando Albus y Scorpius se envolvieron en una discusión frente a Ariana, aunque para ella sus pensamientos eran aquellos que la estaban empezando a atacar cada vez más, sintiendo que no sería capaz de poder controlar todo.

Su primo Benjamín, quién con tanto esfuerzo había luchado por enseñarle y hacerle sonreír, ahora quería ser...

"Planeo ser el mago más poderoso de este siglo, Ariana y lo único que se interpone entre eso y yo, empiezas a ser tú "

¿Cómo Benjamín había planeado hacer eso? ¿Por qué con intenciones de hacer daño a los demás? ¿Usar su hechizo para atemorizar a los demás? Benjamín sabía que Ariana estaba en Hogwarts, entonces ¿por qué atacar? ¿Por qué atacar a una escuela? ¿Qué pasaba por su cabeza?

Y mientras más se sumía en las preguntas, más se asustaba de las respuesta de su inconsciente, de solo imaginarse lo que dirían las personas, de saber que lo que pronto vendría sobre ella no sería nada fácil, de que ahora todos en Hogwarts no a verían más como solo una Grindelwald, ni solo como una maldición, ahora sería tachada como la prima del brujo que atacó Hogwarts y que indudablemente la enlazaran a él.

— Ariana —

¿En qué momento ocurrió eso?

¿En qué momento Benjamín había cambiado?

— Ariana —

De pronto todos los recuerdos con Benjamín se distorsionan y no parecían tener sentido para Ariana, no como ella quisiera que lo tuvieran.

— ¡Ariana! —y entonces Albus sacudió el cuerpo de la joven y desató un momento de inercia, la habían estado llamando todo el tiempo, tanto Albus como Scorpius, cuando ambos se percataron de la extraña mancha que empezaba a sobresalir de atrás de ella, las luces que iluminaban el pasillo pronto se habían apagado y el día parecía haberse hecho noche.

Albus hizo que se volviera sobre sí, para que lo viera y pronto como Ariana lo hizo, aquello que los acechaba, se adentro, escondiéndose prácticamente atrás de Ariana y por consiguiente dentro de ella, lo más aterrador es que ella fue capaz de sentirlo.

Y Albus retrocedió, Ariana se asustó aún más, mientras que Scorpius trataba de entender que había sido eso.

Porque fue la siguiente pregunta de Ariana— chicos, ¿qué fue eso? —aún con lágrimas en sus ojos.

Pero ni Albus, ni Scorpius tenían la respuesta— no lo sé —masculló Albus.

A lo que Scorpius agregó— jamás hemos visto algo así —estando de acuerdo que ninguno de los dos sabía qué era lo que había sucedido.

Aunque tal vez el cuarto espectador sí, porque por los pasillos de Hogwarts y muy deprisa, el profesor Longbottom buscaba con total apuro a la jovencita Grindelwald, de carácter más urgente cuando la ventolina fría acarició su cuerpo y le dio un indicio de que algo no estaba bien, hasta que finalmente encontró lo que en específico no estaba bien.

— Un obscurial —masculló pasmado, pero visualmente presenciado por Ariana en su momento.

— profesor Longbottom —y ella ahora sabía de su presencia y por ende, Scorpius y Albus también.

Aunque parecía para ella que era el inicio de un nuevo problema, para el profesor Longbottom parecía la respuesta de una incógnita que hacía mucho la directora se hacía con tanto fervor y la razón fundamental de que Ariana fuera rigurosamente vigilada y apoyada por el profesor Longbottom.