Ariana Grindelwald Y El Legado Maldito

📜 Capítulo 39. Expreso a Hogwarts

Definitivamente el estatuto internacional de mundo mágico estaba atento a todo lo que sucedía a su alrededor.

Los ojos de Ariana vieron la gran estación y su sonrisa poco a poco volvió a aparecer, el sueño parecía ahora realidad y parecía no poder contener más la emoción, cuando soltó la mano de Albus y caminó en el andén justo cuando un tren atravesaba a su lado y levantaba poco su falda, se la sostuvo y sonrió encantada cuando se detuvo y rechinó, leyó entonces el nombre del tren y sus ojos se iluminaron aún más, en grande decía “Expreso Hogwarts”

— ¿ves? hemos llegado justo a tiempo —mencionó Scorpius acercándose con su maleta y Albus al otro lado.

— la próxima vez que nos veamos será en Hogwarts, Ariana —y eso la hizo sonreír de felicidad, se volvió entonces sobre sí y miró a ambos chicos con esa sonrisa de oreja a oreja.

— esto parece un sueño —masculló a más no poder y ambos chicos sonrieron a ella.

— tú eres un sueño —dijo Albus inconscientemente pero Scorpius le dio un codazo para que corrigiera lo que dijo— es decir, este es tu sueño, el de ir a Hogwarts, es tu sueño —

Ariana mordía su labio inferior mientras un hombre regordete y viejo salía del tren gritando— ¡primera llamada, primera llamada! ¡Expreso a Hogwarts! —Scorpius se apuró a darle el maletín a Ariana.

— toma, a la tercera llamada el tren partirá a Hogwarts, no debes demorar —atisbo Scorpius para Ariana y ella asintió.

— por cierto, antes de que te vayas —Albus busco entre sus bolsillos de la chamarra el obsequio que le tenía a Ariana especialmente de Sortilegios Weasley y sacó un pequeño frasco— son polvos peruanos, por si necesitas escapar de algún lugar, es muy útil —explicó Albus— es uno de los mejores inventos que mi tío George ha hecho y es el que más me gusta y por eso te lo regalo —cada que hablaba miraba a Ariana y bajaba la mirada, ella tomó el frasco y sonrió asintiendo a Albus.

— muchas gracias, seguramente lo utilizaré muy bien —mencionó Ariana, aunque se le ocurría qué sería de mejor utilidad en su casa que en otro lado.

Scorpius no podía creer que Albus estuviera regalando polvo peruano a la chica que le gustaba, pero mantuvo el margen de la situación y decidió él también dar un obsequio, pero mientras lo buscaba el guardia del tren llamó— ¡Segunda llamada, segunda llamada al Expreso Hogwarts! —

Scorpius se apresuró aún más, pero Ariana tomó su maleta para irse y Albus la acompañaba a su lado.

Scorpius busco exasperado en todos sus bolsillos y finalmente en el último bolsillo de la mano derecha lo encontró, eran unas gafas transparentes, se apresuró hacia Albus y Ariana quiénes ya se estaban despidiendo y con el aire faltante exclamó diciendo— es, es para ti —respiro hondo y se volvió sobre su persona— cuando te sientas insegura úsalos, en Hogwarts no se te permitirá tener ese tipo de lentes, pero estos sí —Ariana extendió su mano a ellos cuando ya estaba un paso para subir al tren y dibujó una media sonrisa en sus labios— no digo que ocultes tu identidad, pero si así lo prefieres, esto te ayudará, lo hechice especialmente para ti —eran gafas normales para la vista— pero en serio espero que no quieras usarlos, Ariana —y por un momento las miradas entre ambos se confarnetizaron.

Scorpius sabía lo que era ser prejuiciado y de alguna forma no quería que Ariana tuviera que pasar por lo mismo, solo por ser una Grindelwald.

Ariana mantuvo su mirada en los lentes y asintió con sus ojos cristalizados, durante todo el tiempo después de haber ido al callejón Diagon, se preguntó cómo las personas reaccionaron a ella, ya había escuchado las historias de estos dos chicos, ¿Qué más podrían decir los demás? Definitivamente no iba a querer sentirse así, realmente no quería sentirse así y la idea de que Scorpius ahora me estuviera dando la oportunidad, realmente valía la pena tomarlo.

Ariana se impuso sobre sí y abrazo a Scorpius inesperadamente y en el camino también estiró su brazo para que Albus se uniera en el abrazo, de pronto los tres parecían haberse unido muy amistosamente y aunque no sé conocían por completo, sus historias cruzaban de una manera tan profunda que los hacía sentirse cercanos y no había nada que logrará cambiar eso en el momento.

— ¡Tercera llamada al Expreso Hogwarts! —el tren rechino y era hora de irse, Ariana se separó de los chicos con lágrima en sus ojos y rió mientras Albus tomaba la maleta y la subía a ella con ayuda de Scorpius y casi de inmediato el tren comenzó a andar y Ariana sacudió su mano a los chicos mientras el tren se iba de la plataforma 9 ¾ .

Albus se despedía con mucho entusiasmo, pero Scorpius no podía dejar de sentir la sensación del abrazo que Ariana le había dado, pues en mucho tiempo no había tenido el abrazo de una mujer y eso le recordó vagamente a su madre y una sonrisa melancólica apareció en sus labios.

Y por primera vez Scorpius masculló— realmente espero que pase ese examen —

Albus fue capaz de oírlo y se volvió hacia él con una sonrisa optimista— estoy seguro que lo hará, mantengamos nuestras varitas en alto y si no nos quejamos con la directora —y a veces el optimismo de Albus no parecía tener coherencia, por ello Scorpius me miró extrañado.

— no puedes quejarte por no aceptarla —

— ¿Cómo que no? —

Scorpius terminó rodando los ojos por la forma en la que Albus podía llegar a ser de obstinado— solo esperemos que realmente haya estudiado lo suficiente para los exámenes de la directora Mcgonagall —

— Sería genial tenerla en el grupo ¿No lo crees? —

Scorpius frunció su ceño— ¿Qué grupo? —mientras veía al tren irse de la estación.