📜 Capítulo 62. Los desastres de Peeves

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La presión desapareció cuando Ariana dejó el libro de respuestas sobre la mesa del profesor Longbottom, aún con su mirada baja tartamudeo sintiendo la mirada del profesor

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La presión desapareció cuando Ariana dejó el libro de respuestas sobre la mesa del profesor Longbottom, aún con su mirada baja tartamudeo sintiendo la mirada del profesor.

— señor, ya acabe —Neville había visto en Ariana una genuina inocencia que le confundía al momento de intentar encajar las historias de la asesina Grindelwald con la pequeña, poco a poco su mente iba asimilando que esto no se trataba de los actos futuros de ella, sino de la discriminación que muchos empezaban a lanzar con respecto a apellido y su parecido con respecto a Gellert la ponía en tela de duda.

Aún así el profesor Longbottom entregó los lentes a Ariana y pronto la pequeña ya lo seguía por el pasillo en Hogwarts.

— cuando estés en Hogwarts procura aprenderse al menos los pasillos en los que recurres para tus clases —pronto ambos se encontraron frente a la Gran Escalera— es especial con estás escaleras, son muy engañosas y es mejor saber en cuánto tiempo podrás estar del otro lado para evitar llegar tarde a clases —de pronto el señor Longbottom se había vuelto charlatán con Ariana y eso pronto le dio buenas señales a ella y era capaz de imaginar tanto como podía recorrer los pasillos de Hogwarts.

Las escaleras llegaron a ellos y el señor Longbottom de inmediato subió en ella y Ariana apresuró el paso para subir también a tiempo y en cuanto Ariana tocó la escalera, de inmediato esta cambio de lugar y el señor Longbottom se tambaleo pero se apoyó en el barandal— ¿siempre se mueven? —Ariana por su parte se aferró como gato a ellas mientras el señor Longbottom permanecía quieto, caminaron sobre ellas al tiempo correcto, manteniendo el equilibrio perfecto para no caer cuando se detuviera.

— suelen ser muy movedizas —masculló el profesor cuando su mirada pronto se levantó y se halló con una enorme mancha roja en el retrato de Brian Gagwilde III.

— ¡Esto es una injusticia! —y tan pronto como las escaleras se detuvieron, el señor Longbottom salió de ellas y Ariana le siguió.

— ¿señor Gagwilde? ¿qué sucedió? —mientras los demás retratos a su alrededor se burlaban de él.

— es un insulto, ¡Peeves! —acusó de inmediato un nombre que retumbó por todos lados, el profesor Brian Gagwilde fue un mago, director del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. El profesor también escribió el libro Abracadabra y Patas de cabra.

Su retrato, en el que aparece jugando ajedrez con Walter Aragon, aún sigue colgado en el despacho del director, con la función de aconsejar al director actual.

Pero el retrato de la gran Escalera estaba más que insultado por los acontecimientos anteriores.

El profesor Longbottom de inmediato buscó su varita entre su saco de vestir, aún con el examen de Grindelwald en mano, lo cuál le dificulta más buscarlo, pero tras unos precios minutos buscándola, el señor Longbottom cayó en cuenta con severidad sobre su asunto— he dejado la varita —masculló casi apenado.

Ariana Grindelwald Y El Legado MalditoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora