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La resaca golpeó su cráneo cual misil impacta con la tierra. La luz del día lo recibió de la manera más desagradable esa mañana, causando que el contorno de sus ojos doliese y que el ardor en su pecho y garganta se intensificara.

Apoyó una de sus manos en el colchón, intentando reunir las fuerzas suficientes para lograr erguir su postura allí mismo. Se dio cuenta de que fue una pésima idea el tocar el suelo con ambos pies y levantarse de la cama; el equilibrio en su cuerpo tambaleó, su mente se aventuró en la oscuridad con sus ojos nublándose sin poder ver absolutamente, y su cabeza se sintió dentro de una terrible pesadez y temperatura irritante.

Frunció el ceño y sus párpados cayeron con fuerza, su cabeza sin dejar de punzar del dolor por siquiera un segundo. Gimió por la terrible sensación chocando en cada rincón de su cuerpo; una mezcla de cansancio intenso y tensión en sus músculos.

Finalmente, la poca fuerza con la que sus pies lo mantuvieron firme por tan sólo segundos se desvaneció, llevándose al mismo Harry consigo en una caída de la que ni él tuvo noción alguna.

Wow, wow, wow.

Pudo escuchar antes y seguido de sentir unos brazos tomándolo por la cintura que le impidieron que su cuerpo impactara contra el suelo y en parte con la orilla del colchón. Las mismas manos que lo sostuvieron, lo ayudaron a sentarse correctamente en la cama de nuevo.

Llevó una de sus manos directo a su sien. Abrió los ojos y giró la cabeza para encontrarse con Louis, quien llevaba en su rostro la expresión más llena de preocupación.

—¿Q-qué estás haciendo...? —Sintió la confusión unirse a él. Por un momento creyó que se encontraba solo en su habitación. Se dio cuenta de que no era su habitación cuando analizó todo el espacio a su alrededor, además del hecho de que Louis estaba allí a su lado, apareciendo de la nada otra vez.

—Traeré un poco de...

—Debo irme a mi habitación. —Mencionó, tratando de ponerse de pie nuevamente, pero siendo detenido en seco por la voz y los brazos de Louis aún en su cuerpo.

—No, Harry. —La voz de Louis no era dura o sombría, fue suave y expulsada casi en un murmuro—. Sólo espera aquí. Traeré una pastilla para ti y un poco de agua.

Bueno. No iba a oponerse a eso. Gruñó y resopló, sintiéndose con ganas de dormir en un cuarto completamente a oscuras y no despertar en un buen rato. Pero tendría ensayo individual esa tarde, y el sol estaba en el punto del mediodía, así que supuso que ya no habría tiempo.

—¿Por qué estoy aquí? —Dijo, viendo a Louis sentarse a su lado mientras le entregaba un vaso de agua junto a una tableta. Su voz apenas sonaba bien, pues la aspereza en su garganta le impedía gesticular con normalidad.

Louis se quedó mirando a él. No fue hasta un momento después que le respondió—. Uh... tú quisiste dormir aquí.

—¿Yo quise...? —El problema era que no recordaba nada, o al menos no mucho—. Oh...

—Sí...

—Uhm... —Se giró apenas un poco para colocar el vaso de agua sobre el pequeño mueble de al lado después de haber tomado la pastilla. Regresó su vista a Louis—. ¿Qué... hicimos?

Louis volvió a mirarlo en silencio por segundos, para después decir—: No te preocupes. —Se levantó de la cama y caminó en pasos lentos a la cocina. Continuó hablando—. Sólo te sentaste en mis piernas y querías que te tocara... Ya sabes. Pero yo te dije que fueras a dormir y eso es todo.

Sus labios se entreabrieron. De repente, la imagen del rostro de Louis cerca del suyo después de haberlo llamado cariño atravesó su mente como un rayo. Ya está. No se esforzaría en recordar nada más, para evitar el seguirse avergonzando.

Wet Dream || (LS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora