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Dio inicio a la semana con una sonrisa bien colocada en su rostro. Recibió pagos y devolvió cambios, disfrutando del exquisito aroma dulce y repleto de satisfacción a su alrededor.

Johan trapeaba los pisos de la tienda, robando amables sonrisas de los clientes al desearles un buen día y darle las gracias por su compra. Todo transcurría con una tranquila normalidad que apartaba a Harry de vez en cuando de la inquietud que aquellos recuerdos le causaban.

La imagen de Camila cerca de él de una manera terriblemente peligrosa hacía a su pecho escocer y regocijarse en un disgusto extremo.

Pero vamos, Harry, fue sólo su presentación y nada más. Ella pudo hacerlo porque lo planeó como parte del show.

Aunque, maldita sea, ¿qué fue esa mirada retadora en dirección a Harry en medio de todo? Ella claramente sabía que iba a causar esa molestia en él, y evidentemente lo logró.

No podía evitar ese malestar, ese pequeño nudo de ansiedad que de pronto aparecía dentro de él al preguntarse cómo se habría sentido Louis en ese momento. Es más, Harry seguramente le estaba dando importancia de más, tal vez a Louis ni siquiera le importó. ¿O tal vez Louis se sintió bien con lo que ella hizo?

No. No. El semblante en el rostro de Louis mostrado en los videos circulando por todos lados acerca de ello denotaba todo menos una buena sensación.

Y, a todo esto, ¿qué estará haciendo Louis ahora? No se vieron después del programa anoche y ninguno había enviado algún mensaje al otro. Podría llamarlo al salir de aquí e ir directo a él...

—¡¿Harry?! —La voz de Johan lo sacó abruptamente de la perdición dentro de su propia mente. El chico estaba frente a él, al otro lado del mostrador, sacudiendo con ímpetu una de sus manos frente a sus ojos.

Sacudió la cabeza, alejando todo aquello de su mente para responder—: ¿Qué pasa?

—Ya dieron las tres y Alex no tarda en llegar, está bien si te vas un poco antes. —Dijo, sonriendo gentilmente hacia él, pero al notar el ceño fruncido de Harry, expresando su confusión acerca de eso, continuó hablando—. ¿La Galería? —Recordó con obviedad—. Lo mencionaste esta mañana, dijiste que querías visitarla hoy.

—Oh, sí —murmuró. Exhaló, cansado por tanto pensar—. Mierda, sí, es verdad —esto último fue algo dicho para él mismo. Después de haber pensado en ir con Louis, recordó esto abruptamente. Ya no podía hacer esperar más esto, quería visitar la galería y recibir los informes necesarios acerca de la posibilidad de trabajar ahí.

Podría esperar para ver esos bonitos ojos azules que con tanta ternura lo admiraban. Esto también era algo importante, uno de sus más grandes deseos.

—Suerte, compañero —Johan palmeó su espalda cuando Harry se dirigió al frente, saliendo de su lugar detrás del mostrador.

Quitó la playera que le había sido brindada para el trabajo, quedándose en la suave camiseta blanca que llevaba debajo. La repentina emoción comenzó a carcomerlo por dentro. Visitaría la galería... Sus ojos brillarían al admirar cada pieza expuesta allí.

—Gracias, Johan —lanzó directo a su rostro la prenda que acababa de retirarse, ganándose un dedo medio recto en respuesta, a lo que él rio—. Nos vemos mañana.

Salió sin esperar una respuesta más. Después de tanto soñarlo, después de tanto imaginarse a sí mismo pisando los brillantes suelos del lugar, al fin estaba dirigiéndose hasta allí.

Ese sería su día. Podría pasarse el tiempo que fuera allí dentro, deleitándose con cada color que sus ojos pudiesen apreciar. Podría pasear por la ciudad y comer algo fuera.

Wet Dream || (LS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora