Junto a un suspiro pesado cerró la puerta del auto. No tenía idea de qué podía decir, qué podía hablar con Gemma en todo el trayecto de regreso a Londres. O simplemente podría quedarse callado.
Mejor optaría por esa última opción.
No sabe exactamente cómo se siente ahora mismo, pero sí sabe que definitivamente no es "bien" la palabra para definirlo.
Tragó saliva con dificultad y esperó a que su hermana dijese algo, pero no fue así. Gemma sólo encendió el auto y emprendió marcha. Harry no dejó de observar todo a través de la ventana, con la mirada perdida en las distintas, preciosas y relajantes tonalidades que el cielo presentaba ante sus ojos conforme el atardecer desaparecía.
Unos cuantos minutos después escuchó a su lado un par de bajos sollozos.
Si se giraba a mirarla, terminaría llorando también.
Aun así, se atrevió a hacerlo. Ella bien pudo sentir su mirada al verla llorar, pero no se giró a verlo a él de vuelta. Harry frunció los labios en una nostálgica mueca y llevó una de sus manos hasta el hombro de su hermana. Dio un par de caricias y esperó unos segundos a que se detuvieran en el siguiente semáforo en rojo para decir:
—¿Prefieres que yo conduzca? —su voz casi rompió.
—Sí —Gemma asintió, hablando tan bajo y casi inaudible. Sus ojos se presionaron con fuerza y sorbió su nariz—. Por favor.
—Bien —le dolía verla así, y el sufrir propio no estaba siendo de mucha ayuda.
Gemma aparcó junto a la acera después de pasar el semáforo e intercambiaron puestos. Antes de que Harry retomara el camino, le dio una última mirada que ella tomó en sus propios ojos. No hubo sonrisas, sólo ojos llorosos por parte de Gemma y el reprimir de un llanto en los de Harry.
La mayoría del tiempo estuvieron en silencio y Harry afortunadamente pudo concentrarse estando en carretera. Pero, a la vez, no dejó de pensar en todo.
Comprendía a Gemma porque ambos compartieron esa infancia, esos días oscuros para dos pequeños bajo el techo de aquella casa en Cheshire.
Casa a la que esos pequeños solían llamarle hogar.
Aun con todos esos problemas, gritos, regaños y castigos no merecidos, Harry miró con ojitos llenos de cariño a sus padres.
Ahora no lo hace con su padre. Le ha cruzado por la mente el que algún día podrían encontrarse, pero él no quiere. No tiene idea de cómo reaccionaría y en su lista de deseos definitivamente no se encuentra el querer ver de nuevo a papá.
Y a su madre, bueno... Anne le importa. De alguna u otra manera ella permaneció. Fue su apoyo en algunos aspectos, aunque nunca en el emocional.
Sin embargo, todo lo que ella misma pronunció esa tarde ha sido volver el tiempo y sentir que lo vivió de nuevo. Porque cada palabra fue tan cierta y Harry tan sólo no tuvo algo por responder de vuelta porque, ¿qué le quedaba decir?
Debió haber sido el momento correcto para todos tomar su turno de sincerarse, pero no marchó como lo esperaron, evidentemente.
En un abrir y cerrar de ojos el alto edificio de hotel se alzó ante su vista al estar a la esquina de la avenida. Tal cosa le indicó que pasaron horas en silencio, con sólo los leves sollozos de Gemma escuchándose de fondo de vez en cuando.
Respiró con pesadez y lentitud a la vez. Gemma salió del auto y Harry hizo lo mismo, rodeándolo para llegar hasta la acera junto a ella.
—Te veo en tu boda —mencionó, todavía sin tener idea alguna de lo que podría mencionar además de eso y darle las gracias por haberlo llevado de regreso.
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Wet Dream || (LS)
RomanceDonde Harry Styles canta en tal programa de talentos un cover de la canción "Wet Dream" sólo para tratar de seducir al muy atractivo juez Louis Tomlinson, que lo hizo soñar apenas un par de noches, deshaciéndose entre suspiros al dormir. **********...