Las cosas no mejoraron a la mañana siguiente. Sabía que su día podría ir mal apenas puso un pie en el suelo frío al dejar la cama.
—Maldita sea —musitó, sintiéndose molesto consigo mismo, frotándose el rostro con ambas manos antes de dejar con prisa su lugar sobre el colchón.
Pasaban de las nueve de la mañana, apenas tendría tiempo de vestirse y beber una taza de té, tal vez sin siquiera terminarla. Ni siquiera tuvo la oportunidad de darse una rápida ducha.
Todo este desastre gracias a que no durmió cuando debía anoche, con su mente demasiado ocupada por pensamientos que deseaba apartar, pero que no le fue posible hasta que el sueño lo venció.
Realmente esperaba lucir lo suficientemente presentable para su tercer día de trabajo. Pasó una mano por su cabello más de un par de veces, intentando que tantos mechones permanecieran en un lugar fijo sobre su cabeza.
Dejó su habitación, dejó el hotel y se trepó en el asiento trasero del primer taxi que se le cruzó en frente.
En el trayecto, su pierna se movía frenéticamente de arriba hacia abajo, sus dedos tamborileaban con nerviosismo sus rodillas y sus ojos se fijaban en todo allá afuera a través de la ventana, esperando con ansias entrar tan pronto como se pudiera a la avenida de la galería.
Cuando así fue, mordió su labio inferior, tomando posición para abrir la puerta y dejar el auto en cuanto estacionaran. Eso hizo en cuanto pagó el pasaje, caminando a paso rápido y comenzando a trotar a medio camino.
Cruzó las puertas de entrada y se dirigió de inmediato a la oficina de Jessica, entrando en cuanto obtuvo su permiso.
—Hola, Jessica, lo siento mucho —habló rápido, respirando pesado en un intento de recuperar el aliento—. Llego tarde, lo siento mucho. No hay excusas.
—Harry —ella habló, sonriente—. Sí, quince minutos tarde —observó el reloj en la pared y luego a él—. Ya has leído las consecuencias después de cinco retrasos. Sólo, que no vuelva a ocurrir, ¿bien?
—Sí, sí, claro —asintió, efusivo—. No pasará de nuevo —sonrió también, tomando en su mano la llave de su oficina, otorgada por la secretaria—. Que tengas un buen día —mencionó, por último, saliendo de allí.
Caminó hacia el pasillo de oficinas, quedando frente a la suya y, a su vez, frente a la de Lyan. Su mirada se quedó posada sobre esa puerta durante algunos segundos.
Podría encontrarlo después, sólo para disculparse.
Dio un suspiro y entró a su propia oficina, disfrutando del aroma a limpio de lo recibió. Cerró la puerta detrás y fue directo a tomar asiento detrás de su escritorio, abriendo cajones y tomando lo que habría de necesitar para las actividades pendientes del día.
Leyó la misma hoja que estuvo utilizando el día anterior para asegurarse de que todo estuviera hecho y decidió ir a dar una última vuelta a la bodega, pues las piezas nuevas estarían llegando dentro de más de algunos minutos.
Dejó la oficina y llegó hasta lo que fue su lugar de trabajo la mayor parte del día anterior. Entró a la bodega y se encontró con todo lo que revisó cubierto con mantas blancas y muchas cosas protegidas dentro de cajas.
Sonrió para sí mismo cuando observó que todo estaba en orden, tal y como él lo había dejado.
Revisó las hojas, repasando y repasando en el intento de encontrar algo con lo que pudiera avanzar, pero todo lo que faltaba requería de una buena cantidad de tiempo de dedicación. Entonces decidió esperar, regresando a su oficina y tomando asiento en su lugar.
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Wet Dream || (LS)
RomanceDonde Harry Styles canta en tal programa de talentos un cover de la canción "Wet Dream" sólo para tratar de seducir al muy atractivo juez Louis Tomlinson, que lo hizo soñar apenas un par de noches, deshaciéndose entre suspiros al dormir. **********...