Alessandro

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Apago el coche a duras penas y salgo de él corriendo, entro por el garaje subiendo las escaleras de dos en dos directo a su despacho. Abro la puerta jadeando y la veo sentada en su silla con unos papeles.

- ¿Estás bien? - pregunto acercándome para revisarla.

-Yo si- dice y frunzo el ceño confundido tratando de recuperar la respiración.

- ¿Entonces por qué me has dicho que necesitabas una revisión urgente? - pregunto confundido sin comprender nada.

-Porque la necesito para él- dice levantándose y se acerca a una cuna que estoy seguro de que la última vez que estuve aquí, no estaba ahí.

Me asomo a la cuna viendo a un bebé dormir tranquilo, frunzo el ceño confundido y ella sonríe de lado como si esto le pareciese gracioso. Cuando yo he podido perder fácilmente diez años de vida por el susto que me ha dado.

-Lo encontramos hoy, estaba en un almacén que asaltamos y entre Gio y Zia me convencieron para traérmelo a dormir hoy. Gio ya le está buscando una familia- me explica y asiento con la cabeza.

- ¿Quieres que lo revise entonces? - pregunto y asiente con la cabeza- Cógelo iré a buscar unos guantes y termómetro a la enfermería.

Salgo de la habitación y cojo todo lo que necesito para volver con ella, me pongo los guantes y veo como el bebé en brazos de Bianca abrazado a su mano.

- ¿Cuánto tiempo crees que tendrá? - me pregunta y hago una mueca al ver que no tiene dientes.

-Sobre cuatro meses, está muy delgado y eso es preocupante. Dudo que tenga las vacunas obligatorias y no me gusta nada.

-¿Podrías ponérselas?- pregunta y veo como el bebé pone su mano en su boca haciéndola gruñir.

-Tendría que ser mañana y mi padre mañana estará cabreado por tener a policías desaparecidos por culpa de Zia- digo y ella sonríe de lado.

-Me lo contó, dijo que le mandases a más para divertirse un poco- dice y el bebé parece relajarse con su voz porque casi se vuelve a dormir sobre ella.

-¿Tiene nombre?- le pregunto viéndolo, tiene el pelo muy claro y los ojos tan oscuro que casi me recuerdan a los del padre de Bianca.

-No, creo que eso es mejor que se lo ponga la familia con la que vivirá toda su vida- dice y elevo una ceja quitándome los guantes.

-¿Y cómo lo llamarás durante este tiempo? Por lo menos algo provisional amore.

-Vincenzo es un nombre bonito- dice mirándolo haciendo una mueca dudando de su elección.

-Me gusta, no me extraña que le pongas un nombre que significa vencedor- digo divertido y ella rueda los ojos.

-No se quedará mucho- dice levantándose para dejar a Vincenzo en la cuna- Por cierto, hay un sobre en la mesa que es para ti.

Cojo el sobre del escritorio frunciendo el ceño al ver que no tiene remitente, saco los papeles sonriendo emocionado al leer la primera línea.

Después de leerlo veo que ella ya ha firmado todo, asi que cojo un bolígrafo y lo firmo haciéndola sonreír.

-Tengo que comprarte un anillo, pero, bienvenido a la familia Martinelli amore- dice y me acerco a ella para unir nuestros labios.

-¿Antonella te preparó las comidas que le mandé?- le pregunto y ella asiente rodando los ojos.

-Sí, esa deliciosa comida- ironiza y elevo una ceja poniendo mis manos en su cintura.

-Eso te ayudará a recuperar tu peso anterior Bianca.

-Ya, por cierto, gracias por ese chivatazo. Tener lo que dijeron mis enemigos ayuda bastante, Piero duró poco cuando lo leí todo.- dice y beso su frente divertido.

-Sí, Luka dudo que dure mucho más mi padre no tiene mucha paciencia. En cualquier momento le puedo dar el veneno sin que nadie se dé cuenta.

Desde que me infiltré en la policía tenía una misión, descubrir quiénes habían traicionado a Bianca y cuáles eran los planes de mi padre.

Al encontrar lo que habían testificado me fue fácil, pero fue divertido llenar la ciudad con carteles de se busca con la cara de Luka. Pude manipular a mi padre muy fácilmente y conseguí que lo detuviese en vez de Gio.

-¿Qué le dijiste a tu padre sobre a dónde ibas?- pregunta jugando con los botones de mi camisa.

-Le dije que iría a ver a Max y que seguramente volvería tarde a casa- digo mordiendo mi labio inferior sabiendo por donde van los tiros.

- ¿Y si no vuelves? - susurra rozando nuestros labios.

-No pasaría nada- digo viéndola sonreír.

El bebé se queja al verse desplazado haciendo que Bianca lo fulmine con la mirada.

-No me vas a joder la primera noche con mi marido Vincenzo- le dice y el se calla bajando la mirada.

-Por lo menos es obediente- digo divertido y ella me agarra de la mano para sacarme de su despacho.

-¡Giovanni!- grita Bianca metiéndome en nuestro cuarto- Prenditi cura di Vincenzo!

(¡Cuida a Vincenzo!, Prenditi cura di Vincenzo!)

-¿¡A quién?!- le pregunta confundido desde la planta de abajo.

-¡El bebé!- le contesta y cierra la puerta para mirarme de esa forma que extrañaba tanto.

-¡El bebé!- le contesta y cierra la puerta para mirarme de esa forma que extrañaba tanto

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I re della mafia (U.C.C #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora