Alessandro

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- ¿Cuánto tiempo tardará en desangrarse? - escucho a Bianca preguntar y levanto la mirada del torso abierto de mi padre para ver como mira la sangre caer al suelo, manchando nuestros zapatos.

-Menos de una hora, el tiempo suficiente para divertirnos un poco antes de matarlo- digo sonriendo de lado.

- ¿Por dónde comenzamos? - pregunta ansiosa dándole vueltas al bisturí en su mano.

-Lo primero que se me ocurre es el pulmón, si dañamos uno de ellos aun podrá respirar algo antes de seguir.

Asiente con la cabeza sonriente y con el bisturí comienza a hacer una incisión en su pulmón derecho empapándose las manos con su sangre. Mi padre deja de gritar y veo como se ha desmayado por el dolor.

Bianca corta pedazo por pedazo todo el tejido del pulmón hasta que el órgano deja de ser funcional.

-Más- me susurra y a pesar de que entiendo su reacción se me ponen los pelos de punta, sus ojos demuestran lo desesperada que está por continuar dañándolo.

-El bazo- digo señalándolo sabiendo que es un órgano prescindible.

Sostiene su bisturí y comienza a rajarlo lentamente, hasta que lo arranca y lo lanza al suelo. Sus manos gotean sangre y la sonrisa que tiene en sus labios es contagiosa.

Extiende su mano libre para ponerla en mi mejilla y besarme manchándome de la sangre de mi padre, pero no me importa lo más mínimo. Él está sufriendo todo lo que sufrí yo el día que la separaron de mí.

-A por el corazón- susurra cuando nos separamos.

Asiento con la cabeza y me acerco a mi padre para golpear su mejilla varias veces consiguiendo que abra los ojos desorientado.

-Por fin ha llegado el momento que tanto estabas deseando- le digo divertido y levanto la mirada para asentir a Bianca que corta las paredes de su corazón haciéndolo gritar de nuevo.

Sus gritos son tan satisfactorios que nos hacen sonreír a ambos, mete la mano en su corazón apretándolo con fuerza haciéndolo gritar más alto inundando con sus uñas la frágil cavidad. Gira su muñeca y lo arranca de su pecho consiguiendo que él deje de gritar muriendo al instante.

Bianca sonríe emocionada y rodeo la mesa para besarla de nuevo, uno nuestros labios comenzando un beso cargado de pasión y felicidad, porque por fin hemos acabado con lo único que nos impedía ser felices.

Nos separamos y veo como sus ojos brillan mirándome fijamente, une nuestras frentes sonriendo feliz.

-Ti amo Alessandro- susurra y la miro sorprendido sin poder creerme lo que acabo de escuchar- A partir de ahora nada ni nadie se interpondrá entre nosotros, porque si quieren ver el mundo arder más les vale alejarse del mío- dice poniendo su mano en mi pecho.

-Ti amo più di ogni altra cosa Bianca- digo uniendo nuestros labios de nuevo.

(Ti amo più di ogni altra cosa Bianca, Te amo más que a nada Bianca)

Cuando nos separamos ella suelta el corazón de mi padre y se limpia las manos antes de acercarse al oficial Moretti.

-Sé que merece el cargo más que nadie oficial- le dice y el asiente con la cabeza agradecido- Pero quiero desearle suerte de todos modos.

-Muchas gracias regina- dice y yo me acerco a Gio para coger en brazos a Vincenzo.

-Ha sido un placer, espero que todo quede entre nosotros.

-Por supuesto regina, tiene nuestra palabra de que nada saldrá de aquí.

-Perfecto, seguiremos en contacto comisario- le dice ella sonriendo de lado para palmear su hombro y girarse para mirarnos.

I re della mafia (U.C.C #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora