-¡¿Qué hacéis ahí parados?!- grita Francesco cuando se da cuenta de que lo que ve no es un espejismo- ¡Detenedla ahora mismo!
-Dudo que hagan eso- digo sonriendo de lado y el frunce el ceño mirando a todos los policías que nos rodean y que creía que le eran fieles.
-Oficial Moretti, su comisario le acaba de ordenar detener a la fugitiva- le dice a su subordinado que sigue sin moverse.
-¿Sabe una cosa comisario? El dinero lo compra todo, hasta los principios- digo acercándome a él y el se aleja rápidamente asustado de mi, pero no llega muy lejos porque dos policías lo agarran de los brazos.
-Alessandro ayúdame- le dice lloriqueando y yo suelto una carcajada divertida al ver lo desesperado que está.
-Hola amore- le saludo y él sonríe acercándose a mí.
-Hola vita mia- dice uniendo nuestros labios en un corto beso.
- ¡Alessandro Rizzo! - grita Francesco escandalizado y antes de que diga nada más levanto mi mano callándolo.
-Permítame corregirlo, querido suegro- digo viendo como fulmina a su hijo con la mirada- Martinelli, Alessandro Martinelli.
-¿Cómo?- susurra incrédulo.
-Pensé que para ser policía hacía falta un mínimo de inteligencia- digo sintiendo el pecho de Alessandro temblar contra mi espalda por la risa- Enséñale tu anillo amore.- le digo poniendo mi mano en su pecho sonriente.
Alessandro saca la cadena del interior de su camisa para coger el anillo y ponérselo en el dedo anular.
-¿Cómo has podido? Mató a tu hermana y a tu madre.- gruñe y Alessandro abre los ojos al recordar algo.
-Gracias por recordármelo padre- dice llevándose la mano al bolsillo y sacando un anillo- Tu anillo de compromiso.
-Oh, muchas gracias amore- sonrío cuando lo pone en mi dedo- Un poco antiguo para mi gusto ¿de dónde lo has sacado?
-Espera- farfulla Francesco tratando de soltarse del agarre de los dos hombres visiblemente sorprendido- Ese... ¿ese es el anillo de tu madre Alessandro?- balbucea dolido mirando a mi marido.
-Si es así, entonces ahora me gusta más- le digo sonriendo pasando mis manos por su nuca.
-Tenía que darte un anillo y creo que no había uno mejor, fue difícil quitárselo al cadáver de mi madre por culpa del rigor mortis, pero...- comienza a explicarme mientras lo escucho embelesada deseando que me cuente todos los detalles, pero su padre lo interrumpe cuando comienza a llorar desconsoladamente mientras se tira al suelo de rodillas.
-Hacedlo ya- lloriquea con la cabeza gacha- Sé que me vais a matar, os lo ruego, hacedlo ya.
Sonrío de lado y me agacho a su lado para agarrar con fuerza su mandíbula clavando mis uñas en su rostro.
- ¿Enserio crees que vas a tener una muerte rápida? - me burlo y suelto una carcajada viendo cómo sus lágrimas bajan descontroladamente por sus mejillas- Sufrirás más que nadie.
-Oh Bianca- me llama Alessandro y suelto a su padre para incorporarme- Adivina lo que creyó mi padre que era la V que dejaste en la habitación.
-Sorpréndeme.
-V de Giovanni, creyó que era un diminutivo- dice y mira a Gio que rueda los ojos.
-Ni de lejos- digo y me giro de nuevo haciéndoles un gesto a los hombres para que levanten su cabeza. - La V es de Vincenzo.
-Nuestro hijo- dice Alessandro orgulloso consiguiendo que su padre comience a sollozar. - ¿Está aquí?
-Está con Antonella en la furgoneta ¿por qué? - le pregunto confundida.
-Quiero que conozca a su nieto antes de morir- dice y miro a Gio haciéndole un gesto con la cabeza para que vaya a por él.
Cinco minutos después se escucha el llanto perfora tímpanos de Vincenzo, Gio entra a la comisaría con el pequeño.
-Así no se sostiene a un bebé, ya me dan pena tus hijos y no han ni nacido- digo y Alessandro lo mira sorprendido cogiendo en brazos a Vincenzo.
-¿Vas a ser padre?
-Así es- sonríe orgulloso.
-Muchas felicidades Gio- le dice y el asiente con la cabeza, Alessandro se gira y le enseña a Vincenzo- Este es tu nieto, padre.
-Tiene los mismos ojos que mi padre- digo orgullosa y Francesco jadea incrédulo.
-¿Cómo es eso posible?
-Menuda pregunta más tonta- digo rodando los ojos- ¿Acaso sus hijos vinieron con la cigüeña?
Gio se ríe y Francesco baja la mirada, Vincenzo se queda dormido en los brazos de su padre y él besa su pequeña cabeza.
-Lamentablemente me he perdido muchos días con él por estar jugando al hijo predilecto, pero ya nada nos impedirá ser una familia feliz.
-Oh y ¿le has dicho lo de tu hermana?- le pregunto y el niega con la cabeza- ¿Sabe de qué murió su hija señor Rizzo?- le pregunto paseándome por su alrededor antes de inclinarme sobre su oreja- Envenenada- susurro divertida y doy la vuelta viéndolo con la cabeza gacha- Por su propio hijo.
-¿Q...qué?- susurra dolido levantando la mirada para mirar a mi marido
-Así es y también mató al general de la marina- sonrío sintiendo una felicidad indescriptible al verlo sufrir sin haberlo tocado- Y ese día de la redada en mi casa en medio del monte, el pequeño Vincenzo apretó el botón para hacer volar a sus amigos.
-Basta ya por favor- lloriquea sacudiendo la cabeza.
-No pararé hasta que tenga tu corazón en mis manos, pero para eso necesito algo de ayuda - digo viendo como Alessandro le da al bebé a Gio.
-Caballeros- dice Alessandro mirando a los policías- Aprésenlo.
Cuatro policías lo agarran y el se deja llevar sabiendo que sería una tontería luchar, lo dejan encima de una mesa boca arriba. Lo encadenan a la mesa por las manos y los pies.
Gio le da el maletín a Alessandro y él saca todo su contenido colocándolo cuidadosamente en una mesa auxiliar.
-¿Lista querida?- pregunta extendiéndome un bisturí haciéndome sonreír.
-Más que nunca.
El sonríe y coge su bisturí, rompo la camiseta de su padre para que el comience a pasar el bisturí por todo su torso. Mis oídos se deleitan con cada grito que proviene de mi suegro y cuando Alessandro levanta la hoja de metal su padre jadea aliviado.
Espero que no se piense que eso era todo, porque estaría muy equivocado.
-¿Para qué es eso?- le pregunto a mi marido cuando lo veo coger una especie de separador metálico.
-Para que podamos abrir el pecho de mi padre es un separador de costillas- dice emocionado colocando las pestañas en la abertura que acaba de hacer- Solo tienes que tirar de aquí- dice señalando la barra metálica y asiento colocando mis manos sobre ella- Una, dos... y tres.
Tiro con fuerza hacia mi al igual que Alessandro consiguiendo que los gritos de Francesco llenen la habitación con sus gritos de dolor.
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I re della mafia (U.C.C #2)
ActionI re della mafia, segunda parte de La regina della mafia. De la bilogía; una cura criminal. Después de dos años encerrada Bianca Martinelli ve la luz y comienza su venganza. ¿Incluirá en ella...