I re della mafia, segunda parte de La regina della mafia.
De la bilogía; una cura criminal.
Después de dos años encerrada Bianca Martinelli ve la luz y comienza su venganza.
¿Incluirá en ella...
El llanto perfora tímpanos de Vincenzo consigue despertarme, abro los ojos adormilada y desconcertada al ver la cuna al lado de mi mesilla de noche. Estoy segura de que la dejé en el despacho.
-¿Qué cojones?- gruño confundida.
Alessandro esconde su cabeza en mi cuello tratando de volver a dormir pero es algo imposible con semejantes gritos. Me quito las sábanas del cuerpo alejándome de él, en contra de mi voluntad, y me pongo la camisa de mi marido para acercarme al pequeño.
- ¿Qué te pasa? - gruño mirándolo sin entender el porqué de sus insufribles gritos.
-Tendrá hambre- dice Alessandro bostezando- Voy a preguntarle a Gio si compró leche para él.
Sale de la habitación y yo cojo a Vincenzo en brazos que se calma un poco pero sigue llorando.
-Así no conseguirás quedarte mucho tiempo- le digo y el me mira ladeando la cabeza- Llorando estás muy feo y basta de dramatizar, ahora comes.
Se calla y asiento con la cabeza contenta de por lo menos sea inteligente ya lo poco que esté aquí, espero que no me traiga muchos problemas.
Salgo de la habitación y cuando llego a la cocina veo a Gio con Alessandro rodeados de decenas de botes de fórmula para bebés.
- ¿Cómo se hace esto? - pregunta Gio confundido leyendo la etiqueta de uno de los botes.
-Agua caliente con el polvo y para el biberón- dice Alessandro cogiendo un vaso para llenarlo y luego calentarlo en el microondas.
- ¿Qué planes tiene tu padre? - le pregunta Gio mientras coge un biberón de la bolsa llena de cosas para bebés que compró anoche.
-Quería que me infiltrara de nuevo aquí, pero sé que si hago eso no seré capaz de irme de nuevo-dice sonriéndome.
-Pues eso es una buena idea, el pequeño Vincenzo necesita un padre- dice Gio y gruño fulminándolo con la mirada.
-Lascialo Giovanni.
(Déjalo Giovanni, Lascialo Giovanni)
-Ni si quiera sé si le caigo bien- dice mirándolo con reticencia.
-Descubrámoslo- digo y se lo extiendo.
El niño lo mira fijamente durante varios segundos para luego ponerle las manos en la boca y sonreír divertido.
-Le caes bien, tuviste suerte- dice Gio divertido- Porque ayer cuando lo estuve cuidando no dejó de llorar hasta que lo metí con vosotros.
-Pero no vamos a encariñarnos con él porque Gio ya está buscando una familia- digo y miro a Gio que traga saliva nervioso- ¿Cierto Giovanni?
-Es justo lo que iba a hacer ahora regina- dice asintiendo con la cabeza y el microondas pita así que Alessandro le prepara el biberón a Vincenzo mientras que Gio escapa de la cocina.
-¿Has hablado con alguno de los policías?- le pregunto viéndolo intentando darle el biberón al bebé.
El niño se remueve y el solo se coloca para empezar a beber desesperado.
-Sí, hay varios que ya han aceptado el dinero que les he ofrecido y hay otros que deberíamos sacarlos de en medio porque son de los que son muy fieles a mi padre- dice y asiento con la cabeza.
-Luego dame los nombres y yo me encargaré de ellos- digo y cuando Antonella entra con la bandeja de mi desayuno hago una mueca.
-Buenos días regina- me saluda sonriente dejando la bandeja delante de mí.
-Buenos días Antonella- digo sonriéndole de lado.
Ella vuelve a la cocina después de saludar al pequeño y a mi marido, me acerco a la ventana para abrirla y encender un cigarro.
-¿Has vuelto a fumar?- pregunta Alessandro soltando un suspiro.
-Nunca lo dejé amore.- digo divertida dándole una calada.
-Mientras estabas en la cárcel dudo mucho que te diesen tabaco- dice dejando el biberón en la mesa cuando Vincenzo acaba.
-Sí, pero no fue por voluntad propia. Así que nada más pude conseguir tabaco créeme no duré ni cinco minutos- digo soltando el humo.
-Pues ahora deberías dejarlo- dice tratando de convencerme- Por Vincenzo.- ruedo los ojos soltando un suspiro tratando de armarme de paciencia.
-Alessandro, él no se quedará mucho tiempo aquí y no voy a dejarlo por un niño que estará dos días conmigo.
-Pero ¿y si se queda más? - dice y lo miro confundida.
-Pensaba que no querías tener niños.
-Y no quería, pero ahora mismo el mundo está muy jodido, tenemos las posibilidades de poder darle una vida buena. Porque lo poco que ha vivido lo ha pasado mal y no es justo, aparte le caemos bien.- dice y se queda callado unos segundos antes de sonrojarse- También creo que es la persona, con Fran me daba pánico todo lo que significaba algún tipo de responsabilidad en cambio contigo ni siquiera lo dudo. Porque contigo lo quiero todo amore.
-Alessandro no me vengas con esas mierdas- digo dándole otra calada a mi cigarro- Yo no quiero que un niño sea obligado a ser el siguiente jefe de la mafia por solo llevar el apellido Martinelli.
-No tiene por qué pasar eso amore, podemos intentarlo por lo menos.
-Lo siento Alessandro, en esto no podrás hacerme cambiar de parecer- digo soltando el humo- No deberíamos quedarnos con un niño solo porque nos da pena- hablo tirando la colilla por la ventana.
-No es solo por pena amore, es hacer algo bueno por un niño que no tiene la culpa de nada- dice y Vincenzo estira los brazos para que lo agarre.
-Avísame cuando llegues a la comisaría –digo cogiendo a Vincenzo –Y deja el tema.
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