11. Win, papá te quiere mucho

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—Adem — grito el pelinegro desde la sala — Apresúrate.

Todo parecía ir normal dentro de su vida, su pequeño iba a la escuela cumpliendo con todas las responsabilidades, Win estaba junto a el esperando acompañarlos compartiendo risas, miradas de cariño, una que otra sonrisa mostrando un poco de coquetería sonrojando el rostro de aquel angelito que entro a su corazón, su vida era perfecta pues estaba apunto de formar una familia como nunca imagino pero ahora tanto deseaba, pero no, nada era así de fácil y nada era normal en esos momentos.

Se preguntaba porque ella había regresado después de tanto tiempo o cual era su propósito porque la excusa de querer saber como estaba, tenía muy poca credibilidad. No encontraba un motivo para que ella quiera desestabilizar su vida, nunca la amo eso era seguro pero su sola presencia le hacía recordar todo su pasado, las equivocaciones que tuvo, el dolor que le causo la soledad y los momentos donde pensó abandonar a su hijo dentro de un orfanato, no era una buena parte de su vida aunque junto a ella tuvo lo más hermoso de su vida simplemente no le guardaba cariño, solo existía rencor y ahora también un poco de ira.

—Estoy listo papá — la voz del menor resonó por la sala haciendo que ambos chicos lo regresaran a ver.

Llevaba su uniforme de educación física, cargaba su maleta con un poco de dificultad ya que estaba con bastantes cuadernos dentro, su gorra tenía un dinosaurio en el centro y abajo estaba bordado su nombre, su padre siempre le ha consentido en cada detalle y esa gorra hacía uno de sus tantos regalos.

—Cariño — se acerco al menor agachándose un poco para alcanzar a mirarlo — Win te ira a dejar hoy a la escuela ¿De acuerdo?

El pelinegro no tenía ningún deseo en asistir a la supuesta cita que Sylvie le había invitado pero si empezaba a ponerse orgulloso con ella podría salir perdiendo, estaba dispuesto a escuchar cualquier tontería solo para que los dejara en paz, que volviera a desaparecer de su vida como lo había hecho antes, todo estaba bien sin ella.

—Super — saltó con emoción — ¿Pero irás a recogerme tu?— cerro un par de veces sus ojitos convenciéndolo.

—Claro cariño — beso la frente del menor — Pasa un poco de tiempo junto a Win.

—Esta bien — se acerco al castaño para tomar su mano.

—Cuídate cariño — acaricio la cabecita del menor y de un momento se encontró con los ojos del castaño — Cuídate tu también —  beso la mejilla del chico con delicadeza.

Win bajo un poco la mirada mientras una sonrisa se formaba en sus labios, no tenía ninguna intención en dejar que Bright se diera cuenta de como un simple gesto alteraba todo su sistema, sus manos temblaban y sentía sus mejillas arder, su corazón latir con intensidad y aunque tenía un poco de incomodidad ante lo que el pelinegro le escondía, su cuerpo y alma lo querían cerca así que esperaría a que Bright le contara lo que estaba ocurriendo porque si de algo estaba seguro era que Bright confiaba en el.

—Nos vemos después — respondió con la voz temblorosa.

Salió de la casa junto a Adem sin dejar de pensar en todo lo que había cambiado en su vida, había encontrado el amor por primera vez, esos sentimientos tan extraños que relataban sus amigos ahora los estaba experimentando, sentía esas tontas mariposas revolotear en su estomago creando una pequeña necesidad de tener más cerca a Bright, el amor a primera vista existía y era la prueba de ello porque con tan solo mirar sus ojos aquella noche en la playa su corazón se lleno por completo.

—Win ¿puedo preguntar algo? — el pequeño se balanceaba de un lado al otro sin soltar la mano del castaño. 

—Claro cariño — respondió regresandolo a ver ligeramente.

Noche de luna llena│BrightWinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora