Noche de luna llena│BrightWin

5. Compras en el supermercado

—No te apartes de la escuela, no hables con extraños y hazle caso a la maestra.

Se encontraban en la escuela como todos los días pero esta vez no estaba junto a Dew sino junto a Win, le sorprendía mucho que se había despertado temprano para acompañarlo a la escuela junto a su padre así que comenzó a hacerlos reír con algunas ocurrencias que salían de su cabecita también le sorprendía que su padre no le hubiera regañado por haber nombrado una de sus imaginaciones, le gustaba mucho ver a su padre junto a Win con terno, frente a la playa y con anillos en el dedo anular mostrando su compromiso, su tío Dew ocurrente como siempre siguiéndole el juego molestando a su padre, podrían ser una familia, era el sueño más grande que estaba dentro de su corazón.

—Pequeño, Dew vendrá a recogerte hoy — aclaró dándole al menor un beso en la frente.

—De acuerdo papá — tomo el rostro del mayor brindándole un beso en el cachete acompañado de un abrazo.

—Adiós Cariño — Win se acerco al menor dejando un beso sobre la frente recibiendo un abrazo de vuelta. 

El pequeño subió las escaleras con cuidado mientras escuchaba las peticiones de su padre advirtiendo que se cuidara, Bright salió del lugar con tranquilidad dispuesto a realizar todo los respectivos arreglos para el evento que tenía esa noche, pidió a Win que lo acompañara a hacer algunas compras así aprovecharía un poco más el tiempo para escuchar sobre el, la anterior vez su cabeza había sido atacada por recuerdos que lastimaban su corazón y es que perder a la única persona que tenías en la vida no había sido nada fácil de superarlo pero tenía que hacerlo, no era sensato transmitirle a su hijo sentimientos angustiantes.

—¿Puedo hacerte una pregunta? — el castaño dirigió la mirada al pelinegro que se encontraba mirando ciertas verduras desde el refrigerador que estaba dentro del supermercado. 

—Claro.

—¿Tuviste a Adem cuando tenías 18 años?

Bright desvió un poco la mirada, no sabía que era lo que Win iba a pensar de el tampoco es que sintiera vergüenza por haber tenido a un niño a esa edad, Adem es lo más hermoso que la vida le pudo haber entregado después de quedarse solo, la más hermosa responsabilidad que tenía en su vida.

—Así es — respondió con un tono de voz bajo evitando que Win siga preguntando sobre ese tema.

—El vino es para la comida ¿Verdad? — alzó un poco al envase revisando que tipo de vino era.

—Si, ¿Por que?

—Sería mejor que acompañes la comida con vino blanco — sugirió el castaño con una sonrisa — Es más elegante pero sobre todo hará mejor en la salud.

Bright asintió con la cabeza mientras regresaba las botellas a su lugar, tomaría las opiniones que Win le estaba dando después de todo el tenía un poco más de conocimiento sobre aquellas reuniones de alta sociedad. Su cabeza lo hizo percatarse de lo que estaba viviendo parecía un día normal de comprar mientras su pequeño estaba en la escuela, algo que nunca antes había vivido pero sin duda era una experiencia única.

Las compras fueron hechas pero la salida todavía no terminaba, el castaño tenía muchos deseos de comprarle un pequeño detalle a Adem y considero comprarle un juguete quería tener un poco la opinión de Bright y así hacerle un detalle agradable al pequeño que le brindaba bastante alegría.

—¿Me podrías acompañar a la juguetería? — preguntó con un poco de timidez 

—Por supuesto — con una sonrisa el pelinegro cerro la cajuela y se adentraron nuevamente al centro comercial.

Avanzaron hasta la juguetería conversando de cosas que tenían muy poco sentido por ejemplo la última película que había llegado a los cines o algunas polémicas que salían en la televisión sobre el mundo del espectáculo de un momento a otro estuvieron ya en la entrada del lugar. Los ojitos de Win brillaron con intensidad, era la primera vez que entraba a un lugar así, aunque parezca extraño, sus padres nunca lo habían llevado a buscar uno de los juguetes que más quería, simplemente se encargaban de llenar su habitación con cada uno de los artefactos que salían a la moda para que, supuestamente, no le faltara absolutamente nada.