3. Patio de juegos

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La mañana llego resplandeciente como todos los días, aquel pequeño niño se encontraba en la cocina junto a su padre preparando el desayuno, era otra de las mañanas perfectas entre ambos disfrutando de la compañía mutua, dejo los platos sobre la mesa acomodándolo a su completo gusto, nunca tenía un puesto fijo a la hora de comer así que siempre podía rotar por los puestos de la mesa, ahora debía estar cerca de la ventana mirando el lindo mar que se mostraba en la mañana, ese que le brindaba paz con tan solo escuchar como rompían las olas en la orilla y la brisa que atacaba sus pequeñas mejillas.

—Adem pon un puesto más en la mesa Dew vendrá a desayunar — declaró apagando el fuego de la cocina.

—A sus ordenes — posiciono su mano sobre su frente tal y como un suboficial recibía ordenes de sus superiores.

Bright rio ante esa respuesta dejando que siguiera con lo que estaba haciendo tomo el mantel para cercar los vasos antes de entregárselos a su hijo y que los acomodará en la mesa, la relación que tenían entre padre e hijo era la mejor, se comprendían tan solo con las miradas y tenían la plena confianza de hablar sobre lo que sentían, entre ellos no existían mentiras y nunca las habría.

—Papá ¿Te gusta Win verdad? — preguntó con una sonrisa bastante tierna sentándose en la silla que se encontraba frente al mesón de la cocina.

Bright abrió los ojos con sorpresa al escuchar esa pregunta, como es que su hijo preguntaba ese tipo de cosas cuando apenas y conocía a Win, claro era un chico bastante guapo, educado, respetuoso pero sobre todo trataba con amor a su hijo, si bien sentía una pequeña atracción hacía el todavía no analizaba su corazón así que dar una respuesta concreta a esa pregunta sería apresurado.

—¿De que estas hablando cariño?

—Ayer en la noche vi a Win mirarte con un brillo en sus ojos y tu también lo tenías cuando le entregaste la comida.

—Pequeño — beso la frente del menor con delicadeza casi ignorando las palabras de su hijo, no sabía que Win lo estuviera mirando de esa manera y mucho menos que sus ojos le correspondieran — No siento nada por Win pero si así fuera ¿Tú te molestarías? — quería saber que era lo que pensara sobre aquel tema si se llegaba a confirmar que estaba enamorado.

—Claro que no papá yo quiero mucho a Win y se que tu también lo harás en algún momento — hablo con ternura — Yo sería aun más feliz — dio un pequeño grito de felicidad abrazando a su padre.

Bright correspondió el abrazo de inmediato tomandolo en sus brazos, su corazón se sintió bastante aliviado al escuchar esa respuesta, su vida dependía de las cosas que hagan feliz a su pequeño por ello había evitado tanto cualquier relación amorosa, no quería que comenzara a sentirse desplazado o que lo estaba dejando de querer, era una posibilidad después de todo no era fácil ganarse su confianza pues era bastante analítico con las personas y cuando conocía a alguien y no mostraba ningún tipo de simpatía era porque consideraba que no era una buena persona pero esta vez fue diferente con Win, le tuvo cariño de inmediato, quiere pasar la mayoría de tiempo junto a el y Bright no tenía ningún problema con eso.

La pequeña risa del pequeño se detuvo cuando escucharon algunos golpes que provenían desde la puerta, se acercaron a abrir y apenas Adem lo vio se lanzo a los brazos del chico.

—¡Tío Dew!

—Pequeño — sonrió ante ese gesto respondiendo de inmediato — ¿Cómo estas?

—Bien aunque estoy molesto contigo porque no has venido a casa — aclaro virando un poco su cara mientras un puchero se formaba en sus labios.

Dew rio al ver el drama que utilizaba Adem, de alguna manera sabía cuanto lo había extrañado pues estaban acostumbrados a su compañía — Tuve algunas cosas que hacer pero ya estoy aquí.

Noche de luna llena│BrightWinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora