Noche de luna llena│BrightWin

14. Win quédate conmigo

—Win — susurro con delicadeza.

El pelinegro aún no podía dejar de lado los nervios de lo que había pasado hace algunas horas en su casa, la pelea que había tenido con Sylvie se mantenía en su cabeza dando vueltas pensando en si tal vez hizo lo correcto o simplemente eso ella lo usaría en su contra en la audiencia para la custodia de su hijo. No quería ni siquiera imaginar que el juez diera el fallo en favor de ella, no podía pensar en una vida lejos de su hijo pues con seguridad si ella obtenía la custodia lo sacaría de la cuidad y le prohibiría verlo, no podía permitirlo.

—Bright ¿Ocurre algo? — preguntó con el ceño fruncido todavía en la puerta.

El pelinegro le dio paso a que entrara, le pidió que tomara asiento y lo esperara un momento mientras tomaba un poco de agua tratando de ahogar sus lagrimas, ahora si estaba atado de manos, pensaba en que podía manejarlo solo y lograría sacar de su vida a Sylvie sin que el castaño se preocupara pero se equivoco, necesitaba ayuda, tener una persona en la cual apoyarse porque no solo su hijo se encontraba en sufrimiento pues el también sufría por el vuelto que había dado su vida, de repente llego la chica a la cual pensó nunca más volver a ver queriendo arrebatarle a su hijo sin ningún tipo de remordimiento, no podía entender como las personas eran así

—Llegó el momento de contarte todo lo que ha estado pasando — menciono sentándose junto a el.

—Me estas angustiando — la mirada del castaño buscaba la de Bright pero este solo se mantenía con la cabeza agachada y sus manos entrelazadas entre sí.

—La madre de Adem apareció — soltó regresandolo a ver con lagrimas en sus ojos aunque tratara de controlarlas no lo lograba.

Win abrió los ojos con sorpresa entendiendo ahora la actitud que había tenido aquel día donde la chica fue a buscarlo, ahora comprendía que ella era la madre de Adem y por eso Bright no había puesto objeción para hablar con ella pues tampoco se veía feliz en esos momentos y su corazón se angustiaba aún más.

—¿Qué?¿Cómo paso?

—Apareció de la nada después de 7 años — hizo una pausa con la mirada en el piso volviendo a recordar todo lo que había pasado con cada detalle — Quiere su custodia — agrego con la voz quebrada.

Win bajo la mirada evitando llorar, Bright se encontraba muy lastimado por todo lo que estaba pasando y quería ayudarlo pero no sabía exactamente como, tomo sus manos estrechándolas con fuerza invitando a que se acercara un poco más a el, lo miro por algunos segundos dejando que descargara sus lagrimas, estaba pasando por demasiado dolor el solo y con temor de perder a lo que más amaba en su vida.

—¿Adem ya lo sabe?

—Ella vino esta tarde y le dijo que era su madre — levantó la mirada —Se lo quiso llevar sin ni siquiera haber compartido un poco con el, hizo un escandalo terrible.

—¿Pero hay posibilidades que la consiga?

Bright negó con la cabeza de inmediato cerro sus ojos por un momento antes de continuar con la conversación, necesitaba tranquilizarse y poder contarle todo a Win pero estaba tan asustado que sentía las palabras atorarse dentro de su garganta.

—Hemos pasado muchas cosas juntos — susurro — Y pasaremos muchas cosas más porque no dejaré que me lo quiten.

—Voy a estar ahí para apoyarte — sonrió tomando la mejilla del pelinegro — Te lo dije antes, eres un buen padre, eres el rey de Adem y se que podrás defenderlo.

Bright sonrió al escucharlo y le lanzo a los brazos de Win, necesitaba sentirse un poco protegido, que alguien le brindara las fuerzas que necesitaba para acabar con toda esa situación, tenía a Win a su lado y esa era la mayor felicidad, podía contar con el en cualquier momento que lo necesitara pero sobre todo tenía el amor que el castaño le brindaba, esa sensación tan perfecta que nunca antes la había sentido y que ahora era su motor para salir adelante y luchar por su familia.