22. Bright no es tu padre

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—Listo, ahora cariño solo debes descansar ¿De acuerdo?

La mañana llegó y el menor fue dado de alta, Bright lo puso sobre el sofá arropándolo junto a su peluche y encendiendo la televisión para que pudiera distraerse un momento. Todo había salido bien, Sylvie no había vuelto aparecer en el hospital, pero aun así Bright se sentía un poco intranquilo, todo el estrés que su pequeño estaba recibiendo era gracias a ella y no daba muestras de darse por vencida. Sentía curiosidad por lo que había hablado su hijo con esa mujer, pero no iba a preguntárselo, sería solo recordar cosas que a su pequeño no le gustaban.

—Bright — la voz del castaño llamo su atención hasta la cocina.

—¿Qué sucede?

—Debo ir al hotel, hacerme cargo de algunas cosas del trabajo.

El pelinegro abrió ligeramente los labios en forma de sorpresa, segundos después frunció su ceño pensando con quien iba a dejar a su hijo, no quería que se quedara solo mientras él iba a trabajar, estaba seguro de encargárselo a Win, pero ahora se sentía nuevamente atado de manos.

—Oh, está bien — sonrió evitando un poco su incomodidad — Pero vendrás mañana ¿Verdad?

—Así es, mañana estaré aquí — sonrió de vuelta dejando escapar un suspiro de sus labios — Tay también vendrá, dice que quiere hablar algunas cosas sobre el próximo juicio.

Win dejo una leve caricia sobre su rostro y avanzo hasta la sala para despedirse de su hijo, no quería alejarse ni un solo día, pero debía saber como iban marchando las cosas en su empresa, Off debía haber destruido ya cualquier trato comercial con la empresa en la que Sylvie trabajaba, con eso solo quedaría esperar a que el juicio terminaba para por fin acabar con ese juego.

—Cariño, nos vemos mañana ¿De acuerdo? — dejo un suave beso sobre su frente recibiendo una caricia por parte de Adem.

—Está bien Win.

—Cuídate tú también — el castaño se acercó a dejar un beso en la mejilla de Bright sintiendo todos sus sentidos alborotarse, eran tan extraños esas atenciones, pero satisfactorias.

Win camino hasta la salida, y con una última sonrisa lo despidió en la puerta quedándose quieto durante algunos segundos, su corazón latía con fuerza y su respiración se alteró al recordar los labios de Win sobre su mejilla, era como si un aire de esperanza estuviera llegando a su rostro para hacerlo olvidar cualquier problema. Estar enamorado era la mejor sensación.

—Ahora cariño llamaré a Dew para que venga a cuidarte — dijo con una sonrisa mientras el menor mantenía toda su atención en la película que estaba observando.

Bright colgó la llamada y se acercó hasta su pequeño para abrazarlo y mirar el programa junto a él, dejo caricias sobre su cabello intentando que se duerma, pero no lo lograba, él programa era mucho más interesante que recuperar un poco de fuerza.

—Papá — con voz dulce se dirigió a su padre levantando su mirada — ¿Podrías prepararme un té? Tengo frío.

—En este momento cariño — se levantó de inmediato hasta la cocina comenzando a preparar el té.

Con una sonrisa le entrego la pequeña tacita a su hijo y lo arropo nuevamente esperando que Dew llegará, comenzó a desesperarse al ver que no llegaba, mientras más tiempo se demore en abrir el bar, más tarde terminaría el trabajo.

—¿Dónde estabas? — preguntó con el ceño fruncido mirando a su amigo parado en la puerta.

—Ya estoy aquí, no te enfades — respondió con gracia entrando hasta la sala — Me alegra mucho que ya estés bien — agrego dejando un beso sobre la frente del menor.

Noche de luna llena│BrightWinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora