25. Llámame mamá

349 59 6
                                    

—¿Hiciste la prueba?

Win se encontró nervioso durante toda la mañana, después de la declaración de amor que hizo a Bright, no habían mencionado nada más, simplemente se habían quedado en un silencio tan cómodo, escuchando su respiración, los latidos de su corazón que solo mostraban el amor tan profundo que existía entre los dos, y la pelea que tuvieron la noche anterior fue un gran paso para admitir sus sentimientos.

—Lo hice — respondió con el sobre entre sus manos.

Bright no sabía de donde sacaría las fuerzas para leer el resultado de los análisis, tenía miedo que todo se desmoronara después de abrir el sobre, y aunque repetía mil veces que Adem era su hijo, una parte de su corazón lo hacía temblar de la duda.

—Entonces ábrelo, por fin terminara todo esto.

La puerta de la casa fue tocada varias veces, así que Bright soltó un suspiro de tranquilidad al dejar de lado esa presión que crecía en su pecho. Dew había llegado con una carpeta dispuesto a solucionar algunos problemas de caja que se estaban presentando en el bar, parecía un maleficio que iba en cadena, desde que Sylvie desapareció todo había desaparecido.

—¿Interrumpo algo? — preguntó con cautela, ya que la tensión que existía dentro del departamento era evidente.

—No, ven solucionemos esto de una vez — menciono pasando su mano por su rostro.

Ambos caminaron hasta el comedor y Bright se desplomo en la silla completamente cansado de lidiar con toda esa preocupación, no sabía como explicaría la verdad si el resultado llegaba a ser negativo, o como podría continuar su vida sin su pequeño Adem, ni siquiera quería imaginarlo.

Dew saludo a Win con una sonrisa y se limito a quedarse callado, la situación de su mejor amigo no era fácil, es más, para nadie estaba siendo fácil pensar en acostumbrarse a la idea de no volver a ver a Adem, durante mucho tiempo habían sido solo los tres, habían compartido juegos, experiencias, detalles que hacían de su vida una mágica perfección, pero ahora simplemente se desvanecía sin oportunidad de detenerla.

—Todo estará bien — susurro el castaño al oído de Bright.

Dejo la jarra con limonada y los vasos sobre la mesa para sentarse junto a él y poder ayudarlo en cualquier cosa que llegara a necesitar. Acarició con lentitud la cabeza del mayor después de dejar un beso sobre su frente, gustaba de consentirlo, escucharlo y más en esos momentos donde necesitaba de apoyo moral para luchar contra esa chica que buscaba arruinar su vida.

—Entonces cuéntame, ¿Cómo te va en la escuela?

Otra tarde más junto a ella y Adem sentía que era una eternidad, aunque esta vez se encontraban en un restaurante y seguramente no se aparecerían personas para molestarlo, no quería seguir soportando esos comentarios que solo hacían su corazón romperse.

—Como siempre — respondió sin regresar su mirada hacia la chica.

—¿Y tus amigos? ¿Te llevas bien con ellos?

Sylvie trataba de buscar un tema de conversación que interese al niño, quería hablar un poco con él, conocer más sobre su vida, pero este simplemente se negaba a dar mayores detalles, seguramente estaba molesto por lo que paso en su departamento y no había funcionado ese plan, Adem y Bright seguían tan unidos como el día donde volvió a verlos.

—Claro que sí.

Las pizzas fueron servidas, mientras el niño subía las mangas de su chaqueta para no ensuciar la ropa al momento de comer. Sylvie tenía junto a ella una botella de cerveza y con un grito pidió que llevaran otra, durante todo el tiempo que duraba el caso de custodia no había probado una gota de alcohol y necesitaba olvidarse un poco de todos los sentimientos confundidos que tenía su corazón, pero como siempre había sido una muy mala decisión.

Noche de luna llena│BrightWinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora