15. La barrera

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Hicimos un hermoso y enorme pastel de frambuesa de tres pisos con pequeñas uvas bordeandolo y chispas de colores en la parte superior. Horneamos pequeños brownies de chocolate, dos de ellos sufrieron a causa de Dani y su amor por el dulce.

Cuando terminamos estábamos mi amiga y yo cubiertas de harina. Mi cara era adornada por un chistoso bigote de crema que también cubría mis labios.

Mientras pasaba por el salón para dirigirme a la ducha de mi habitación me encontré con Jennie, Keidan, Nani, Daria, Tonny y Clein jugando cartas animadamente.

-¡No es justo que Daria y Nani siempre ganen!- se quejó Clein.-De seguro que están haciendo algún tipo de tramp...- se detuvo para reírse de mi aspecto cuando se dió cuenta de mi presencia.

Todos miraron en mi dirección para enterarse del chiste.

-Sí, ya sé que te resulto irresistible pero disimula, querido.- le dije con aires de superioridad.

Se levantó y se encaminó hacia mí haciendo que retrocediera dos pasos. Estiró una mano hacia mi rostró y pasó su pulgar por mi labio inferior para limpiarlo.

Aparté la mirada sintiendo mi rostro enrojecer de la vergüenza.

Cuando observé a Jennie sujeté el amuleto que me dejó la reina sin darme cuenta. Frente a mis ojos tuve una visión donde se mostraba el libro de magia que habíamos estado utilizando. Específicamente una página que como título tenía "reflejo de la muerte". De inmediato supe que mi madre me estaba aconsejando que ese era el hechizo que estaba buscando.

-Jennie.- llamé su atención.- Te recomiendo que leas la página cuarenta y cinco del libro que te presté, es una gran escena.

-¿Qué libr...?- dejó de hablar cuando Nani le pegó un codazo en el abdomen haciéndola caer en cuenta.- Ah, ese libro, claro.

-Si me disculpan, me retiro a darme una ducha.-me despedí.

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La noche tenía una temperatura algo más baja que las anteriores. Mientras leía La barrera. El libro cuenta la historia de la creación de la barrera mágica que protege los tres reinos superiores de la dimensión eclipse.

Según las páginas, muchos años antes todas las criaturas vivían en armonía. Hasta que las cosas se tornaron oscuras y algunos se fueron por el lado del mal. Estaban divididos por la sed de poder.

Algunos pelearon entre ellos. Otros hacían lo posible por esconderse de lo que suponía la guerra.

Todo hasta que llegó ella.

Aquella mujer de cabello negro. Con su armadura de diamante brillaba en todo su esplendor. Dominaba los cuatro elementos y reunía el poder del universo en ella. Puede que fuera licántropo, puede que fuera vampira, podía también ser una maga. Nadie más que ella lo sabía. Provocaba respeto en el lado de los buenos. Miedo en el lado oscuro.

Nunca nadie llegó a cruzar una palabra con esta mujer que en sus manos cargaba una espada posiblemente más grande que ella misma. La espada de obsidiana. Hecha para acabar con aquellos que manchaban el nombre de su especie.

Como nunca nadie supo el nombre de ella, se le otorgó el merecido apodo de "La verdadera reina" . Con sus poderes creó una barrera dónde solo los de alma pura podrían atravesar y aquellos que desearan hacer daño a otros no tendrían el derecho de poner un pie dentro.

Después de levantar los reinos que tendrían la misión de mantener la paz entre las criaturas de la luz, aquella figura femenina desapareció.

De ella solo quedó su espada enterrada en algún lugar oculto de la dimensión, y la carta donde esplicaba el funcionamiento de las coronas. Ella supo escoger a los tres primeros reyes, quienes cedieron el poder a sus hijos y a los hijos de sus hijos.

La carta de nuestra misteriosa salvadora aún se encuentra en la biblioteca privada del castillo de Corona Roja. Se dice que contiene en acertijos la ubicación de su espada. Al igual que promete regresar en otra vida cuando más necesitemos una verdadera reina que nos levante de los escombros.

-Te ves adorable con esos lentes.- pegué un brinco al escuchar la voz de aquél que despertaba mis nervios con solo su presencia.

-No me gustan demasiado, pero es lo que hay.

-¿Que lees?-preguntó Clein observando el libro- La barrera. Es muy interesante.

-¿Por qué la carta está en Corona Roja?

-Según el libro, nadie habló con la guerrera. Pero dicen que un vampiro obtuvo su ayuda cuando estuvo gravemente herido y le entregó la carta a él mismo. Pero yo no sé nada más que eso.

Dejé el libro en la mesita de noche y me dispuse a dormir dándole la espalda.

-Hasta mañana, princesa.- dijo antes de irse.

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