12. Keidan y quién?

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Keidan

—Una vez más.— le repetí.

—Ya no puedo más.— se miró las manos que empezaron a lastimarse.

—Pudiste pensar en eso antes. Debes controlar tu rabia.

Sigue golpeando hasta que no puede más y el saco la golpea. Camino hacia ella y me agacho para tomarla en mis brazos y llevarla a la enfermería.

No hay nadie así que la dejo acomodarse para limpiarle las heridas.

—Estas son las consecuencias de actuar sin pensar.

La había dejado pelear contra otro novato pero cuando tomó la delantera lo golpeó demás aunque le pedí que parara. Como castigo la hice golpear un saco de arroz sin guantes y aquí estamos.

—Creo que te odio.— me dijo.

—Te recuerdo que tú fuiste quien me pidió que te entrenara porque te sentías inútil.

—Sí, te pedí que me entrenaras. No que me torturaras— respondió.

Hace algunas semanas había venido a mí para ésto. Accedí porque comprendí su sentimiento de ser irrelevante. No puede controlar bien su magia así que decidió intentar el combate físico.

—Te lo mereces.—le dije— Ya podemos irnos, es muy tarde.

—Déjame un ratito, estoy acabada.

—No. Ven, te cargo.

—Si insistes. Te convertiré en mi esclavo.— me dijo riendo.

—Claro majestad, como usted diga.— giré los ojos.

La cargué en mi espalda por un buen rato hasta que se decidió a caminar. No estábamos muy lejos del castillo así que la dejé.

—¿Puedo hacerte una pregunta?

—Esa es una pregunta, niña.

—Tonto.— sonrió.—¿Te gusta Nani?

—No.

—¿Seguro?

—Seguro. Para mí es solo la amiga de mi hermana. Sé que le gusto pero no puedo corresponderla.

—¿Te gusta alguien?

—¿Por qué tantas preguntas, Eshle?

—Curiosidad.

—Por ahora no.

—¿Por ahora?— preguntó medio burlona.

—Sí. Ya no hables.

—Bueno.

—Eso se considera hablar.

Hizo una seña de tener un cierre en la boca.

Cuando llegamos a la entrada del castillo se agachó para quitarse los zapatos. Cuando se levantó se iba a ir pero la detuve.

—¿No te vas a despedir?

—Pensé que no querías que te hablara.— me dijo riendo.

—Eso fue durante el camino. Ahora ya puedes decir almenos un adiós.

—Eres un tonto.— dijo y me abrazó.

Dasha

—Esto no lo pueden contar a nadie.— murmuró Giana.
Luego hizo un gesto con su mano para pedirnos que la siguieramos.

Nos llevó hacia uno de los estantes. Ahí movió sus manos haciendo círculos en el aire, hasta que de un momento a otro el estante desapareció como si solo hubiese sido una ilusión. Dónde antes estaba ahora se podía ver una caja fuerte más grande de lo normal. Giana y Mary levantaron colgantes que llevaban en su cuello. Antes no lo había notado, eran dos hermosas esmeraldas que brillaron al hacer contacto con aquella caja fuerte.

Me sorprende que un lugar así tenga tan poca protección. No es que no confíe en que Giana y Mary puedan con esta responsabilidad, solo me sorprende que el rey les brinde tal confianza para algo que oculta de esa manera.

—Descuida. Nada de esto saldrá de aquí.— aseguró Sky

Dentro de la caja fuerte estaba el libro que me causó curiosidad momentos antes.

Coronaciones en Corona Verde.

—¿Qué es lo que oculta este libro?— pregunté al aire ojeándolo.

Esther Villa, primera reina de Corona Verde.(1898—1910)

Eduardo Villa II segunda coronación (1910—1942)

Eduardo III  Villa y Alaina Rhett(1942—1960)

Amalia Villa y Aaron Carson (1960—2000)

Endill Carson y  Byron Morrison (2000 hasta la actualidad.)

—¿Por qué dice hasta la actualidad?— pregunté— ¿No debieron poner un año límite para su reinado?

—Los libros de esta biblioteca están escritos con magia.— explicó Mary.— Cada cierto tiempo alguien viene a actualizarlos, por eso siempre tendrá todo hasta el momento.

—Que genial.— dijo Dani con brillo en el rostro. Literalmente brillo.

—¿Mana? ¿Por qué tienes brillo en el rostro?— pregunté.

—Tomó un libro de magia. Cuando lo abrió le explotó brillantina en la cara.— explicó Jennie riendo.

—No es gracioso.— se quejó aquella.

—Pero aún no lo entiendo. ¿Qué es lo que oculta el libro?— preguntó Kathy.

—No es que el libro oculte mucho, es solo que el rey está paranoico. No quiere que lean la parte de los hermanos de los herederos que se han revelado al trono. Mucho menos los herederos que han rechazado su puesto.— dijo Giana girando los ojos.— No quiere que se metan ideas en la cabeza.

—Ya entendí, pero no creo que esto necesite tanto secreto.— murmuró Karly.

—Para él sí.— pronunció Sky.

—Bueno, ya que tenemos lo que queríamos regresemos antes de que a Keidan se dé cuenta de que mentimos.— dijo Kath

—Hay que verlo enojado.— dijo Nani riendo.— parece un gato rabioso.

—Oigan, que es mi hermano.— se quejó Jennie.

—También el novio de Nani.— agregó Karly.

—Que no es mi novio— se quejó ella sonrojada.

—Ya dejen de molestar a Nani.— dijo Kathy abrazándola y acariciando su cabello.

—Gracias por ayudarnos.— les dije a las guardianas del lugar.

—¿Encontraron lo que buscábamos?— preguntó Kathy.

—El libro de magia, sí, justo el que hizo explotar brillantina en mi cara.— afirmó Dani.

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Al llegar al castillo nos encontramos con Eshle y Keidan abrazados en la entrada. Se separaron cuando notaron que llegamos.

—Bueno, yo ya me iré a dormir. Hasta mañana.—dijo ella.

—Eshle—la llamó Keidan.— no duermas tarde.

Me sorprendió ya que no sabía que esos dos se hablaban. Talvez hay muchas cosas de mi hermana de las que no tenía idea.

The True Queen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora