Capítulo 7

249 14 2
                                    

Llegué a la estación, eran las siete de la mañana, una parte de mi seguía en mi cama.
Pero al llegar, noté que no había nadie más de mi equipo.
- Maldita sea...
Me quedé parada, considerando si quedarme o no.
Un chico del equipo que está en nuestro lugar cuando no estamos, se acercó a mí con una sonrisa.
- Hola, necesita algo? Quiere denunciar?
- Qué?.. Oh! No, yo trabajo aquí, solo que en el otro turno, creí que hoy..
Él comenzó a reír y detuve lo que decía.
- Te gustaría ir por un café?
- Oh... Amm...
- Lo siento amigo, ella ya tiene una cita conmigo.
Volteé y vi a Olivia, mi alma se relajó por completo al ser salvada de esa incómoda situación.
- Si, yo ya tengo planes.
- Oh... Bien, será luego.
- No creo, pero un placer haberte conocido.
Me alejé junto con Olivia y en el elevador comenzamos a reír un poco.
- Gracias por salvarme.
- No hay de qué, pero si iremos por un café, muero de hambre.
- Estoy de acuerdo, como sabías que estaría aquí?
- El Capitán me dijo que olvidó decirte del cambio de horario.
Reí con vergüenza y le agradecí.
Salimos del edificio y nos dirigimos al café más cercano.
Nos sentamos en una mesa y la mesera se acercó.
- Bienvenidas, seré quien las atenderá, qué desean ordenar?... Mich!?
Me quedé extremadamente confundida porque dijo mi nombre, vi la cara de confusión de Olivia también.
- Disculpe?
- Soy Laila, íbamos juntas en secundaria, te recuerdo, eras la famosa..
Interrumpí al instante lo que diría, sentí que mi corazón se salía.
- Si! Te recuerdo!
Reí nerviosa y traté de terminar con la conversación.
- Queremos ordenar..
- Todos creímos que tu y la profesora Priscila irían juntas al baile de final de año.
Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo y comencé a trabarme mientras hablaba.
- Podrías tomar nuestra orden?
La voz de Olivia me regresó a la realidad.
- Por supuesto, lo siento.
- Yo quiero un café negro, Elle...
- Lo mismo.. Por favor.
Mostré una sonrisa falsa y Laila se alejó para traer los pedidos.
- Elle... Estas bien?
- Si..
Sentía el corazón en la garganta.
- Elle... Sé que debo respetar tu privacidad, pero ya van dos personas que mencionan lo de secundaria... Qué sucedió?
Mis ojos se llenaron de lágrimas y bajé la cabeza para no verme así frente a Olivia.
- Era prostituta.
Olivia no dijo nada y eso dejó un hueco en mi pecho.
Laila llegó con los cafés y los dejó en la mesa.
- Se les ofrece algo más?
- Lárgate.
Mi corazón obtuvo más sensibilidad al escuchar a Olivia a la defensiva con Laila.
Laila se alejó ofendida.
- Elle...
Alcé la mirada mientras limpiaba la débil lágrima que escurría por mi mejilla.
- Estoy bien.
- No es cierto, fuiste alguna vez a terapia para tratar esto...?
- No necesito terapia, acepto que fui prostituta y ya lo dejé ir.
Olivia no se veía convencida.
- Pero... Te acostabas con compañeros... Maestros?
- Con una maestra, Olivia! Okey!? Solo déjalo así! Estoy bien!
Me levanté alterada, aventé un billete a la mesa y salí del lugar.
Me sentí terriblemente mal por tratar a Olivia de esa forma, ella siempre ha sido buena conmigo.
Pero ese tema... Me pone muy mal.
Caminé hasta mi casa y al entrar, me encerré en mi habitación y comencé a aventar todo.
Las cosas de cristal se rompían, hubo un momento en que aventé un zapato el cual golpeó el espejo y este se rompió.
Me sentía impotente y estúpida.
Cuando regresé a la realidad, vi a Olivia recargada en el marco de la puerta.
Ella se acercó y me tomó entre sus brazos y comencé a llorar.
- Déjame ayudarte...
No quería despegarme de ella, nunca me he sentido tan segura a como me siento entre sus brazos.
- Esta bien..
Me despegue un poco y fuimos a su auto.
Sabía a dónde íbamos.
Al llegar, ella entró conmigo.
Había ahí una mujer en un sofá y nosotras nos sentamos en el de enfrente.
- Las sesiones deben ser individuales...
- Lo sé, pero por favor solo esta sesión, deje que ella se quede.
La terapeuta aceptó.
- Por qué estas aquí, Michelle?
- Dígame Elle, por favor.
- Por supuesto.
Suspiré, tratando de bajar mi nivel de nervios.
La mano de Olivia tomaba la mía y eso me reconfortaba.
- A los catorce años yo era una prostituta.
- Por qué dices eso? Qué fue lo qué sucedió?
- Todos los decían...
- Por qué?
Me quedé callada al tener todos esos recuerdos.
- Yo tenía una relación con una maestra...
- Me puedes decir cómo era esa relación?..
- Sexo... La primera vez fue con mi consentimiento, pero ella se volvió más ruda... Yo le pedía que se detuviera, le gritaba que no, pero ella...
Comencé a llorar y Olivia me abrazó.
- Dios...
La terapeuta se quedó en silencio, viéndome llorar.
- Eso no es prostitución, Elle...
- Lo sé, pero ellos no lo comprendían! Ellos creían que era bonito! Ellos creían que era un maldito cuento de hadas! Yo no podía hacer nada...
Todo se quedó en silencio.
Durante la sesión, la terapeuta principalmente me ayudó a aceptar que fue abuso sexual, que fue pedofilia.
Se sentía bien aceptarlo.
Salimos de ahí y ya había registrado la próxima sesión para la próxima semana.
Olivia y yo fuimos a mi casa y Olivia preparó de comer.
Me acerqué a ella y de forma repentina, le di un beso en la mejilla.
- Gracias por ayudarme... Y lamento haberte gritado.
Ella me sonrió y me tomó de la cintura, yo ya estaba acostumbrada a que lo hiciera.
- Esta bien... Siempre te ayudare y siempre estaré para ti.
Recargue mi cabeza en su pecho para sentirme en paz.
Amo a Olivia.

PLATÓNICASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora