08. Recuperación

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Cuando aún vivían en Estados Unidos Draco era quien se encargaba de los gastos de la casa, en la primera semana había conseguido trabajo dentro de una pequeña empresa de vienes raíces, por su experiencia y su perfil lo habían contratado de inmediato, pero al poco  tiempo decidió dejarlo, necesitaba un trabajo cerca de casa y que le dejara algo de tiempo libre para cuidar de su pareja, en las siguientes semanas trabajó en diferentes sitios haciendo diferentes cosas, finalmente y gracias a los contactos de su antiguo jefe, consiguió que lo aceptaran en una prestigiosa concesionaria de Manhattan, sin embargo aunque el sueldo era bueno, el trabajo aceptable y los horarios flexibles no se sentía a gusto viviendo en la ciudad más vistosa y concurrida del pais, ambos buscaban mantener un perfil bajo y aquél no era el mejor sitio, además quería que Harry se sintiera a gusto y pudiera estar tranquilo durante el embarazo, sentía que solo un lugar calmo y alejado de la ajetreada ciudad podría darle esa paz. 

Harry por su parte se había dedicado a cuidar de su familia, se encargaba de atender a su esposo, cuidar de sus comidas, su salud, sus horarios y por supuesto atender su embarazo, dedicó mucho tiempo a aprender todo aquello que nunca nadie le había enseñado. Charlas, cursos, clases, libros y hasta documentales. Se instruía de la mejor manera, pues quería estar preparado para cuando James llegara al mundo. Draco solía pensar que Harry sería la mejor madre de todas, pues nadie le ponía tanto empeño, dedicación y amor cómo él lo hacía. 

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- Amor duerme un poco más, el bebé no quiere que nos levantemos- el omega quedó petrificado al oír tales palabras salir de la boca del Alpha.- Puedo ir más tarde al estudio.- lentamente Harry alejó su mano y sin hacer ruido salió de la habitación cubriéndose la boca. 
- Esta soñando... Está soñando con él pasado.- sus ojos se cristalizaron de felicidad y de tristeza, Draco estaba recuperándose, ya hablaba y al parecer soñaba, pero por otro lado recordaba en sus sueños momentos antiguos de cuando aún eran felices juntos. ¿Qué pensaría cuando despertarse y descubriera que todo había cambiado? Sintió un fuerte dolor en el pecho que sabía era angustia y miedo.

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Durante los próximos días Harry se encargó de cuidar diligentemente al Alpha enfermo, tal como lo venía haciendo cuidó de sus comidas, sus medicamentos, el baño, los controles y sobre todo de pasar tiempo a su lado para que el lazo se fortaleciera y lo ayudará a mejorar con rapidez.

Poco a poco el semblante de Draco mejoró notablemente, dormía más a gusto, no levantaba temperatura, sus mejillas recuperaron algo de color e incluso hablaba dormido.

Harry podía sentir a través del vínculo como iba mejorando, su estado de ánimo, su cuerpo, su actividad cerebral. Incluso el mismo Harry podía sentir como el dolor punzante, con el que se había acostumbrado a vivir luego de separarse de su pareja, había desaparecido por completo, su humor había mejorado, su ansiedad había disminuido y ya no sentía dolor estomacal o de cabeza con frecuencia. Ambos habían mejorado por el simple hecho de estar juntos, eso era algo innegable.

Tal como lo había prometido Albus se encargó de visitar a Draco todos los días durante la primer semana, luego al ver su increíble progreso disminuyó las vistas para darle algo de espacio y dejarlo descansar, sabía que al cuidado de Harry estaría en buenas manos. Sin embargo nunca dejó de investigar e intentar dar con el causante de la repentina enfermedad de Draco.

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El día era extrañamente caluroso, el sol brillaba con fuerza y su radiante luz entraba por cada ventana, hendija y cerradura de la casa. El ambiente que se formaba era cálido, cómo el de un hogar repleto de amor y felicidad. Las plantas le daban un toque moderno y natural, los adornos coloridos y sesillos un aspecto tierno y los miles de dibujos hechos con crayón, pegados por toda la casa, le daban el aspecto familiar. La casa era pequeña, pero muy acogedora, olía muy bien y todo estaba perfectamente limpio y ordenado, aún que a simple vista pareciera un poco revuelta por la cantidad de objetos infantiles que había por todos lados. 

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