The art of being in love

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"Queridos lectores:

Siempre he pensado que poder apreciar el arte es lo que nos diferencia de los animales. Exalta los ánimos y conmueve el alma, y está autora espera que inspire actividades más interesantes.

Hoy se abrirá una nueva ala en la Casa de Somerset, donde se exhibirán varias atracciones, entre ellas, la encantadora Señorita Marina Thompson, recién recuperada de su misteriosa enfermedad. Se espera que al fin se reincorpore a la temporada.

Por supuesto, hoy también habrá una atracción real, el príncipe Friedrich de Prusia. Su alteza viajó hasta nuestras costas en busca de una buena Fräulein. ¿Podría ser ese el motivo de que un profesor de idiomas haya visitado la casa de los Cowper toda la semana?

Sin embargo a esta autora no se le puede escapar el detalle del baile en la casa Queen, donde la menor de la familia, la señorita Lily, tomó ventaja con la ayuda de su hermana y entabló una conversación con el joven príncipe. Tal vez la señorita Cowper debería considerar nuevas tácticas."

La nueva sala era considerablemente más grande que el resto de las salas de la casa, tenía cuadros enormes y estaba llena de gente, la familia Queen había sido de las primeras en llegar y la táctica de Lily era no mostrarse desesperada por la atención del príncipe que seguía saludando a las damas en el jardín, así que miraba las pinturas al lado de su padre y su abuela, siempre cuidando la puerta para saber la llegada del príncipe.

Taylor se había apartado de su familia, pues ella en realidad se encontraba interesada por las obras exhibidas, caminaba al rededor del salón cuando vio a Benedict caminar hacia ella. Taylor le sonrió desde la distancia y Benedict besó su mano a penas estuvo frente a ella.

—Lord Benedict, sabía que no podía faltar a este evento. — dijo con una sonrisa.

—Me conoce tan bien.

Taylor le sonrió e hizo un ademán para caminar hacia el siguiente muro para apreciar las pinturas, Benedict la siguió con una sonrisa.

—Debo disculparme por el comportamiento de mi hermana la noche del baile. — dijo sin dejar de caminar. — Y también le ofrezco una disculpa por no haberle enviado flores diciendo perdón.

Benedict rio captando la atención de un par de personas que se encontraban al rededor, Taylor se limitó a sonreír.

—Puedo pasar por alto la interrupción, pero me ofende demasiado que no haya tenido la consideración de enviar flores, con lo mucho que sabe que me gustan.

—Lo tendré en consideración para la siguiente ocasión, ya que las interrupciones son una actividad frecuente entre nosotros.

—Girasoles. — la interrumpió.

—¿Disculpe? — preguntó confundida.

—Envíe girasoles, sin duda es mi flor favorita.

Taylor le sonrió con tanta calidez por la coincidencia que sintió que podía llorar en ese momento, pero reprimió todos los comentarios que tenía acerca de su madre y simplemente se detuvo frente a una pintura evitando su mirada.

—Tulipanes.

—Es bueno saberlo.

—Lo mismo digo.

Ambos se sonrieron y volvieron sus miradas a la pintura que tenían frente a ellos. Taylor tenía muy pocos conocimientos sobre pintura, pero Benedict analizaba el lienzo con detenimiento, tenía los brazos cruzados y el ceño ligeramente fruncido, Taylor no podía apartar la mirada de su rostro ni de sus ojos verdes que miraban con pasión la pintura, la pasión de alguien que conocía sobre el tema y además lo disfrutaba.

Enchanted | Benedict Bridgerton |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora