Bigger than the whole sky

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5 años atrás.

—Por favor, es el mejor médico del país, usted tiene que saber que es lo que tiene.

—Lo siento su excelencia, pero este es un caso único, nunca había visto algo así, no puedo darle un diagnóstico.

—No puede decirme eso, doctor.

—Aunque si usted lo permite, esto podría ayudar en un futuro a las demás personas que lo padezcan.

—¿A qué se refiere?

—Podría investigar la enfermedad de la duquesa y encontrar el origen para futuros casos, es una oportunidad invaluable.

—¿Quiere experimentar con mi esposa?

—No lo diga de esa manera, su excelencia, sól-

—¡LARGO! ¡FUERA DE MI CASA Y NO SE ATREVA A VOLVER JAMÁS! ¡VAYA A EXPERIMENTAR CON SUS RATAS Y NO VUELVA A HABLAR DE MI ESPOSA DE ESA MANERA!

El médico salió corriendo de la casa al mismo tiempo que Harry golpeaba la mesa de frustración, era el sexto doctor que le decía lo mismo, nadie podía encontrar una explicación para la situación de su esposa, había llamado a médicos de toda Inglaterra y Escocia y nadie sabía decirle que era esa horrible enfermedad que poco a poco le estaba arrebatando a la mujer que amaba.

El llanto ya salía de sus ojos mientras apretaba la mandíbula tratando de reprimir un grito de desesperación, caminaba ansioso de un lado para otro tratando de encontrar una solución pero no hallaba ninguna. Su madre entró pocos minutos después y tomó a su hijo de los hombros para que dejara de caminar, Harry la miró y se lanzó a sus brazos como si se tratara de un niño pequeño, Felicity le correspondió sobando su espalda y tratando de regular su respiración.

—Tienes que calmarte, no puedes ir con Emma en este estado.

—No sé qué hacer, mamá. No quiero que le pase nada.

—Llamaremos al mejor médico de Alemania, estoy segura que él sabrá decirnos cómo curarla.

—¿Y si no lo hace?

—Entonces rezaremos por un milagro.

El llanto de Harry aumentó al escuchar las palabras de su madre, no quería rezar, no quería esperar ningún milagro ni la misericordia de dios, dios lo había abandonado; lo había dejado desamparado desde el momento en que Emma cayó enferma, estaba harto de la fe, la fe no salvaría a su esposa, él necesitaba encontrar un doctor que le supiera decir cuál era esa enfermedad y él daría todo lo que tenía por ver a su esposa recuperada.

Se separó del abrazo y limpió sus lágrimas tratando de regular su respiración, él tenía que estar con Emma todo el tiempo que pudiera, no había tiempo para llorar.

—¿Puedes buscar a ese doctor? Yo tengo que volver con Emma.

—Por supuesto, hijo. Pero trata de tranquilizarte.

—Sí madre.

—Juicioso.

Felicity salió de la sala y Harry volvió a golpear la mesa para liberar la frustración que sentía. Secó sus lágrimas y caminó por el pasillo hasta su habitación, abrió con cuidado y se asomó con extrema lentitud, no quería ver aquella escena, le destrozaba el corazón, pero tenía que ser fuerte, por ella.

Entró con sigilo cerrando la puerta detrás de él y caminó hasta su cama donde se encontraba la duquesa. Su esposa estaba acostada con dos almohadas debajo de la nuca y cubierta con finas cobijas para protegerla del frío decembrino, tenía los ojos cerrados y Harry sabía que sólo estaba dormitando, había aprendido que el movimiento de su pecho era más rápido cuando estaba despierta, porque cuando Emma dormía, su pecho a penas y se movía, provocando que Harry no hubiera dormido bien por 3 semanas.

Enchanted | Benedict Bridgerton |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora