Enchanted | Benedict Bridgerton |

Epílogo

7 años después.

Taylor y Benedict veían a sus hijas dormir profundamente en sus camas, las tardes en abril eran tan calurosas que las pequeñas Emma y Violet adoraban pasar todo el día en el lago que se encontraba en los terrenos de My Cottage. Ambos estaban recargados en el marco de la puerta en completo silencio, después de unos instantes, Benedict tomó la mano de su esposa y salieron de la habitación cerrando la puerta; llamó a Lucy y ella apareció en un instante.

—Lucy, cuide a mis niñas esta noche ¿Sí?

—Por supuesto, Su Excelencia.

Taylor miró confundida a su esposo, pero él sólo le dedicó una de sus típicas sonrisas y la guio hacia la entrada principal.

—Benedict, explícate. — dijo tratando de contener una sonrisa.

—Usted, señorita Taylor, y yo tendremos una velada romántica. Ahora mismo. — respondió sonriendo.

Taylor suspiró asombrada mientras la sonrisa se le escapaba de los labios, dejó que Benedict la guiara fuera de la casa y la hiciera caminar por todo el jardín que se encontraba completamente oscuro mientras le agradecía al cielo que su esposo conocía aquella propiedad como la palma de su mano.

—Disculpe, señor Bridgerton, pero jamás me ha preguntado si tenía algún plan para esta noche. — dijo tratando de contener su risa.

—¿Lo tiene?

—Lamento decirle que sí, he quedado con mi esposo para cenar.

Benedict contuvo su risa y se acercó a su esposa para robarle un beso.

—Tendrá que cancelar. — dijo contra sus labios.

—Que atrevido. — respondió riendo.

Benedict volvió a besarla tomándola de la cintura, Taylor le puso las manos sobre el pecho y dejó que el sentimiento la invadiera por completo; cuando se separaron, Benedict le volvió a sonreír y tomó su mano una vez más.

—Has hecho tanto por esta familia los últimos años que no sé cómo recompensarlo.

Taylor le sonrió y comenzó a caminar a su lado.

—Todo lo que hago es por amor, además recuerda que tú renunciaste a tus privilegios de ser el segundo hijo por esta familia.

—Nuestras hijas son un regalo de la vida. Yo decidí sacrificar todo eso por ti. — Taylor abrió la boca para responder, pero Benedict se adelantó. — Y antes de que uses eso en mi contra, no fue ningún sacrificio casarme contigo, tenerte de esposa ha sido el mayor privilegio que la vida me ha dado.

—Estás tan enamorado. — canturreó Taylor con una sonrisa.

—Como si fuera el primer día.

Taylor rio nerviosa, aún después de siete años y dos hijas, Benedict Bridgerton conservaba la habilidad de hacerla sonrojar y ponerla nerviosa con sus palabras, así que hizo lo que mejor sabía hacer, desviar la mirada y cambiar el tema.

—Quiero aprovechar que estamos en Inglaterra para visitar a Lily.

—Posiblemente esté ocupada atendiendo a su esposo y a sus hijos.

—También me gustaría ver a Simon, siempre es entretenido verlo en su faceta de padre.

Benedict se rió y la abrazó por la cintura dejando que ella caminara delante de él.

—Mi amor, haremos todo lo que tú me pidas, pero esta noche, dejemos de pensar en los demás y pensemos solamente en nosotros.

Taylor soltó un bufido mientras cerraba los ojos con diversión.